» 24-07-2023 |
Antes de que apareciera el pensamiento racional en el SVAC existió una forma de pensamiento previa y al que suele llamar pensamiento mítico. Este pensamiento es previo a la metafísica clásica y con grandes diferencias con ésta pero -como todo sistema de pensamiento- con grandes coincidencias también. Exactamente igual que la Metafísica clásica (MC) el sistema pretende conocer el mundo para controlarlo y predecirlo, pero, sin embargo no establecía la brutal diferencia entre el hombre y el mundo que sería bandera en la MC acomodándose a un cierto panteismo en el que el hombre se diferencia a penas de la naturaleza y de la divinidad (del mundo). La Metafísica mítica (MM) también pretende llegar más allá de la física, de las apariencias para adentrase en las esencias, en explicaciones profundas del funcionamiento del mundo, pero es un sistema escasamente representacional en el que la presencia es primordial. Evidentemente no puede utilizar el sistema de abstracción para universalizar porque al no existir el concepto (desarrollado ampliamente por la MC) no puede existir la abstracción.
Los universales habrán de ser obtenidos de otra manera: la presencia (lo que se presta a la observación) y el relato (lo que puede ser explicado de forma coherente). La cantidad no es absoluta como será en la MC sino comparativa según una ley de proporciones que la alejan de lo absoluto. La matemática-aritmética no tiene además un lenguaje propio lo que da lugar a las “matemáticas ingenuas”. La verdad no es lógica sino topológica (pertenece al lugar) o cronológica (pertenece al tiempo). Ello es debido a que la verdad no es independiente de las cosas y de las personas (como en la MC) sino subsidiaria de ellas. Estemos lejos de formular una lógica formal que nos permita alcanzar la verdad del significado exclusivamente a través del significante. La verdad se encierra en píldoras (refranes, brocardos, adagios, proverbios, suras) en una tópica de uso común. Pero la verdad sí es absoluta en el sentido de que no existen grados de verdad: las cosas o son ciertas o son falsas. La verdad fraccionaria (la probabilidad) tendrá que esperar más allá de la MC.La igualdad (debido a la falta de conceptos) se desenvuelve en el parecido razonable (pero vinculante): la analógica, lejos de la escala de matices de igualdad que caracterizará a la MC: tautología, identidad, igualdad, similaridad, simetría, equiparabilidad, etc. Como veremos dicha ausencia es debida al uso de imágenes en vez de conceptos (palabras). Por último esta MM no es sistemática por la simple razón de que la sistemática es un invento de la MC.
Si aceptamos que el proceso de pensamiento (de conocimiento del mundo) consiste en la captación de lo real, transformarlo en lo mental, manipularlo en lo mental y finalmente actuarlo en lo real, esta forma de (proto)pensamiento es la manipulación en lo real (sin transformación alguna)mediante el sistema de prueba y error y conservación del resultado mediante la experiencia (la memoria social). La experiencia formará parte del proceso de pensamiento mucho antes que el pensamiento (el proceso completo). El pensamiento en imágenes (analógica) arranca mucho antes de los tiempos míticos abarcando probablemente desde la posición de homínidos. No necesita abstracción pues manipula en lo real y almacena el resultado en el cerebro en impresiones (imágenes visuales, acústicas, táctiles etc). Este tipo de pensamiento, que compartimos con los animales, evoluciona en el homínido en el respeto a la sabiduría de los ancianos (almacenes vivos de experiencias) y en el recetario que suponen: las máximas de sabiduría: las suras, y versículos; los refranes, adagios, proverbios, sentencias, cuentos y leyendas míticas etc, almacenes históricos de experiencia y fundamento de la cultura en cuanto a su transmisibilidad transgeneracional. Es un sistema social de pensamiento pues todos los conocimientos pertenecen a todo el grupo (el individuo es un invento reciente… dirá Foucault) El individuo –como productor de pensamientos o comportamientos diferenciados- no existe. Y se produce la evolución del sistema. El cerebro crece en memoria y en cuanto el sistema de almacenamiento de imágenes se hace progresivamente más ágil, se inicia la manipulación en el cerebro de dichas imágenes. Al principio, simples asociaciones de imágenes que se evocan juntas porque se han producido juntas y han sido captadas por la observación atenta, y en una segunda fase, intencionadamente asociadas con el fin de rememorarlas juntas mediante los mecanismos de la metáfora y la metonimia. Estamos ante los inicios del primer pensamiento auténtico -si por ello entendemos el que captura la realidad la manipula en el cerebro y la devuelve a la realidad en forma de acción eficaz-. No hay abstracción ni simbolización sino pura manipulación de imágenes. El repertorio de dicha manipulación debió ser necesariamente escueto (contigüidad, similitud, causalidad) dada la dificultad de manejar imágenes.
