» 10-11-2021 |
El PSOE y EL PP se reparten los cromos de los jueces desde intereses exclusivamente partidistas y con total desprecio a los ciudadanos y las instituciones. El mensaje es claro: ¡No queremos vuestros votos! Nos basta con la corrupción de las instituciones y su control partidista. La democracia era una falacia y ahora lo hemos demostrado palmariamente. Tanto defender la independencia de los poderes y la despolitización de la judicatura para acabar en este esperpento. Si habéis cabreado a parte de la judicatura (incluso la ideológicamente afín al PP), alarmado a los medios y despreciado a los ciudadanos ¿qué más queda por hacer? ¿Subastar los cargos, comprar los votos, amañar los censos…? En la mierdodemocracia en la que vivimos a merced de los partidos que ni tan siquiera tienen democracia interna (como demuestra la disciplina de voto, o las elecciones internas por compromisarios o a dedo), con el voto manipulado con circunscripciones desiguales, ley de proporcionalidad, listas cerradas y clausuradas, números clausus, listas de partido, dopaje de las campañas, etc, en esta España de la intoxicación, la mentira la demagogia y el populismo, solo nos faltaba esto: la elección de un corrupto como miembro del TC. No alguien de ideología manifiestamente carca, sino un corrupto.
Y esto tendrá repercusión en las urnas. Ningún votante de izquierdas (por el giro a la derecha) ni de derechas (por la indistinción con los ultras) puede votar a un partido que antepone su culo a cualquier otra consideración de Estado. ¿Dónde ha quedado aquello del bien común, de los derechos de los ciudadanos, de la ética política, de la democracia? Los políticos (al menos estos) no nos representan y en una democracia representativa eso es muy grave. Ningún partido que hace dejación explícita de su cometido fundamental: representación, defensa de los derechos, democracia, separación de poderes puede recibir los votos de los ciudadanos. Ninguna banda de delincuentes (porque apoyar a un corrupto para el TC es prevaricación), puede seguir ni un minuto más al frente de las instituciones. Y no olvidéis que no-votar es lo mismo que votar a la lista más votada.
Es hora de desalojar a estos corruptos de sus mullidas poltronas y no solo por lo que ya han hecho sino por lo que queda por venir. Si hasta ahora han podido avanzar en la senda de la corrupción política, ¿qué no nos deparará el futuro? O cortamos la hemorragia o la democracia se muere (que enferma ya estaba). Nunca habrá sido tan fácil votar: a los que no han participado de estas argucias, malas praxis, y corrupción. El castigo a la desfachatez debe ser ejemplar. Sabemos que con esta alta judicatura la justicia no es posible. Se trata de salvar el culo de sus corruptos y de ellos mismos como cómplices necesarios de los primeros. Las instituciones (todas) están podridas. La democracia ha desaparecido.
La subida de Más País y de VOX se me antojan exponenciales. La debacle de Sánchez será sonada (para regocijo de muchos de sus compañeros). Si llegó a la presidencia fue por su liderazgo de las bases más inquierdistas. Ahora las abandona. El resultado está cantado. Habrá que fiarlo todo al voto cautivo, a la flaca memoria del electorado, a la intoxicación, y al dopaje de las elecciones. Por méritos propios no van a conseguir nada, así que habrá que recurrir a otros medios. Como ocurre en el anuncio de la TV “Qué no me haces caso, pues yo, me voy a la Mutua”. La supuesta modernización de nuestra España (con permiso de la derecha que se la ha apropiado) no nos ha arrancado de la España de pandereta que siempre nos ha acompañado. La transición fue una operación de legitimación, reciclado y absolución de los criminales franquistas, y de ley de punto final. La Constitución es una constitución de derechas y de caciques (fundamentalmente la clase política). Se impone una segunda transición, esta vez, hacia la democracia y la inviolabilidad de las instituciones. Y eso pasa por olvidar a PSOE y PP (y por lo visto: UP). ¿Algún voluntario?
El desgarrado. Octubre 2021.