» 30-11-2021

La 14-132 Legislatura. La ultraderecha y el ultraterrorismo. La desmemoria histórica.

Diaz Ayuso: “Hay que gobernar para todo el mundo pero especialmente para los que colaboran…” Solo se puede entender que gobernar consiste en dictar leyes y disposiciones que afectan a todo el mundo pero que solo favorecen a una facción de la sociedad: los que colaboran. Vargas LLosa no iba  tan desencaminado: Deberíamos excluir del voto a los que no saben votar, es decir a los que no colaboran. Se han quitado la máscara. O como cuestión previa (impedir votar a los que no saben votar) o como cuestión posterior (excluirlos de las decisiones del gobierno) la cosa ha quedado clara. El fascismo puro y duro ya está aquí y lo que es más, está aquí descaradamente, a las claras. La dialéctica de los puños y las pistolas joseantoniana ha dado paso a un fascismo light en el que la fuerza no es la fuerza bruta sino la fuerza de las relaciones, del miedo, de la historia tergiversada. Ha desaparecido el coraje fascista: ya no presumen de ser los novios de la muerte. Se han apuntado a la sopa boba.

 

Diaz Ayuso cierra un pacto de gobierno con la extrema derecha y se garantiza la aprobación de sus presupuesto. Y se la garantiza amordazándola, pues no podrán oponerse a ninguna iniciativa de su socio. No le duelen prendas en afirmar que quiere gobernar para Vox porque coincide con ellos en cuestiones de educación (es de suponer que en el fascismo educativo). No habla de otras cosas en las que coincide, como la bajada de impuestos (y por tanto de prestaciones), la demonización de los migrantes, el control del cuerpo de las mujeres (aborto, violencia de género), la defensa de la herencia del franquismo (anulación de la memoria histórica, el fascismo, el nacional-catolicismo, la fiesta nacional, el orgullo del holocausto indígena, el feminicidio, etc) o la negación del nazionalsocialismo.

 

Mientras se llenan la boca denunciando los apoyos que Bildu o los independentistas catalanes dan al gobierno, mientras se lamentan hipócritamente de que los herederos de ETA no denuncien a sus antiguos correligionarios (cuando ellos apoyan a sus corruptos cerrando filas y no dudando en corromper la ley para evitar que la verdad sobre la corrupción salga a la luz), siguen adorando la memoria de un dictador sanguinario, impidiendo a muchas familias enterrar a sus muertos. Porque el franquismo y la vergonzosa ley de punto final que lo absolvió son cosas del pasado, del que no hay que hablar, pero ETA es cosa del presente porque su memoria es mantenida artificialmente para poder minar al gobierno. Tanta memoria para unas cosas y tan poca para otras.

 

Los radicales son tan radicales por la derecha como por la izquierda y pretender que es radical aceptar el apoyo de un partido constitucionalmente democrático como Bildu o ERC, por su pasado, no lo es menos que aceptar el pacto de gobierno (no el apoyo, no: el pacto) con un partido radical de ultraderecha, heredero de los crímenes de franco de su autoritarismo, de su misoginia y su oligopolio hacia los poderosos. O hay memoria o no la hay pero no puede ser que para esto sí, y para esto no. Claro que el partido que pacta con la ultraderecha no es inocente de su ideología porque también el PP es heredero del franquismo y de sus desmanes democráticos y penales.

 

La derecha sabe gestionar mucho mejor la propaganda que la izquierda. Es más fácil defender posiciones a-ideológicas que las lastradas por la ideología (no otra cosa es el fascismo). En las actuales circunstancias, en la que la intoxicación, la mentira vil y canalla, la demagogia y el populismo -eso que se ha dado en llamar posverdad- la ingeniería comunicativa es más importante que la ideología: no se trata de actuar sino de aparentar. Se maquillan cada día como mujeres, esas mujeres a las que niegan la libertad y la igualdad. Quizás es que son travestidos. Algo debe destacarse de la actitud de la izquierda: no usar la ingeniería de la posverdad es índice de que la ideología todavía está ahí. Pero deberían defenderse porque si no lo hacen la derecha (cuyo desprecio por todo lo que no sea el pragmatismo del resultado, -como reza el fascismo- se la trae al pairo) se los comerá electoralmente, como se los han comido tantas veces dopando las campañas con dinero negro y delictivo.

 

Esto no tiene solución. Hemos pasado de la profesionalización de la política a la mafia de la política. Ya nadie oculta que lucha por el poder desesperadamente. No se trata ya de trabajar por la comunidad (que hace tiempo que les importa una mierda) sino de mantener la poltrona como sea (y ese como sea quiere decir… a cualquier precio). Si aplicaran esa pasión por la poltrona a su trabajo, los ciudadanos seríamos felices. Quizás es eso lo que no quieren. Tenernos cabreados, enfrentados, soliviantados, les facilita su negocio porque facilita la confusión. El desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. ¡Qué poco sabía el legislador que ese brocardo serviría para que los legisladores arguyeran la desinformación a su favor y en contra de los ciudadanos. Aquí solo hay dos equipos: el poder y el despoderado, el amo y el esclavo, el dominador y el dominado. ¡Si. Estamos mejor que en otros sitios (Venezuela, Cuba, quizás Sierra Leona)! pero la diferencia, es más de formas que de realidades y en cualquier caso es ínfima. Y aún así, la ultradercha añora aquel gobierno fascista que nada tuvo que envidiar al comunismo.  ¡Ya tenéis la propiedad privada. Ahora solo os falta que esa propiedad tenga contenido efectivo! El 30% de los españoles solo poseen deudas, eso sí, es una deuda privada que nadie tratará de paliar. Esto no tiene solución… y tú lo sabes.

 

El desgarrado. Noviembre 2021.




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