Haciendo un paralelismo con la teoría de conjuntos, debió evolucionar de la siguiente manera: elementos de un conjunto (designación), conjuntos (familia, tribu, plantas , animales), subconjuntos (parte de un conjunto: los niños, las mujeres etc), pertenencia e inclusión (pertenece a familia tal, al clan, a la tribu), Relación binara (hermanos, hombre-arma), producto cartesiano (cazadores: todos los pares de hombres y armas), clase de equivalencia (rubios: todos los miembros con la cualidad de cabello claro). Aplicación (causalidad: de un antecedente se sigue necesariamente un consecuente), Biyección (necesariedad cruzada), cardinalidad (cantidad) y estructura o sistema (conjunto + relación). Todas estas categorías pueden darse en lo abstracto (y de hecho llevan el germen de la abstracción) pero lo importante es que también puedan darse en un sistema de pensamiento en imágenes . De especial importancia resulta la clase de equivalencia, que supone la existencia de una cualidad común y que empuja hacia la abstracción, pues cuando hemos separado en un conjunto a todos los que tienen una cualidad determinada, nada falta para que incluyamos a otro nuevo elemento que posea esa cualidad, en la clase de los que la poseen (la clase de equivalencia de los que pertenecen al conjunto de los que tienen el pelo rojo son los pelirrojos). En una palabra la adjetivación. Primer grado de abstracción, pues de lo real se extrae una cualidad que no se corresponde con una realidad física (es decir que no tiene soporte físico), mediante la que, si a un acontecimiento le corresponde siempre otro que le sucede, el primero es causa del segundo (el fuego quema). El suceso antecedente evoca en la mente el suceso consecuente. Es una relación entre la percepción en lo real y una imagen mental distinta de la anterior. La inversión de la causa unida a la experiencia de múltiples casos producirá la inducción. Este tipo de pensamiento depositado en el mito y en el consejo de ancianos, adjetivado en el Clan, estructurado en las relaciones de parentesco, animista y con culto a los muertos es “El pensamiento salvaje” (Leví Staruss). Y sin entrar en mas detalles denotar la aparición de un lógica en imágenes en nada diferente a la que posteriormente apadrinará el pensamiento abstracto.
La autoconciencia y la muerte. Según Lacan el yo del niño se constituye en la fase del espejo. El niño -inicialmente- es un ente indiferenciado de su madre. No tiene conciencia de su individualidad. En un momento de su desarrollo (1-2 años) se enfrenta al espejo (real o figurado: el espejo son los otros) y toma conciencia de si mismo como individuo. Se percibe como diferenciado. Se descubre compuesto de diversas piezas: brazos, piernas, cabeza que integran un conjunto que es unitario y único. No lo vehicula a través de la abstracción sino por medio de la imagen; de la percepción. Es una impresión (una presencia) y de ninguna manera un pensamiento o una intuición. Lo que veo es lo que soy. Aquí aparece el verbo ser en primera persona . La integridad corporal será su meta próxima y como consecuencia los excrementos sentidos como pérdida corporal de la integridad y la posesión como lucha contra la desintegración, de regateo del desmenbramiento. El sentimiento de posesión hacia la madre le conducirá a su primer conflicto social: el complejo de Edipo. Deberá aceptar -para resolverlo- compartir la madre con el padre. ¡Recién adquirida la unidad y ya empiezan las componendas! La propiedad obedece al instinto de integridad. Freud equiparaba dinero y excrementos, con lo que la posesión y la integridad-individualidad se hermanan.
El hombre -como especie- es la única que tiene conciencia de la muerte. También es la única especie que es capaz de prever, de anticipar el futuro, por tanto es la especie que tiene miedo a la muerte. Sabe que se va a morir y lo anticipa y lo sufre por adelantado. ¿Cómo se puede vivir con semejante espada de Damocles sobre la cabeza? Existe -como en los gobiernos ante las crisis- una batería de medidas. En primer lugar la trascendencia (primera acepción de la metafísica escatológica), negar la evidencia: la muerte no es el fin sino el principio de la vida verdadera y eterna o de la reencarnación o de cualquier otra zalamería. Afortunadamente para la humanidad esta es la idea natural en los albores de la humanidad. La permanencia es más simple que la desaparición y el animismo no podía dar otra explicación. Como consecuencia aparecen las religiones para administrar tan magnífico patrimonio. La otra vida depende de lo que hagas en esta (sobre todo en relación con los administradores de la religión) El cristianismo dará la última vuelta de tuerca al poner el premio máximo para los más desgraciados. Esclavitud voluntaria. Inversión de las categorías para Nietzsche. Es la primera aproximación a la meta-física. El tratamiento diferencial de los muertos establecerá las grandes diferencias entre las primeras civilizaciones.
