Los periodistas reniegan de la etiqueta “nueva normalidad”. Probablemente no es malo, simplemente les han robado su exclusividad para nombrar: la serpiente multicolor, el águila de Toledo, la magnitud de la tragedia, el marco incomparable. Cuestión de competencias.

Ya hemos vuelto a la “normalidad”: cada comunidad tiene normas distintas para lo mismo. Tenemos la igualdad más rara del mundo. La igualdad absolutamente desigual. Los dirigentes se pusieron muy nerviosos con la uniformidad dictada por el gobierno central. Ahora respiran aliviados: ¡donde estén mis normas!

Nadie ha podido convencer a los jóvenes de que esto es serio. Ni los centrales ni los autónomos. Es evidente que era su cometido: convencer. No lo han logrado. Estaban demasiado ocupados peleándose y echándose la culpa. ¿Estamos en los locos años 20? ¿Todos, algunos?

La norma es clara: ¡si no puedes mantener la distancia de seguridad enmascárate! Parece que nadie lo ha entendido. Quítate la máscara para beber, fumar o comer. Mientras enmascárate. ¿Tantos superhéroes, tantos carnavales, tanto postureo, no os han enseñado nada?

La crisis fue causada por la imprevisión, por la falta de medios materiales y humanos, por la falta de conocimiento, por la falta de vacuna o tratamiento. ¿Qué ha variado? ¿Es mejor nuestra sanidad, es mejor nuestro conocimiento, tenemos vacuna o tratamiento? Lo único que ha variado es nuestro valor: tenemos menos miedo. Todo lo demás es lo mismo. ¡Recemos!

El 80% de los muertos son mayores. Si lo hubiera diseñado un nazi diríamos que era un geno-gerocidio. No han sido nazis (aunque los ultras han metido cuchara). Como en todo crimen habrá que buscar a quién beneficia. ¿A la seguridad social? Trump lo sabe: los chinos. Veremos cuanto tarda en culpar al partido demócrata.

Los que pensaron que era más importante la economía que la vida han pagado cara su intuición: USA, UK, Brasil, Méjico, Rusia… incluso Suecia que confió en la sensatez de sus ciudadanos. Solo había una solución: el confinamiento. Por una vez hemos caído del lado bueno. Mal que le pese a la ultraderecha.

¡Salvar el culo! es la consigna. Se trata de que la culpa sea del otro. Los mayores muertos en Madrid son culpa del gobierno central (que no era competente). El mayor problema es Barajas (dependiente del gobierno central). Todos se preparan para la reinfención señalando a los culpables. ¡Estamos en buenas manos! ¡Y tú más!

El desgarrado. Junio 2020.