Imputan a Cospedal. Hasta aquí lo normal en una democracia garantista. Lo que ya no es normal es la orquestación de una respuesta que desde el primer minuto trata de manipular la opinión pública para predisponer los jueces a su favor (si hay alguno que no lo esté ya, tras la manipulación continuada de las renovaciones y los nombramientos). Y la manipulación incluye la intoxicación de unos y otros pero también la manipulación-crispación de sus propios seguidores para que sobre-actúen en las apariciones de su sagrado líder. Esta táctica la inventó VOX mediante provocaciones en campo contrario para conseguir sacar de quicio al personal y poder así obtener la foto de la crispación que hábilmente convertirán en victimismo. Como he dicho en otras ocasiones la derecha tiene unos recursos de manipulación-crispación muy superiores a las de la izquierda. Las ruedas de prensa públicas son un buen ejemplo. Los mítines en campo contrario, también. Recientemente la autoridad prohibió una aparición de Abascal en Ceuta: si la prohiben, ganan; si la permiten: también.

Cospedal se monta un teatrillo paseándose dos horas por el Congreso (acompañada de diez congresistas del PP que no le avisaron que se había suspendido la convocatoria), lamentándose que no la han avisado (lo que resultó falso) ¿Qué político no mira su móvil cada 30 segundos? y arremetiendo contra el Gobierno: “Esto no es una democracia”. “Todo esto es una maniobra para desviar la atención de los indultos”. Cuando Iglesias dijo que esto no era una democracia el PP se le echó encima, ahora sabemos por qué: el monopolio de criticar la democracia es de la derecha. Respecto a la maniobra de desvío, Cospedal obvia que la maniobra la estaba haciendo ella y -desde luego- el Gobierno no podía preverla. Lamentable esperpento de una cacique cabreada porque le persigue la justicia por apoderarse de los recursos del estado para destruir pruebas en contra de su partido y de ella misma.

Hoy, Casado, aplica la táctica Abascal de ruedas de prensa públicas (con partidarios) y mientras se niega a contestar las preguntas de los periodistas (como ya hizo ayer), -con muy buenas maneras… tan buenas que resultan sospechosas- sus partidarios abuchean y agreden a los periodistas. Los periodistas alineados se encargan de que esas agresiones no sean lo importante, sino cargando la mano sobre la crispación de honrados ciudadanos por los desmanes del Gobierno. Evidentemente es la continuación de la campaña que empezó ayer con Cospedal y que tiene por fin crispar, intoxicar y decantar la opinión pública en defensa de la corrupción del PP. Diaz La Madrid pone su grano de arena quejándose de los ataques del Gobierno hacia la comunidad de Madrid (porque no les dejan abrir el ocio nocturno) como si el que estén en una incidencia brutal del virus fuera culpa del Gobierno. Naturalmente se declara en rebeldía -como lo ha hecho otras veces- para crispar el ambiente y culpar al gobierno de sus propias estupideces.

La cosa no acabará aquí. Hasta el día 29 en que Cospedal tendrá que declarar ante el juez la crispación será diaria. La maquinaria de crispación del PP funciona tan bien como su maquinaria de corrupción, mientras la izquierda se deja comer el mijo una y otra vez. Los escándalos se suceden mientras los portavoces piden a voces la presunción de inocencia. La presunción es para la justicia. Para los ciudadanos nos basta con oír los audios y leer correos entre Villarejo, Del Hierro y Cospedal. Produce sonrojo que el mismo partido que manipula la opinión pública constantemente pretenda que esa misma opinión pública se atenga a la presunción de inocencia cuando les conviene. El que a hierro mata a hierro muere y cuando eres en maestro de la manipulación no puedes reclamar que la ciudadanía sea impecablemente imparcial cuando te conviene.

Cada vez que el Gobierno hace una cosa bien, la derecha tiene un ataque de cuernos pues piensa que la nación es suya y no debe obedecer a nadie más que a ellos. No solo es dictatorial y caciquil sino que además la trata como la derecha a tratado siempre a las mujeres: sojuzgándolas, despreciándolas y vituperándolas: no les consiente que tenga otro señor que la derecha misma. Ha resultado cierto que no era necesario prolongar el estado de Alarma. Desde que se levantó las cosas no han cesado de mejorar. La derecha vuelve al discurso del autoritarismo porque el Gobierno pone nuevas normas (que no necesitan el estado de alarma) que ellos no quieren aceptar. Y lo argumentan diciendo que si querían mandar que hubieran mantenido el estado de Alarma. No. No es así. Dijeron que no era necesario, no que a partir de ese momento las comunidades pudieran hacer lo que les diera la gana. Dijeron que había vías suficientes y eso es lo que están haciendo: aplicarlas. Nos quedan cuatro semanas suaves. Porque el PP está en estado de Alarma.

El desgarrado. Junio 2021.