La experiencia de la muerte siempre es en cabeza ajena. La muerte de los seres queridos es sentida como injusticia azarosa, como pérdida que bien podría haberle tocado a otro. Pero también como castigo. Si unimos la causalidad con la conciencia del mal, el advenimiento de un mal debe ser causado por una desviación de la norma: ofender a los dioses, por tanto la muerte se debe conjurar con el comportamiento adecuado a la norma: siendo bueno. El sentimiento de la injusticia (o mejor dicho de la equidad) es muy temprano en el niño. La justicia presupone la existencia de una norma y su respeto y el niño ha asumido su primera norma con el complejo de Edipo. La norma debió nacer como regla de convivencia en lo sociológico (no matarás), manipulada por la religión (Tu Dios te dice: !No matarás¡). La norma resulta ambivalente: es incómoda porque es impuesta, pero es cómoda porque proporciona seguridad jurídica. Uno sabe a que atenerse si la norma existe. Es la defensa del individuo frente al poder. Genera derechos individuales. En ambos casos acabamos en la norma; en el primero, en su existencia, y en el segundo en su cumplimiento. El mensaje es claro: si eres bueno, cumples con la norma, no morirás. Encontramos aquí el germen del altruismo, la generosidad y la solidaridad (virtudes escasamente biológicas, excluida la paternidad-maternidad). Pero también con la utilidad de la sociabilidad: pertenecer a un colectivo: clase, tribu, clan, ciudad, etc. consiste en una economía de cargas y beneficios. La historia de la política será la historia de esta economía.
La abstracción. Es generalizado el credo de que el lenguaje creó el pensamiento y de hecho contribuyó a ello enormemente. Recordemos que partimos de un lenguaje cohesionador del grupo social (lenguaje de la emoción, de mensajes implícitos) que lentamente evoluciona hacia un lenguaje informativo -en relación con la emoción- (mensajes explícitos). Paralelamente a la formación del lenguaje se produjo la abstracción. La primera abstracción es el propio lenguaje. Aún cuando empezara onomatopéyico, pronto -por el propio uso- debió simplificar sonidos que se alejaron del parecido con lo real. Siguió la designación: dar nombre a todo y, en particular, nombre propio o determinado, primero a las personas y luego a las cosas. Las cualidades, los atributos derivaron de los nombres. El primer hombre bueno se llamaba Bueno. Cuando apareció el segundo era "como Bueno" y -vía metáfora- "bueno" por la vía de la comparación. Ciertos nombres se independizaron y designaron cualidades abstractas. Igual ocurrió con los adverbios de lugar y de tiempo, -siempre por comparación (“separado del río como la casa de la empalizada”) hasta dar lugar a una estructuración del espacio y el tiempo. Tras el verbo ser (siempre el primero, siempre especial), las acciones (los verbos) derivaron de los nombres añadiéndoles el movimiento: ser + pie = pisar; ser + lanza = lanzar. Una partícula temporal indicaría los tiempos. El verbo ser: primero y modelo serviría para formar los tiempos y las personas. El uso del lenguaje desarrollaba el cerebro y el cerebro creaba nuevas abstracciones que a su vez formaban lenguaje, en una retroalimentación positiva (amplificación). No existe grupo humano sin lenguaje e incluso los primates han demostrado su capacidad para aprender lenguajes no fónicos (como los de los delfines o las ballenas). La abstracción estaba planteada, el siguiente paso era la construcción de universales.
Universales. En principio la abstracción supone almacenar información en forma de conceptos y no de imágenes. Probablemente esos conceptos fueron inicialmente símbolos-imagen . El icono de un árbol debe ser necesariamente más simple que el árbol real (pues ha de coincidir con todos los árboles) y cuando una simplificación juega a favor de la evolución su implantación está asegurada. Pero para que se diera ese paso formidable, consistente en despojar a la imagen de toda la carga de información innecesaria (para el caso) y dejarla en un símbolo conceptual, hacia falta un mecanismo cerebral no menos formidable. Dicho mecanismo existía ya en el cerebro, desarrollado por el órgano de la vista y el nombre que posteriormente recibiría fue Gestalt. La vista en el homínido consume el 25% del cerebro, es estraboscópica (en relieve) y considerada evolutivamente, un lujo superfluo para un ser que no se mueve en tres dimensiones. Pero lo mas importante –tanto para un ave rapaz como para un mono- es que el reconocimiento de objetos debe ser instantáneo. La diferencia entre agarrarse a un rama verde o a una seca puede suponer la muerte. Pues bien, ese despilfarro de cerebro fue reorientado por el homínido para crear la abstracción mental. Lo que en principio solo servía para reconocer objetos se convirtió en el instrumento para simbolizarlos y de esa manera poder manipularlos en lo mental, con un coste energético enormemente inferior al de las imágenes. Los trabajos de Locke, Hume y Wiener sobre asociaciones mentales y reconocimiento de objetos, así lo avalan. Continuará
El desgarrado Julio 2023