» 31-01-2020

Reflexiones tipográficas 214. ¿Pero quien se ha creído que el bipartidismo ha muerto?

La derecha pacta con la ultraderecha y la izquierda pacta con la ultraizquierda (en el caso de que eso exista). Pues entonces ¿Donde está la desaparición del bipartidismo? ¿No será que nos están engañando? Cuando aparecieron los partidos verdes, inmediatamente, los partidos del bipartidismo trataron (y en general consiguieron) integrarlos en sus formaciones. Cuando aparecieron los partidos feministas, hicieron lo mismo. Si tuviéramos que enumerar los partidos verdes o feministas que han sido absorbidos por la izquierda no acabaríamos nunca. La estrategia de la derecha: el negacionismo, fue distinta pero no dirigida a otra cosa que a la absorción (o aniquilación). Ahora se apuntan al carro de una cierta forma de feminismo (¿feminazismo?). Decía Laborit que toda estructura que ha conseguido significarse (hablaba de biología) tiene como único objetivo sobrevivir. Deberíamos añadir que C’s es la primera excepción. Su instinto de muerte hubiera complacido a Freud. El bipartidismo es una estructura de poder que lleva unos cuantos cientos de años manipulando. ¿Nos vamos a creer que se ha acabado porque concurren a las elecciones más de dos partidos?

 

La democracia bien entendida (por el poder), lo que tiene que conseguir es que los electores voten de cualquier manera menos con la razón. Lo mismo da si votan afectivamente, reactivamente, desinformadamente o para joder. Los algoritmos indican que la dispersión del voto (en perogrulladas) es un buen síntoma. No hace falta dirigir el voto, solo hace falta dispersarlo. Si, además, son los propios votantes los que te regalan sus preferencias (likes) para que puedas manipularlos, entonces, mejor que mejor. Las redes sociales son la prueba de que dios es de derechas. O que las izquierdas son gilipollas. A la mayoría de los políticos les importa una mierda lo que le pase al pueblo. Trabajan para sí y punto. Johnson es un caso paradigmático. Lo mismo le daba apoyar el Brexit o la permanencia. Su problema era ser primer ministro. Y ahí está. La política -como tantos han repetido- es una cuestión emocional. No tiene que ver nada con la razón. Ese es el gran éxito del sufragio universal-2 (nos solo los hombres sino también las mujeres) dentro de poco también serán los niños (16-18). Aquel temor que atacó a los padres de la patria cuando vieron que los pasajeros se subían a la locomotora, era infundado.

 

La disyuntiva A o B es tentadora. Es casi un juego. Si no es uno es el otro. No necesitas pensar. Y eso es lo que el electorado quiere hacer: no pensar. Tiene cosas que pensar mucho más importantes que su futuro. La participación política no es una de sus preocupaciones. El bipartidismo simplifica el panorama no vaya a ser que se nos haga la picha un lío si hay más de dos partidos. Me gustaría saber que pasaría si se propusiera que la participación política se aboliera, si se suprimiera el sufragio. Seguro que se pondrían como fieras. Lo importante de los derechos es tenerlos. Lo que cada uno haga con ellos después, es irrelevante (son derechos, no deberes. Ahí está el gran triunfo). La política de la posesión, da la propiedad. Quiero los derechos para tenerlos. Lo que luego haga con ellos es cosa mía. No hemos avanzado mucho. seguimos como hace tres siglos disputando la propiedad aunque no sepamos como usarla. Lo jodido es que la puta papeleta es nuestra y es de todos. No podemos usarla sin pensar en lo que puede pasar. Los británicos lo hicieron y están fuera de Europa (como quiere la ultraderecha). Los USAnos lo hicieron y tienen a Trump. Los españoles lo hemos hecho y tenemos la ultraderecha acariciando el poder.

 

La fragmentación del arco parlamentario es consecuencia de un individualismo cada vez más exacerbado. Está bien. Pero de vez en cuando deberíamos envainárnosla y tratar de pensar como grupo, como sociedad. Vivimos en un anarquismo mediatizado. Somos individualistas pero no podemos vivir sin la peña, sin el grupo. Somos anarcosociópatas: individualistas, dependientes de los otros de una manera enfermiza. Pero lo que podría ser gracioso, si no fuera dramático, es que lo que nos jugamos con esta actitud es el futuro, el nuestro, el del planeta y el de nuestros hijos. Lo nuestro roza con lo gilipollesco. Somos tan listos que somos idiotas, Somos tan independientes que estamos aislados. Somos tan libres que nos dejamos amordazar sin enterarnos. En resumen: no tenemos futuro. Mientras nosotros somos libres de la mierda de la política, los políticos son libres de robarnos, engañarnos, manipularnos, como les conviene. La política no es un automatismo. Si no se les vigila se te mean encima.

 

El bipartidismo está ahí defendiendo su parcela. Solo se tambaleará si alguno de los partidos emergentes gana las elecciones. De momento hemos visto como la derecha fagocita a C’s y la izquierda fagocita a UP. Llegaron para dar el sorpasso y no han conseguido una mierda. Los dos estuvieron a punto de ello pero ninguno lo consiguió. Hoy son perritos falderos del bipartidismo. Tampoco la ultraderecha dará el sorpasso. Dentro de poco la veremos amaestrada y humillada en la falda de la derecha del bipartidismo. Espejismos. Mientras, los jóvenes van a lo suyo porque la mierda de la política no les interesa. ¡Que dios los pille confesados!

 

El desgarrado. Enero 2020.




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