» 13-06-2022

El pensamiento geométrico 21. Segunda parte. Hegel 1. Visión general.

Hegel es mucho Hegel, así que nos aproximaremos a él desde diversos enfoques. Primero daremos una visión general de su filosofía y después analizaremos sus divergencias con la metafísica. Sigo el texto de Victor Gómez Pin “Hegel. Lo real y lo racional” Batiscafo SL. 2015. Como quizás recordaréis estamos analizando el pensamiento geométrico que en vez de centrarse -entre las categorías aristotélicas- en la substancia (el ser) magnifica otras categorías auxiliares como la posición, la relación, el lugar (el espacio) y el tiempo. En la primera parte analizamos la ciencia y en esta segunda parte lo hacemos con la filosofía.

 

1. Empezaremos por clasificarlo filosóficamente. a) Realista. Desprecio de lo subjetivo, el punto de vista del individuo, sus opiniones e ideas… excepto cuando coinciden con opiniones e ideas generales (colectivas). b) Idealista. La sustancia del mundo no es comprendida como algo natural sino conceptual, insustancial (todo lo racional es real). c) Dialéctico. Cada finita forma de ser es contradictoria en sí misma. d) Sofista. La clave de la realidad es el discurso (todo lo real es racional). Lo que podríamos resumir como idealismo dialéctico objetivo. El idealismo venía de Platón, la dialéctica de Heráclito, la objetividad de Aristóteles.

 

2. El contexto. a) La revolución francesa, el terror y el imperio napoleónico. La revolución finiquita una era de infancia de las instituciones, miedo a la muerte y de ajetreo cotidiano de la vida, liberando a los hombres de la tiranía. Pero las contradicciones internas del movimiento social lo conducen al terror y al imperio. Alemania es invadida por Napoleón cerrando la contradicción de que el salvador de la humanidad es también el opresor-invasor. Este juego de tesis (la liberación y el fin de la monarquía) y antítesis (la opresión y la restauración) se resuelve en una síntesis que es la liberación y la restauración.

 

b) Kant revoluciona la filosofía al revolucionar el conocimiento; la moral y la estética. Los jóvenes le siguen con fervor lo que no impide que Hegel se oponga -más tarde- a su idea de que detrás de cada ente físico existe una realidad incognoscible (en sí). Le parece que es una concesión a las críticas de idealismo que le hacen sus opositores y que algo que no puede ser conocido es superfluo.

 

c)  Cristianismo. Hegel considera el cristianismo como una necesidad de orden racional desligada de cualquier iconografía o representatividad (“expresión imaginaria de una necesidad inherente al absoluto”). Cristo pierde para él su condición contingente (se hizo hombre pero podía no haberlo hecho), para convertirse en una necesidad de orden racional. El cristianismo es una cuestión de conceptos.

 

d) Epistemología. Hegel apuesta por una ciencia puramente necesaria (deductiva y axiomática; libre: las premisas de partida aparecerán como resultado de sus conclusiones; holística: capaz de deducir la realidad; y a-empírica: no subordinada al experimento. De acuerdo con ello enuncia que entre Marte y Júpiter no existe otro planeta… que la empiria demostrará que existe). De hecho se opone violentamente a Newton que había renunciado a encontrar la razón de la gravedad (su necesidad) conformándose con la generalización por inducción (la constatación de su existencia): la necesidad natural.

 

3. El sistema hegeliano. a) La necesidad. El episodio de Ceres le indica que debe ajustar su sistema: Acepta el conocimiento empírico (experimental) pero lo relega al entendimiento mientras que la necesidad natural la sitúa en la razón. Entendimiento y razón se separan. El entendimiento ilumina las matemáticas mientras la razón está llamada a constituir el saber absoluto sometido a una estricta necesidad. Los filósofos jónicos habían establecido que los fenómenos de la naturaleza no ocurrían por azar o capricho sino que respondían a que la naturaleza estaba regida por una implacable necesidad, y que el pensamiento podía acceder a la comprensión de esa necesidad. Hegel acepta esa necesidad pero en lugar de situarla en la naturaleza la sitúa en la razón (en el pensamiento que la comprende). Es la razón la que estará sujeta a una rigurosa necesidad. La ley natural es cosa de la razón que establece las leyes de la naturaleza.  Pero además del orden natural existe el orden social que está sometido a la misma necesidad rigurosa (la idea de la razón), lo que supone que todo lo acontecido en la historia de las sociedades no es contingente caprichoso o injusto. La percepción de que no es así, la percepción de la injusticia, el capricho y la contingencia (por falta de concepto) conforma la conciencia infeliz. La historia sustituye a la naturaleza en la consideración filosófica.

