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» 16-05-2020 |
No es difícil darse cuenta de que la programación televisiva ha cambiado a raíz de la epidemia. Los informativos son monotemáticos y las braking news interrumpen continuamente la programación. Pero lo más llamativo son las películas. De pronto todas las películas son sobre epidemias, invasiones, en un palabra, de la sociedad contra el mal, a poder ser vírico. Incluso los sábados de la sexta que se centraban en las películas de serie B de catástrofes ecológicas han optado por películas de serie A con el mismo tema, si no más próximo al tema vírico.
Es verdad que la fantasía suele anticipar la realidad. La película “Contagio” anticipó punto por punto lo que sería una pandemia (es decir mundial) de un virus procedente de los animales. Otras muchas películas de ciencia ficción sobre estos temas se empiezan a presentar como películas de anticipación. La facultad de anticipar del ser humano unido a la imaginación nos propone con inaudita precisión lo que nos puede venir. Este sábado veo “Invasión” en la Sexta, loa a la maternidad, en la que la determinación de una madre logra combatir una invasión bacteriológica con rostro humano. El final feliz incluye que los afectados pierdan la memoria y puedan, así, ser reintegrados a la sociedad sin problemas (y no como en las guerras). ¡Que oportuna y que política esa referencia a la falta de memoria de los ciudadanos!
Pero esto, como todo en situaciones de excepción, me sugiere una serie de reflexiones. En primer lugar es evidente que, como decían los chinos un momento de crisis es una oportunidad de negocio. Las cadenas de TV no nos ponen películas de virus porque quieran aleccionarnos o ayudar a un confinamiento poco llevadero. No. Nos lo proponen porque es una oportunidad de negocio. No es por casualidad que la Sexta -una cadena capitalista que ha encontrado su nicho de negocio en los informativos- cambie sus series B de los sábados por series A. Hay que aprovechar el tirón informativo para situarse como cadena de referencia, es decir, para hacer negocio. Lo de apostar por los informativos ya fue una elección arriesgada y no solo por el formato sino porque no tuvieron reparo en contratar periodistas de izquierdas en una cadena de derechas. La Trece lanza consignas de derecha sin pluralidad alguna, pero solo la ven los del ramo. La Sexta pretende que sus informativos los vean todos, apostando por periodistas de izquierdas que se compensan con una pluralidad impuesta que, significativamente, se desplaza siempre hacia la derecha. El negocio es el negocio y a ti te encontré en la calle.
No podemos dejar de pensar lo que la doctrina legal distingue entre la legalidad y la oportunidad, es decir entre el derecho y la política. El derecho legisla en frío mientras la oportunidad legisla en caliente. La legislación en frío ha desaparecido. En la actualidad solo legislamos en caliente. La previsión no es política, por lo que siempre nos pilla el toro. En una situación así, era imposible que el derecho, hecho por los políticos, hubiera podido prever la que iba a venir. Esa es su excusa: “Nadie, nadie, podía haberlo previsto” No es cierto. Muchos lo previeron pero ningún político les hizo caso. Desechada la previsión, la legislación en frío, solo nos queda la oportunidad, la legislación en caliente, sobre la marcha, a machamartillo. Y eso supone mucha improvisación y en consecuencia, poca eficacia. Lo asombroso es que el Gobierno no resulte más afectado por la improvisación que la oposición, para los que la situación los ha pillado en bragas.
La oposición, siguiendo el lema chino, ha entendido que esta era una oportunidad de negocio… político. De desbancar al gobierno mediante campañas de descalificación, insultos, fakes, posverdades, etc. Si dimitir es un verbo ruso, lealtad es un concepto lapón… congelado. Lo único que le interesa a la oposición es derrocar al gobierno. ¡Qué lejos quedamos de la oposición portuguesa que apoyó incondicionalmente al gobierno. Casado considera más importante derrocar al gobierno que solucionar la crisis. ¿Por qué? primero porque le importan una mierda los españoles (le importa ¡España!) y segundo porque sabe por infusión divina que España solo funcionará si la maneja la derechona. Para la derechona la crisis (30.000 muertos, 300.000 afectados) no es más que una oportunidad de negocio.
Deberíamos plantearnos si queremos por representantes a una pandilla de oportunistas a los que no les interesa ni lo más mínimo la vida de los ciudadanos. La campaña que se está haciendo de que salgamos de la crisis por cojones y no por resultados sanitarios es criminal. Nos arriesgamos a retroceder a etapas anteriores, lo que no estamos psicológicamente preparados para hacer. Un montón de descerebrados políticos están presionando para que el gobierno cometa un error (¡como si le hiciera falta ayuda!) mientras ellos se apuntan los tantos de la victoria, en la seguridad de que toda la culpa -en uno u otro caso- podrá achacársele al gobierno. ¡Oportunistas!. Pero sobre todo, criminales.
El desgarrado. Mayo 2020.