» 22-11-2021 |
El pollo descabezado sigue corriendo alocadamente de un lado a otro sin dirección ni sentido. Su trayectoria es cada vez más caótica y últimamente solo mete la pata más y más. El congreso fue una sucesión de metidas de pata desde las declaraciones de Vargas LLosa -que negó a los ciudadanos la facultad de votar bien- hasta el hartazgo de las feministas (que también las hay de derechas). La pugna con Diaz Ayuso le ha dejado en el lugar del culo pues la madrileña le saca ventaja en cada embate. Su estrategia de callar a ver si las cosas se olvidan no sirve con una contrincante que hace declaraciones diarias contestando o tomando la iniciativa. La particular estrategia de Diaz de “hacer la goma”: tensar y aflojar continuamente, lo ha puesto hasta ahora en inferioridad. Las declaraciones de la Àlvarez -cuyo contubernio con Diaz es evidente- le han dejado KO. El ejemplo del frente feminista de izquierdas (al que el pollo calificó de “Aquelarre”) ha cundido entre sus fichajes “estrella” y amenaza con saltarle en la cara. Resumiendo: no hay liderazgo, carisma ni sentido. Casado con la desorientación y con la huida hacia delante es obvio que se enfrenta a la realidad de que le quedan cinco telediarios.
Hacía muchos años (habría que remontarse a aquel Hernández Mancha que pretendió suceder a Fraga cuando Verstringe se hizo de izquierdas) para encontrar un caso semejante de estupidez política. Para colmo se mete en un iglesia -por azar- y resulta que es una de las pocas iglesias que en España hacen una misa por el sanguinario dictador. No discutiré si lo sabía o no, pero es evidente que, en cualquier caso, es una cagada descomunal. Cuando González afirmó que no sabía nada del Gal, ya dije que si lo sabía mal y si no lo sabía peor. Un presidente, o el líder de un partido que aspira a serlo, no puede cometer esos errores. Ya no se trata de que sus votantes y los afiliados sean Ayusistas o Casadistas sino que no se puede tener como líder a un metepatas de este calibre. Las sentencias contra su “antiguo” partido (dice él) se suceden y su relación con Arnaldo, en relación a su título (era el que mandaba en la universidad donde consiguió sus títulos) ha sido evidenciada por los medios. Impulsar al TC a un corrupto declarado tampoco es de recibo tras haber bloqueado la renovación de ese órgano, entre otras razones (que han sido variadas) porque deberían ser los jueces los que escoja a sus dirigentes “para despolitizar la política”.
Parecía que las mentiras y la desorientación de Aznar (que hasta que sufrió el atentado que le puso en el mapa, se pasó su primer año apuntando y no disparando nunca) y que nos metió en una guerra con mentiras de calado como la de las armas de destrucción masiva, o las incoherencias de Rajoy mientras desmantelaba toda la política de energías alternativas, se enredaba en jardines dialécticos o prolongaba la concesión a la papelera de la ría de Pontevedra (su pueblo) para que pudiera contaminar 60 años más, no podrían ser superadas, pero no ha sido así. Casado -que ha resuelto el problema de la corrupción de su partido relegando la culpa al pasado como si el tiempo lo curara todo o cambiando de sede-, que ha sembrado serias dudas sobre su carrera y su master, que ha seguido el ejemplo de su mentora Aguirre fichando a colaboradoras fieles como Diaz y Álvarez (que bien podríamos llamar ranas), que se ha aproximado (y pactado descaradamente como si solo los independentistas fueran radicales) a la ultraderecha, en la desesperada intentona de perder la sangría de votos, que ha boicoteado la marca España en el extranjero, y las medidas contra el coranavirus, que ha metido la pata una y otra vez, dividido el partido y empujando a sus votantes hacia la ultradercha, etc. ese pollo descabezado sin dirección ni sentido ha perdido la confianza de su partido porque no se puede apoyar a un mequetrefe (niñato dice Aguirre, veleta dice Álvarez, estúpido piensa Diaz).
Casado no puede obviar que para ser presidente de España primero debe ser candidato por su partido y eso parece ser, a lo que no está por la labor Diaz. Ella tensa la cuerda constantemente (aunque también la afloja cuando le parece conveniente). Diaz insiste en adelantar el congreso y Casado, no quiere que ella se lleve la baza. Y la sombra de la coalición de mujeres de la izquierda pesa como una losa. Las alternativas transversales dan mucho miedo y la de género es la más importante. Diaz-Álvarez y Aguirre son el trío -que a partir de ahora- se van a mostrar como feministas. Aquel verso suelto, aquella semilla, que sonó en el congreso reivindicando el poder de las mujeres parece que ha germinado. Todos quieren el poder, no el reparto, sino el poder total (lo que los diferencia de la pugna Aguirre-Gallardón). En una guerra como esta habrá un perdedor impredecible (Diaz o Casado), pero habrá otro perdedor inexorable: el partido y sus votantes. Cuando os digan que todo lo hacen por los españoles podéis pensar dos cosas: que mienten y solo quieren el poder o que es por el interés de los españoles de izquierdas. En cualquier caso la alternativa es tenebrosa.
Casado quiere pasar a la historia como el líder del partido que dilapidó su ventaja en luchas intestinas y eso no le conviene al PP, y ni siquiera a España. Sr. Casado: arregle esto para que podamos pensar que es capaz de enfrentarse a los problemas a los que se enfrentará si llega a ser presidente. Sra Diaz, no es cierto que contra peor… mejor. Una parte de su partido nunca le perdonará que anteponga sus intereses personales a los de la derecha española… y de rebote, de los españoles. En España no hubo ultraderecha mientras el PP aglutinó todo lo que había a la derecha del PSOE. Ahora se evidencia que los intereses de la derecha pueden ser tan divergentes como los de la izquierda. Pero además cuando la izquierda se une es cuando la derecha decide sacar a relucir sus diferencias. Es difícil ser demócrata y ultraderechista. Demasiadas tendencias: ultraderechistas, franquistas, nacional-catolicistas, falangistas, democracia cristiana, liberales, ultraliberales, derecha democrática, etc. o resumiendo: fascistas y demócratas, y parece que los últimos son los menos. Precisamente la facción a la que pertenece Casado. Es el momento de pasarse a la transversalidad. ¿Quién está rompiendo España ahora? Siempre os quedará el antiterrorismo de ficción y el integrismo político-religioso. De lo demás no queda nada.
El desgarrado. Noviembre 2021.