 

b) Finalidad. Tanto el devenir de la naturaleza como de la sociedad tiene una finalidad: el advenimiento de una conciencia que sabe la necesidad, que sabe en lo esencial el porque de cada cosa, y que percibe en ella su exhaustiva razón de ser. Este saber se traduce en la fórmula: “todo lo real es racional y todo lo racional es real” es decir: el mundo puede ser comprendido por el pensamiento y el pensamiento construye el mundo. Incluso el error y el extravío tienen su razón de ser.

 

c) Todo es a priori. Hacer de la idea (la razón) la base de la necesidad implica que solo la deducción es un método legítimo. Conocer es: partiendo de unas determinadas premisas de la razón, atenerse a lo que surge de tales premisas. En consecuencia: todo es a priori (construido intelectualmente y no desde la experiencia). Se parte de ciertas definiciones, axiomas y postulados y se deduce el mundo, como Euclides dedujo la geometría.

 

d) El principio de contradicción. Aristóteles había establecido en la lógica que los principios indemostrables (premisas de la razón) de los que parte la deducción eran: 1) el de identidad (toda cosa es igual a sí misma), 2) el del tercio excluso (entre una cosa y su negación no hay término medio posible), 3)

el de no contradicción (una cosa no puede ser simultáneamente ella y su contraria). Hegel negará este principio admitiendo la contradicción intrínseca, la dialéctica. La dialéctica era el método socrático que hacía que de la discusión (contradicción) saliera la luz. Previamente había sido establecida por Heráclito tratando de conciliar el ser (la sustancia) y el devenir (el cambio). El río es el mismo en cuanto río pero es distinto en cuanto agua. Platón, en sus diálogos la retomó de Sócrates primero como aplicable a situaciones concretas sensibles y posteriormente a las abstractas conceptuales.

 

e) Tesis, antítesis, síntesis. Hegel establece que el entendimiento está sujeto al principio de no contradicción, pero no que la razón lo esté. Supone introducir una diferencia radical entre entender y razonar. Y como la razón es la que legisla en el devenir de la naturaleza y de la sociedad (en el ser), Hegel niega que el principio de no contradicción sea un principio ontológico. Entender es entonces algo parcial e insatisfactorio, reflejo de una subjetividad limitada, carente y parcial. La razón tiene un movimiento interno en la que cada idea pugna con la idea contraria. Lo que el entendimiento ve como firme (tesis: la monarquía es orden) la razón lo ve como contradictorio (antítesis: la monarquía es desorden, orden republicano), pero este movimiento no consolidará la antítesis sino que dará lugar a una síntesis de ambas (la monarquía restaurada es orden) acabando con el principio del tercio excluso.

 

f) La filosofía no es ciencia. Las matemáticas no se ajustan a este esquema, no están sometidas a la dialéctica, porque la dialéctica concierne al ser, a la razón y las matemáticas conciernen al entendimiento, son mera abstracción del ser. De ahí el proyecto de reducir la filosofía a las matemáticas (Pitágoras) sea insensato para Hegel. La filosofía no tiene que negar la ciencia física (que está matematizada, es cosa del entendimiento); la filosofía de la naturaleza es cosa de la razón.

 

g) Lo a priori y lo empírico. Tiempo y espacio no son el marco de las cosas empíricas, el escenario donde se desarrolla la ciencia física, que Newton les otorgó… a priori, al margen de la inducción experimental. No solo los idealistas se exceden en el uso de determinaciones a priori. La frontera entre a priori y empírico no siempre es clara. La geometría (a priori) no desdeñó la verificación experimental y el idealismo hegeliano aceptó como a priori observaciones empíricas de la ciencia oficial.

 

h) “Como señalaba Santayana, las opiniones subjetivas, las aspiraciones y los deseos individuales dejarían para Hegel de ser irrelevantes si alguna circunstancia hiciera que lo que tiene un interés, digamos coral, pasase por ese individuo” (Gómez Pin, 2015, 39). Lo común, lo coral supera las limitaciones del individualismo.

 

La filosofía de Hegel ya está planteada. En la próxima entrega veremos a Hegel en sus documentos (clases, conferencias, artículos, libros) y la aplicación de su pensamiento a la teología, la política, o la propia filosofía.

 

El desgarrado. Junio 2022.




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