» 28-08-2023

La 14-172 Legislatura. Del pollo descabezado al gallego impasible. Núñez Feijoo.

 

En la rancia tradición hispana de adjetivar a los personajes públicos llamé a Casado "pollo descabezado” porque su deambular se volvió errático cuando se le movió el suelo bajo los pies, corría despavorido de un sitio para otro negándose a reconocer que estaba muerto y que su carrera no era sino un reflejo (estirar la pata) de su auténtica situación vital: cadáver político, muerto. Quizás debería decir asesinado por su querida amiga y compañera. No otra parece la situación de Núñez Feióo tras estas fallidas elecciones. Deambula de una posición a otra, alocadamente, buscando una justificación de su fracaso o mendigando unas ayudas que su partido no parece proclive a otorgarle. Pero no lo hace alocadamente, sino a su ritmo, gallego, pausado, al estilo Rajoy o Franco, como no queriendo llamar la atención en la esperanza de que no reparen en él y eso le salve. Por ello se merece más el nombre de el gallego impasible. 

 

Hay tres momentos en la carrera de Núñez hacia la Moncloa que lo definen y dos de ellas las heredó de Casado. En primer lugar la crispación. Casado fue bronco en su afán de descalificar a Sánchez (y a la coalición de gobierno). No se arredró ni ante los insultos, ni ante las insinuaciones maledicentes, ni ante los bulos más groseros. Llegó incluso a vender ese pescado podrido en Bruselas ante el asombro de sus pares. Núñez llegó al poder (a dedo, no lo olvidemos) con otro discurso: el de la leal oposición alejada de la bronca perpetua. Duró poco. Al muy poco tiempo ya estaba insultando, descalificando, ensombreciendo logros y magnificando errores al más puro estilo de su antecesor. Su campaña electoral fue, en este sentido, ejemplar. Lo del “Perro Sánchez” estuvo a la altura de lo más bajo y ruin de cuanto se había oído en política. Pero lo que más caló entre los electores (adversos) fue el nihilismo de que hizo gala, digno de aquel Val Gal que repetía “Nada positivo. Todo negativo”. No hicieron falta argumentos económicos, de gestión, sanitarios, militares o políticos. Simplemente “España va mal” (de resonancias aznarianas) que si no resumía todos los argumentos, porque nunca fueron enunciados, si concentraba todas las críticas. Ni siquiera los mantras de “La izquierda no sabe gobernar” o alternativamente “la izquierda hunde la economía”, “La izquierda no crea empleo”, “la izquierda es corrupta” fueron argüidos. El mal absoluto no tiene argumentos: es palmariamente evidente.

 

En segundo lugar el anticonstitucionalismo centrado en la unidad de España, también heredado de Casado. Sánchez dialoga con los independentistas, llega a acuerdos con ellos para sacar adelante las leyes, compra sus votos con prebendas políticas e incluso tiene la desfachatez de aceptar sus abstenciones. Anticonstitucionalismo que solo existe en su cabeza pues el TC no se ha pronunciado sobre ello (y por algo será teniendo como tienen mayoría conservadora) y respecto al diálogo y a los acuerdos, olvidando que la política es el arte de lo posible y que su misión no es predicar sino dar trigo. Parece que los PPeros han olvidado sus propias conversaciones con el “movimiento de liberación vasco” (en palabras de Aznar para referirse a ETA,) sus pactos de gobierno con nacionalistas y separatistas, o su terrorismo de estado contra los independentistas cuyos frutos recogemos ahora. Para el PP esos pactos son un delito de sedición pues atentan contra la unidad de España. En el mismo sentido van los considerables esfuerzos para mantener a ETA viva, como arma y argumento contra el PSOE que la desarboló. La ecuación: los partidos separatistas son pandillas de asesinos se repite sin cesar hasta intoxicar la opinión pública. Para que decir que anticonstitucionalismo es negarse a renovar los puestos vacantes de TC y TS con tal de no perder la mayoría conservadora que perdieron en las urnas. En últimas declaraciones ha afirmado que los separatistas no son sus enemigos y que no se puede decir no, sin haber dialogado. Otra línea roja que cae en el más clásico estilo pragmático del fascismo.

 

En tercer lugar, y a diferencia de Casado, Núñez -tras afirmaciones en el otro sentido- ha decidido no aplicar el cordón sanitario contra el fascismo que rige en toda Europa, apoyado incluso por el PP europeo. La pragmática fórmula de “no los incluiremos en nuestros gobiernos si no son imprescindibles para obtenerlo”. Es decir: “todo por la poltrona”. Las afirmaciones de que debería gobernar la lista más votada (aunque no tenga la mayoría de la cámara -en contradicción con lo que ha defendido en otras ocasiones-) o la invitación al PSOE a apoyarlo, cargando sobre sus espaldas la lucha contra el fascismo, no son sino excusas de mal pagador. No podemos olvidar que VOX es una escisión del PP y que por tanto -cuando España presumía de no tener fascismo- no era que no existiera, sino que anidaba en el PP..

 

Otros rasgos de su carácter como mentir en cuestión del PP y las pensiones,  desorientarse continuamente hasta el punto de que no sabe donde está dando el mitin (como aquel ¡Viva Honduras! De Trillo ante el ejército de El Salvador),  cambiar continuamente de rumbo, tener amistades peligrosas (Contrabandistas, no narcotraficantes) , o tener menos carisma que Messi (fuera del campo), solo son la guinda que corona al personaje. Su empecinamiento en que ha ganado las elecciones (cierto) obviando que no puede gobernar por falta de apoyos, le ha conducido a ponerse a formar gobierno cuando es imposible que lo logre, simplemente por mantener la ficción de que ha ganado. Si perdió las elecciones en la última semana es porque los electores cambiaron de opinión durante la misma. No es difícil saber por qué: Porque el increíble candidato menguante iba haciéndose cada vez más pequeño a medida que transcurría el tiempo de campaña. Y esa situación le ha llevado a pedir el voto a los independentistas ¿Quién es ahora el rompe-Españas? Núñez está hoy mendigando el perdón de su partido, tratando de que no lo utilicen como chivo expiatorio de una derrota impensable y desilusionante. Tiene de tiempo hasta que encarguen a Sánchez formar gobierno, tras su nuevo fracaso. Entonces estará en la calle. Los casadistas y los ayusistas se relamen.

 

El desgarrado. Agosto 2023.




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