» 27-10-2019 |
Leo “Blockchain” de Arroyo, Díaz y Hernández. Libros de la catarata, 2019. Aunque habla de blockchain, el bitcoin está omnipresente por cuanto el primero se origina en el segundo. El bitcoin es una moneda digital y como tal se base punto por punto en el dinero tradicional. El dinero ha pasado por tres fases. Hasta 1944 era el material con el que se confeccionaba: plata, oro y cobre. Era lo que valía; hasta 1971 se convirtió en fiduciario es decir era un pagaré del que el Estado se comprometía a pagar al portador su valor en oro. Era una garantía; a partir de esa fecha el dinero se hizo fiat o por decreto: el Estado (el Banco Central) “garantizaba” su valor pero sin darle contrapartida. El dinero se basaba exclusivamente en la confianza. En 2007 la tremenda crisis económica debida -entre otras cosas- a los desmanes bancarios (dar créditos incobrables, desregularización, activos financieros opacos) produjo una gran desconfianza de los ciudadanos en los bancos que por delegación del Banco Central operaban con el dinero. La confianza desapareció. Como consecuencia se produjo la aparición de una moneda que prescindía de la autoridad del BC para su validación: el bitcoin. El bitcoin fue la consecuencia de la desconfianza en los bancos.
Pero el Bitcoin quería ser moneda y por tanto debía cumplir los requisitos de la misma: a) fiduciaridad. Tenía que estar garantizada. b) Intrazabilidad. El dinero no deja rastro de sus anteriores propietarios. c) Anonimidad. El dinero no delata a quien lo usa. d) Intangibilidad. Los datos de las transacciones no pueden ser modificados. Este es un problema de las transacciones digitales que no afecta a las analógicas. e) Irrepetibilidad. El dinero no puede volver a usarse una vez se ha entregado. Con esos parámetros Nakayama (un seudónimo) creó el bitcoin con dos propósitos accesorios: 1) eludir la comunidad científica, aunque creó algo inmediatamente utilizable y eludir la autoridad (bancaria) en la que se basaba la confianza. Y eso es lo que filosóficamente lo hace inestimable: no necesita ninguna autoridad para avalarlo. Es dinero anarquista (por antiautoritario: científica y económicamente) pero absolutamente formal. ¿Cómo lo hizo?
El problema de la fiduciaridad lo solucionó basando la garantía en un problema cognitivo: la resolución de un problema computacionalmente muy difícil. En vez de un metal o una garantía fiduciaria estatal lo centró en un problema a resolver de gran complejidad (como la industria minera debe resolver el problema de la extracción para aflorar el metal). ¿Pero cómo se crean problemas a resolver de gran complejidad? Mediante una encriptación unidireccional (fácil, aunque compleja de resolver, del mensaje al resumen y muy difícil de resolver del resumen al mensaje). Y por otra parte ¿Cómo se crea el dinero digital? Es el pago que se da a los que resuelven el problema por haberlo resuelto. Estos “trabajadores” de la creación de dinero mediante la resolución de problemas computacionalmente complejos son los “mineros” porque son los que afloran el metal (el valor fiduciario).
El problema de la anonimidad lo solucionó mediante la encriptación de la identidad. La firma digital ya existía y solo tenía que utilizarla. El sistema de encriptación no es relevante para lo que explicamos. Se realiza mediante funciones resumen (Hash) y firma digital (Sight), más pares de claves públicas y privadas (secretas). A diferencia de la firma analógica cada firma es distinta (incluye un resumen), pero eso tampoco es relevante. Este problema del anonimato de los actores está siendo la principal crítica que ha recibido el Bitcoin pues se presta al blanqueo y a ser la moneda del hampa. Evidentemente los bancos no están contentos con que se les haya excluido del negocio por lo que tienden a encontrar al sistema toda clase de pegas. Las grandes empresas tecnológicas (G.A.F.A.M.A.) ya tienen sus sistemas de pagos digitales: Google al estilo de Móvil-Pesa/Bit-Pesa) y Facebock ha anunciado su “Libra”.
La intrazabilidad suponía una contradicción. La integridad del mensaje podía asegurarse con la encriptación pero el mensaje debía ser trazable, puesto que la trazabilidad garantizaba su integridad. Además, la huella de las transacciones debía ser evidente porque era la garantía de que el mismo dinero no se utilizara dos veces, pero eso no significa que se deba conocer la identidad. Basta con que esa transacción se aplique a un seudónimo insoslayable. En una palabra la trazabilidad debía ser exquisita pero eso no implicaba que la identidad fuera manifiesta. De hecho se pueden rastrear todas las transacciones hasta la primera hecha por Nakayama en 2009. La transparencia de las transacciones es total y pública. Para garantizar la posesión de moneda (la disponibilidad de gasto) el actor debe utilizar una clave privada que lo instituye como propietario. Para ser destinatario de una transacción basta con un clave pública (compartida) que permite la verificación de la integridad del mensaje y de la disposición del dinero.
Todas las transacciones quedan registradas en unos bloques (pilas: el primero que entra es el último que sale) de un tamaño prefijado. Esos bloques está enlazados por una función resumen (Hush) que es la misma en la salida del bloque anterior y la entrada del siguiente (Blockchain). Los encargados de llenar los bloques son los mineros (en la actualidad granjas de mineros). Como la red es una red de pares (PXP), pues no hay autoridad central alguna, el llenado de los bloques (mediante la resolución del problema computacional complejo explicitado por una prueba de trabajo (PoW), se realiza en competencia. La cadena legal es la más larga de modo que si se rellenan dos bloques en paralelo el primero que reciba un nuevo bloque será el legal, pasando el otro a ser “huérfano” y sus registros a estar de nuevo disponibles para el llenado de otro bloque. En los bloques solo pueden escribir los mineros y el método de tomar acuerdos es el consenso. La totalidad de los bloques están disponibles para cualquier usuario. La transparencia es total. hasta el primer registro del primer bloque.
Para evitar la especulación el número de Bitcoin está tasado (21 X 10E6). Se expresa con la afirmación de que el bitcoin es deflaccionario. En 2140 se dejará de crear nueva moneda. En la actualidad el pago que se da a los mineros por bloque enlazado en la cadena es 12,50 Bitcoins (en 2009 era de 50 bitcoins). Cada Bitcoin se divide en 10E8 satoshis (debido al límite de ocho decimales con el que trabaja Bitcoin). Este límite puede ser modificado por lo que en el futuro la moneda podrá tener divisiones más pequeñas. En Diciembre 2017 el Bitcoin llegó a valer 20.000$ y a 28 de Octubre de 2019 vale 8.397, 06 €. Hay que contar que en 2009, el momento de su creación, valía 0$. El bitcoin, como cualquier otra moneda digital o criptomoneda, puede sufrir ataques de ciberdelincuentes, como así ha sido históricamente, pero no es más inseguro que el dinero corriente. En la actualidad, después de una fase de ignorancia y otra de combate, las autoridades financieras se aprestan a regularla en la seguridad de que ha venido para quedarse. En la próxima entrega hablaremos del blockchain.
El desgarrado. Octubre 2019.