» 21-03-2020

La 14-26 Legislatura. Coranavirus 6. Castells.

Recibo un WA de un amigo. Me reenvía un artículo de Manel Castells. Entre otras obviedades dice dos cosas reseñables: 1) cuando las cosa se ponen magras todo el mundo confía en la ciencia. 2) Ni él mismo pudo prever la magnitud de la tragedia (Monzó 1989). Como siempre no estoy de acuerdo. Que los antivacunas quieran ahora una vacuna estaba cantado porque los antivacunas son un colectivo de postureo. Sin embargo que la solución esté en manos de la ciencia es más que discutible y no porque no sea la ciencia la que finalmente deberá enmendar la plana, sino porque la ciencia está mediada por la política y eso cambia las cosas radicalmente.

 

La ciencia conoce los virus mutantes de animal a persona desde hace más de veinte años (en especial de murciélagos, como querría la serie Crepúsculo). Sin embargo la política no ha tenido tiempo de fijarse en ese detalle y lo ha obviado. Resultado: nos ha pillado en bragas. La ciencia (I+D+I) fue diezmada  drásticamente por los recortes económicos de 2008 sin que nadie se haya acordado de restablecer los niveles anteriores por mucho que la economía ya se hubiera recuperado. Eso supuso una fuga de cerebros catastrófica hacia países con otra percepción del desarrollo. En este momento la mayor parte de los científicos de valía están trabajando en el extranjero para conseguir que sean los extranjeros los que menos sufran la epidemia. Los que se quedaron sufren las penurias de un presupuesto raquítico. La ciencia ha desarrollado material para enfrentarse con este tipo de epidemias desde mascarillas hasta uniformes, gafas o guantes. Pero la política no ha pensado que ese material debiera estar a disposición de los sanitarios (los famosos recortes). Otros bolsillos esperaban.

 

La ciencia está al servicio de la política. Supeditada, sojuzgada, sometida. Si el Sr. Castells no lo refleja es porque se ha pasado al otro lado: al de los políticos.  Tratar de pensar que la ciencia es independiente es estar mal de la cabeza. La política pretende controlarlo todo pero los medios de comunicación, la ciencia y la cultura, eso es de primero de BUP. La ciencia resolverá el problema después que los políticos la hayan cagado históricamente (por no haber previsto el desastre) y actualmente (por tratar de sacar ventaja partidista y electoral). No tenemos un virus. Tenemos dos: el corona y los políticos. En la primera parte de la crisis los políticos pensaron que podían controlarlo y nos dijeron estupideces como que era una gripe con menor mortalidad y que no había que alarmarse. Cuando China mostró la cara oscura del virus, entregaron el mando a los científicos (no porque creyeran en ellos sino porque no sabían que hacer, y porque los científicos les ponían la coartada en bandeja: “hemos hecho en todo momento lo que los científicos nos han dicho”). En un tercer momento toman las riendas con medidas sanitarias (el confinamiento) y económicas (el aseguramiento).

 

Atrás quedan cagadas monumentales como permitir la manifestación del 8M, permitir los viajes del Valencia C. F. a Milan, en resumen: no seguir la pauta china: confinamiento total. No ofender a las feministas y no ofender a los forofos, cumpliendo la ley de oro del político: ¡si son muchos no los jodas! Y precisamente que fueran muchos y apelotonados era el paraíso de retroalimentación del virus. Pero las directrices políticas mandan sobre cualquier otras y sobre todo sobre las científicas. Que tengamos que oír que la ciencia resolverá el problema no puede entenderse más que como propaganda política.

 

Los políticos son especialistas en salvar el culo. Así ha sido siempre y así será y este artículo de Castells es una muestra. Yo lo había leído (a él). Deploraba  que un gran científico social y urbanístico estuviera fuera de España y maldecía  que publicara en inglés. Ahora ya no lo deploro. Si lo que tiene que publicar es la mierda que ha publicado ya se puede volver. Si un ministro de universidades no se ha enterado que la ciencia, el saber, está amordazado por la política dudo mucho que sirva para el cargo. Debe ser que el espíritu de cerrar filas ya ha contagiado a todo el Consejo y que a partir de ahora solo oiremos loas y parabienes para todos aquellos que se coman el sapo de la eficacia política. Una cosa es no poner palos en las ruedas y otra es aprovecharse de que todo el mundo está blandito para sacar pecho, en este caso, para sacar teta. La teta ubérrima del gran árbol del chollo.

 

El desgarrado. marzo 2020.




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