» 25-01-2023

La 14-163 legislatura. Los superforrados supermercados.

La señora Belarra (Podemos) ha insultado a los empresarios de la alimentación. Les ha llamado capitalistas despiadados (o algo similar). Mercadona (Roig) ha salido al quite y ha afirmado que ellos son los que crean riqueza (no ha dicho para quien) y con estos mimbres se ha construido el cesto de la controversia político-social. La polémica es antigua: capitalistas contra socialistas, aunque en este caso, los socialistas (PSOE) están del lado de los empresarios…  lo que tampoco es nuevo. Como siempre el debate se produce de forma “técnica” (es decir incomprensible para el ciudadano) y por ello -en la función didáctica que me caracteriza quiero aportar mi rayo de luz a la oscuridad. Empezamos.

 

1. Decir capitalismo despiadado es una redundancia. El capitalismo se basa en la confrontación, en la competencia feroz. No caben aquí zarandajas como la piedad, la consideración o el respeto. El capitalismo o es salvaje o no es. Descartada la posibilidad de que el capitalismo sea sustituido por otra forma político-económica-social solo nos queda suavizarlo, domarlo, domesticarlo. Convertirlo en algo menos agresivo y más amable. Las utopías comunistas de Estado han fracasado (Fukuyama dixit). Rusia y la china son hoy en día países capitalistas (otra cosa es que hayan informado cabalmente a sus ciudadanos o que los conservadores lo acepten). ¿Por qué? la respuesta es el sueño americano: todo el mundo, prescindiendo de su cuna, puede llegar a ser millonario (o presidente, que para el caso es lo mismo). El capitalismo es una promesa de emancipación y en eso no se diferencia en nada de otras promesas como la socialista, la comunista o la anarquista. La diferencia reside en que la emancipación se consigue (en el caso del capitalismo) en una confrontación despiadada sin apenas reglas, tutelas o cortapisas. Le llaman libertad. El capitalismo ha sabido ejercer el totalitarismo sin ejercerlo política o económicamente. Las alternativas no han sido tan inteligentes.

 

2. Mercadona (Roig) contraataca diciendo que ellos crean riqueza. No es así. Los empresarios no crean riqueza. La gestionan. Los empresarios no crean los recursos naturales (petróleo, gas, minerales, geografía, cultura, etc.) sino que se apropian de su gestión. Los empresarios no inventan la agricultura sino que se apropian de su gestión. Los empresarios no impulsan la I+D sino que se columpian del Estado para que les haga el trabajo mientras ellos recogen los beneficios. Los empresarios no comercian sino que comercian con el comercio. La prueba de que no crean riqueza es el recurso a la deuda (La riqueza financiera). Cuando no quedan tierras que invadir-colonizar para encontrar nuevos recursos o simplemente para saquear, cuando no quedan trabajadores que explotar o mujeres que sojuzgar o judíos que expulsar y expoliar, etc. entonces inventan la riqueza ficticia_ la deuda: gaste hoy lo que ganará mañana. La riqueza como adelanto.

 

Porque los empresarios son profundamente tramposos. Ya dijo Marx (¡la bicha!) que el capitalismo contiene su propia destrucción (la lucha de todos contra todos) y dijo también que no había nada personal en la lucha de clases: la lucha se hace necesaria porque los empresarios no quieren abandonar sus prebendas. El capitalismo es la animalidad: la lucha por la supervivencia y el egoísmo exacerbado. Las auténticas virtudes de los humanos son la solidaridad, el altruismo, la generosidad. Virtudes -por otra parte- que dimanan de la maternidad. Y por eso el capitalismo se autodestruirá: la competencia extrema conducirá a la ruina de todos. Pero el capitalismo ha demostrado una enorme capacidad de adaptación y, ahora, Cuando la competencia es más feroz, se ampara en prácticas fraudulentas. La ley también está al servicio del capital.

 

Recapitulemos sobre como han ocurrido las cosas. En un panorama plácido aparecen la pandemia y la guerra de Ucrania. Como dicen los chinos toda crisis es una oportunidad de negocio. Los oportunistas hacen su agosto, la inflación se dispara y los empresarios cargan inmediatamente los nuevos costes en sus productos. En el caso de los empresarios de la alimentación el 14%. Sin embargo la inflación anual ha sido del 5,7%. El Sr Roig no nos explica el porqué de esa diferencia. Simplemente dice que él crea riqueza. Si nos asomamos al bando de los trabajadores nos encontramos que los empresarios se oponen ferozmente a que se repercuta la subida del nivel de vida en los salarios y las pensiones. Resumamos: que la crisis la paguen los trabajadores y los pensionistas. Es esa desigualdad feroz (Stiglitz) la que propugnan los empresarios: la ley del embudo. Lo ancho para mi y lo estrecho para el mundo.  Los empresarios han ganado con la crisis y quien debe pagar la diferencia son los trabajadores. ¡Es o no es hacer trampas?

 

Globo, ha recibido una multa multimillonaria. Contrata trabajadores a los que hace falsos autónomos además de contratar a sin papeles. Tenían sentencias y leyes en contra pero les da igual. Ellos a lo suyo: la explotación del trabajador. La economía “colaborativa” sigue en el candelero. Los taxistas van a la huelga en contra de las plataformas de taxis amateurs. Las energéticas hacen una campaña intensiva para anular los contratos antiguos y cambiarlos por contratos nuevos mucho más caros. Los empresarios se han convertido en tahures. Esa es su repuesta a un capitalismo que se desmorona por sus propios errores. Hemos entrado en la era de los empresarios delincuentes y los partidos políticos -aliados con los empresarios desde los ochenta- no van a pararles los pies.

 

¿Quien miente más Roig o Belarra? Esa es la pregunta que deberíais haceros cundo vayáis a votar. Porque os la estáis jugando.

 

El desgarrado. Enero 2023.




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