» 28-05-2021 |
Hace unos días se aprobó una ley medioambiental que presumía de ser pionera. Las fechas de aplicación de sus determinaciones son 2030, 2040, 2050. ¿Que coño de ley es esa? Ninguna ley es efectiva si sobrepasa el plazo de vigencia del gobierno que la promueve. En caso contrario vendrá el partido de la oposición (que entonces estará en el poder) y la cambiará. Nos pasó con la ley de Costas. El PSOE puso un régimen transitorio (de 25 años) tras el cual todas las viviendas e instalaciones situadas en el dominio marítimo terrestre (en la franja de 20 metros que nos separa del mar) deberían ser demolidas. A los 24,5 años el PP derogó la ley (el inefable Cañete) y todos sus votantes siguieron con sus viviendas junto al mar, que para eso son ricos. Si los gobiernos duran entre cuatro y ocho años, legislar más allá es un brindis al sol. Claro que también se pueden consensuar las leyes (lo que ya se ha demostrado que es imposible con las leyes de educación) o simplemente ponerse plazos más cortos. La ley medioambiental es propaganda, buenas intenciones que no se cumplirán mientras los políticos tengan un contubernio con los poderes fácticos (gasísticas, petroleras, eléctricas, bancos, financieras, la iglesia…).
El PP desmanteló la ley de energías renovables del PSOE en cuanto Rajoy llegó al poder. Y lo hizo a lo grande. Suspendió las ayudas a las instalaciones de dichas energías (incurriendo en incumplimiento, cuyas consecuencias todavía no se han tramitado en los tribunales pero que pueden suponer miles de millones de euros) y por supuesto cerro el grifo de la financiación, suspendiendo radicalmente el plan de Rodriguez. Pasamos de ser pioneros en instalaciones de energía renovable a los últimos lugares. Ni que decir tiene que las grandes beneficiadas fueron las energéticas que podían seguir trapicheando (la cuenta del petróleo asciende al 10% del PIB) y contaminando (40.000 muertos al año por contaminación). Para redondear el tijeretazo aprobó el impuesto al sol que prohibía a los particulares auto-proveerse de electricidad mediante instalaciones domésticas. Llevamos ocho leyes de educación desde la Constitución. Es evidente que los partidos políticos están convencidos que manipular a los niños les dará votantes fieles en el futuro. Wolksvagen decidió que mejor que reducir sus emisiones era falsear sus datos. Ahí sigue como si no hubiera pasado nada.
Pero no todo son malas noticias (la cruda realidad). La justicia holandesa ha sentenciado que SHELL (multinacional petrolera de su país) deberá reducir sus emisiones en un 50% antes de una fecha no próxima pero razonable para lo que no es una ley sino una condena. Pero -a diferencia de las leyes españolas que están llenas de trucos- la ley pone dos condiciones asombrosas: en primer lugar no solo cuenta sus emisiones de producción sino también las emisiones de los automóviles y otros dispositivos que usen sus productos. La segunda es que no se la condena por delito medioambiental sino por conculcar los derechos humanos. Se abre el camino para que lo que hasta ahora se solucionaba con multas (Las trampas de Wolksvagen) sea ahora un delito constitucional. Evidentemente esto no ha acabado y todas las petroleras se unirán (como hicieron en su día las tabaqueras) para tratar de seguir contaminando y no pagando por ello. La sentencia dice que el cambio climático, las muertes que produce y la destrucción consiguiente del planeta, es culpa de petroleras como ésta.
La justicia holandesa ha intervenido hoy. El Parlamento lo deja para dentro de 30 años. Es la diferencia entre la efectividad y el postureo. Mientras discutimos si unos golpistas por motivos políticos, con arreglo a una ley obsoleta, son indultables o no, el planeta se sigue cayendo a pedazos mientras nuestra principal preocupación es reprimir las aspiraciones de libertad de un pueblo que tiene perfecto derecho a no pertenecer a una nación con la que no se identifica (y por la pasta, ¡claro!, lo que es legítimo). Y el CSPJ y los jueces no pueden ser renovados (y van dos años) porque el PP extrae una ventaja diferencial consistente en tener jueces de su cuerda cuando parlamentariamente no le corresponde. Eso sí, el patriotismo justo para mantener la integridad de España pero no para apoyar claramente al Gobierno cuando Marruecos nos echa un pulso. ¡Dais asco!
El desgarrado. Mayo 2021.