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» 16-03-2020 |
Ya estamos en estado de al-arma. Tras la fase de contención del pánico pasamos a la fase de incentivación del pánico, mediante medidas drásticas y por supuesto echando la culpa a los ciudadanos, que son culpables por el mero hecho de serlo. Los políticos a lo suyo: a salvar el culo y horadar el del oponente… de momento tímidamente. Todos lo hubieran hecho mejor pero solo lo comentan de pasada (lo mal que lo hace el gobierno) por solidaridad y mantener prietas las filas. El pequeño Martínez, el que peor lo ha hecho (la mitad de los infectados y el 60% de los muertos, el que ha arrastrado a todo el país a la cuarentena nacional e internacional, es alabado unánimemente (su cártel de autobombo debe ser de primera clase). La Diaz, se permite enmendar la plana al gobierno. ¿Qué parte de “asumir todas las competencias” no ha entendido? Torra y Urkullu enarbolan la bandera nacionalista para quejarse de que no tienen bastante autonomía y que les han hecho un 155 encubierto. ¿Qué parte de “asumir todas las competencias” no ha entendido? El Marín, critica las medidas por mal y tarde. El Ortega se va a buscar el virus a Milan y se lo lleva a sus correligionarios al congreso. Los ciudadanos serán irresponsables pero ¡anda que los políticos!
Pero quería hablaros de los beneficios del corona virus. Porque el coranavirus viene con un pan debajo de su brazo trompetero. Ya comenté que el impulso que estaba dando 1) al teletrabajo y 2) la desmitificación de la robótica, amén de 3) dejar a los políticos con el culo al aire por haber dilapidado su credibilidad en estúpidas luchas intestinas y 4) por no haber iniciados la senda de la escuela abierta (a distancia). Pues bien hay más. 5) El impulso que se está dando a la venta on line es morrocotudo. Con todas las tiendas cerradas (o casi) y con el confinamiento (tiempo que perder) las ventas on line se van a disparar y lo que es más para los que se inicien en esta crisis se va a convertir en hábito. 6) Los mayores están recibiendo lecciones intensivas de internet, Skipe, watsap, etc. dejando obsoletas todas las medallas de la cruz roja y demás jerigonzas del pasado. La peculiaridad de ser población de riesgo ha ayudado a multiplicar los sistemas de comunicación no presenciales. En pocas palabras: se han intensificado las relaciones con los medios de comunicación cibernéticos sentando las bases de una teleatención de múltiples posibilidades. El coranavirus nos ha modernizado. Sin contar 7) lo que llega a apaciguar a los adolescentes (y los no tanto) el poder estar continuamente comunicados con su peña mitigando el confinamiento. A partir de ahora el aislamiento por enfermedad cobra una nueva dimensión.
Pero también hay beneficios socio-políticos al margen de las tecnologías: 8) la cohesión social que está propiciando la crisis es exponencial. Estamos en estado de guerra contra un enemigo común y como si estuviéramos en guerra nos comportamos. Todos conocemos la capacidad de cohesión de una guerra. El patriotismo y la unión se sobreponen a cualquier tipo de crítica o de divergencia. 9) Los ciencia-excépticos vacilan. Dentro de la salud es fácil recurrir a la teoría de la conspiración. No es lo mismo cuando eres presa del pánico. Todo el mundo (incluso los que las critican) exigen ahora la vacuna que nos salve del coronavirus. La confianza en los científicos y en la ciencia aumenta. 10) Los artistas realizan conciertos desde casa con grandes audiencias. ¿Es una nueva forma de dar conciertos? Los museos ponen sus fondos on-line, los vecinos juegan al bingo no presencial. Y por último (para no aburriros) indicaré que 11) esta es una ocasión magnífica para reflexionar. ¿Está Europa a la altura de su nombre: Unión Europea? ¿Es el sistema político el mejor ante crisis nuevas y virulentas? ¿Es la mezquindad la mejor manera de co-ayudar en las crisis? ¿Pueden las autoridades señalar la irresponsabilidad de los ciudadanos cuando la suya es soberana? ¿Es la bolsa algo más que un índice del estado de los especuladores? ¿Vivimos al día políticamente hablando. Es decir. Por que no se ha hecho caso de todos los avisos que advertían que algo así podía pasar? ¿Tiene sentido confinar a la población en sus casa y abrir el metro y amontonarlos en el puesto de trabajo?
La reflexión crítica (que no es lo mismo que el “y tú más”) es como dice Rancière un arma contra la dominación. Esperemos que efectivamente el coranavirus traiga un pan bajo el brazo porque el desastre sanitario y económico está asegurado.
El desgarrado. Marzo 2020.