» 22-06-2020 |
Como sabemos todos somos expertos universales. Solo hace ver a los tertulianos para darse cuenta de que saben de todo. Pero además, gracias a las redes sociales, podemos expresarlo. Desde que se empezaron a dar normas para paliar el virus cientos de voces se ha elevado criticando la falta de lógica de las normas. Los medios los primeros -aprovechándose de su altavoz-; las redes inmediatamente. Todos se sentían importantes cuando eran capaces de dejar por tontos a los ministros. Eso tan español de obedecer y largar, para demostrar que se obedece porque se quiere y no porque las normas sean mejores que lo que nosotros mismos pensamos, decidimos, queremos. También he comentado que estamos en el delirio de la individualidad. No solo estamos enfermos de (¿cómo se llama esta enfermedad: el síndrome de Illa?) coranavirus, estamos enfermos de individualismo, de soberbia, de suficiencia.
La mitad de los Morancos opina sobre la ocupación de los teatros y de los trenes. Entiende que la única lógica que se debe aplicar es que si los trenes pueden llenar, los teatros también. La lógica por comparación. ¡Felicidades! La vida es lineal y las explicaciones no solo son simples sino que son simplísimas. Este señor ejerce el humor y en ese campo es imbatible. Pero ¿de donde ha sacad la idea de que también es un intelectual capaz de analizar las decisiones de expertos? ¿De su sentido común? ¿Entiende que las decisiones de los expertos son decisiones de sentido común? ¿Su sentido común es mejor que la opinión experta? Le podría decir que los transportes son absolutamente necesarios para que la nación no se pare, lo que no es así con los teatros. No se esta privilegiando a los trenes sobre los teatros sino que se está admitiendo el riesgo porque no queda más remedio, mientras que en el caso de los teatros ese riesgo puede esperar. ¡Lo has entendido! Y no me respondas con un chiste porque te estoy hablando en el campo que tu has escogido: el de la reflexión cívico-política.
La linealidad no existe más que para las mentes simples. No todos los casos son comparables y por supuesto cosas que parecen iguales pueden no serlo más que desde determinadas perspectivas. ¿Por que no has hecho un chiste? Estarías en tu campo y todo el mundo hubiera entendido la ironía. Pero no. Tú tenías que ponerte estupendo y pasarte al campo de los pensadores. Decía McLuhan que el medio es el mensaje. Tu mensaje es que tienes el micro y por tanto dices lo que te da la gana.… aunque nada tenga que ver con tu campo. Es una doble pérdida: el magnífico chiste que podrías haber hecho y la mierda de reflexión pretendidamente seria que has hecho. Nos has dado un dos por nada. Tienes un micro para hacer de cómico no para que todo el mundo se ría de ti. Parece lo mismo pero no lo es. Las medidas que han tomado los expertos han sido muchas veces contradictorias… desde determinados puntos de vista, pero tenemos que pensar que han sido las mejores medidas posibles (como hubiera pensado Leibniz-Pangloss). Y si no, la próxima vez vota a otro más listo, a poder ser con master.
Lamento disentir contigo en este campo que no es el tuyo y probablemente tampoco el mío. Me hubiera gustado que nos riéramos de este tema como hacen dos amigos que no quieren enfrentarse. ¿Crees que si hay contagios en los trenes, los teatros tienen el mismo derecho a los contagios? No, verdad. Pues eso es lo que se puede entender en tu reclamación de que los teatros tengan el mismo aforo que los trenes. Que los políticos son gilipollas es cosa que no vamos a discutir. ¿Vamos a ser los ciudadanos gilipollas para apoyarlos?. Sinceramente: ¡hagamos un esfuerzo por separarnos de esa senda de estupidez y de sinsentido! Y para ello, procuremos no decir parecidas tonterías. Estoy seguro de que estamos más de acuerdo de lo que este escrito trasluce. ¡Un saludo!
El desgarrado. Junio 2020.