» 02-11-2020

Filosofos 27. Spinoza. Introducción, contexto y metafísica.

Spinoza (1632-1677), junto a Descartes (1596-1650) y Leibniz (1646-1716) son considerados los grandes filósofos racionalistas. Filosofía racionalista es la que acomete el análisis de la realidad (física y metafísica), el hombre (antropología) y la moral (ética) con la sola herramienta de la razón, o mejor, al margen de la experiencia, cosa que hoy (tras Hume y Kant) consideramos imposible. Pero el racionalismo es hijo de su tiempo y su auténtico enemigo es la religión, que durante la edad media polariza la función intelectual, fusionándola con la teología. La metafísica cristiana es una filosofía que canaliza lo que está más allá de la física en la trascendencia en lo sobrenatural. Dios es para esta doctrina un ser paternal, trascendente, cuyo fin fundamental es la salvación del alma del hombre. Pero la heterodoxia religiosa todavía no es posible y Descartes y Leibniz siguen siendo cristianos ortodoxos que respetan la figura del dios cristiano aún cuando luchan por la independencia del pensamiento de la teología y de la religión. Como tantos científicos modernos separan en dos esferas distintas la religión y la ciencia.

 

Porque los siglos XVI y XVII, que contemplan a Galileo (1564-1642), Newton (1642-1727), Descartes, Leibniz, Huygens (1629-1695), y el propio Spinoza son los siglos de la revolución científica y experimentalista (“Hipotesis non fingo” dirá Newton), lo que no quita que se potencie la razón pura como ariete contra la filosofía teológica cristiana. Los científicos como tales no existen sino que son filósofos naturales y la separación de ciencia y filosofía no se producirá hasta mucho más tarde. La independencia de la razón (respecto a la religión) es la apuesta primera… con el debido respeto a la inquisición que vela por la pureza cristiana con ferocidad desmesurada. Pero mientras la razón era una buena alternativa a la religión, la experimentación no gozaba del mismo prestigio, seguramente porque no era el campo en el que se desenvolvía la religión. Y porque todavía no se habían divorciado ciencia y filosofía. Las matemáticas (hijas de la metafísica: la cantidad como abstracción de la naturaleza que permite entender la realidad) ascienden fulgurantemente hasta el punto que el método geométrico se postula como método universal de entendimiento no solo de lo físico sino de todo lo humano. Esa será la postura

de Spinoza.

 

La metafísica  empieza siendo, con los presocráticos, lo que hay más allá de las apariencias: el orden subyacente, la estructura, la sustancia, de la realidad. En una función indagatoria (que la trascendencia hará inútil al tener a Dios) buscarán los principios que generan el mundo, aquello con los que se puede construir: los cuatro elementos, los átomos, aire en distintos grados de condensación, o los números en el caso de los pitagóricos. Los grandes filósofos griegos continuarán esta estela: ideas, esencias, ontología, etc. hasta que el cristianismo efectúe su especial interpretación de la metafísica con la trascendencia de un Dios personal, redentor y paternal: el más allá (meta) es la otra vida. Spinoza dará el primer hachazo a esa concepción cristiana de la metafísica (pero no sin recelos y cautelas): la negación de la trascendencia. Sin embargo su oposición no alcanzará a indagar qué o cómo la metafísica genera la realidad, porque conserva la idea cristiana de que el principio generador de la realidad es dios. Identificará dios con la estructura, orden subyacente o la sustancia de la realidad, en una palabra: dios es la metafísica (pero más en su parte física que meta). Una forma de conservarlo y destronarlo, a la vez. El ajuste de cuentas con la religión judeo-cristiana es evidente.

 

Su filosofía es demostrativa (el método geométrico) sin que sepamos de donde han surgido las ideas que demuestra y que aparecen en su sistema como prefacios (introducción), definiciones (conceptos) o axiomas (verdades evidentes e irrebatibles) -en lo alto de su sistema-, y como escolios (comentarios), apéndices (relatos) -en la parte baja. En el centro de su sistema geométrico se sitúan las proposiciones, demostraciones y corolarios (consecuencias lógicas). Deleuze comentó que esta doble manera de exponer su

pensamiento: demostraciones “more geometrico” y disgresiones libres, caracteriza su pensamiento. Dada su labor científica, paralela a su labor filosófica (incluso experimental) -colaboró con Huygens en investigación óptica- no podemos descartar que las ideas surjan de la experiencia de la vida, es decir una experiencia no reglada, intuitiva, fruto de las percepciones y sensaciones. Porque la vida tiene una singular importancia para Spinoza, no solo porque el cuerpo es equivalente al alma-espíritu y las ideas equivalentes a las cosas (paralelismo) sino porque la libertad se impone al determinismo, porque la emancipación (de la religión, del poder político, de la moral positiva) forma parte integrante de su experiencia de la vida.

 

Pero no acaba ahí su aportación a la metafísica (su separación definitiva de la trascendencia, del dios paternal y de la religión-teología, la preeminencia de la cantidad) pues hará otras aportaciones en la construcción de la metafísica moderna como la preeminencia de la ética, la crítica de la abstracción, etc. pero será otro día, que por hay ya lleváis suficiente calentón.

 

El desgarrado. Noviembre 2020.




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