» 22-03-2020

La 14- 27 Legislatura. Coronavirus 7. Patriotismo.

La crisis avanza. Casi 30.000 infectados y acercándonos a los dos mil muertos. De nuevo Sánchez comparece ante los medios. Dice que no es un tema de partidos o de interese personales (es decir de politiqueo) pero se desdice con otras afirmaciones como: ¡quedarse en casa es un acto de patriotismo!. ¿Mande? ¿qué tiene que ver el patriotismo con la lucha contra una situación sanitaria excepcional? Patriotismo es el sentido de patria y en España -estado plurinacional- puede haber más de un sentido de patria. Añade que no le cabe ninguna duda que la prolongación del estado de Alarma no tendrá ninguna oposición por la Oposición. ¿No es eso presionar para obtener un apoyo político? No hace falta revestirse de honestidad. Lo que hace falta es demostrarla. Se me ocurren varias preguntas.

 

1) Las decisiones de compra de material sanitario -en brutal competencia con todos los países del mundo- se estarán produciendo por el procedimiento de urgencia y centralizadas. ¿Que garantía tenemos de que las adjudicaciones se están haciendo sin que unos cuantos políticos se forren? Podrá parecerles prosaico que en estas circunstancias salga a relucir este tema pero no podemos olvidar que este tema es “el tema” en la política española. Tanto Madrid, Catalunya, Euskadi como otras comunidades se lamentan de la centralización de las compras y las distribuciones. ¿No hace pensar eso que o han perdido un pingüe negocio o sospechan que otros los están haciendo? Recuerdo mi primer contacto con la corrupción. Veía “El tercer hombre” y allí se explicaba que había gente que traficaba con la penicilina (es decir traficaban con la vida). Evidentemente no eran políticos. Eran desalmados. Ahora sabemos que son los mismos. Desalmados y políticos son lo mismo.

 

2) Las medidas económicas son cuantiosas (200.000 millones en España y 750.000 millones en Europa) ¿Qué garantías tenemos de que las adjudicaciones serán justas y que nadie rebañara para sí? Bajo el eslogan de que esto es una guerra contra el virus ¿todo vale? Al estilo de Pujol si el pago a los esforzados políticos no está a la altura de sus logros (?) bien está que estos se redondeen el sueldo con unas “ayuditas” complementarias. Si nuestro gobierno apoya que no se abra una línea de investigación sobre las comisiones ilegales del rey emérito, ¿qué garantía tenemos de que respecto a sus propias comisiones no actuarán igual?

 

3) Y más allá del beneficio monetario (siempre importante para los políticos) está el beneficio político. El presidente comparece cada día. Se producen ruedas informativas de diversos responsables gubernativos diariamente. No se puede pretender que aquí no hay intereses partidistas. La presencia y la importancia del partido del gobierno es abrumadora. Monopolio político-informativo. Tras la fase de aquí no pasa nada, vino la fase de: “todo está en manos de los científicos” para acabar en la ley marcial (amparada en la ley mordaza) en la que la presencia del gobierno es acaparadora. ¿Si se puede sacar tajada de la visita del Papa cómo no se va a sacar partido de la crisis más importante de los últimos años excluidas las guerras? Como diría el chino: una crisis es una oportunidad.

 

4) El problema de las residencias de ancianos viene de lejos. Se han convertido en el gallinero para el zorro del virus. ¿No se debería haber tomado medidas para que nuestros mayores estuvieran en mejores condiciones? No. No era de primera necesidad. A no ser que se entienda esta criba como una solución al problema de las pensiones. Al fin y al cabo las guerras no solo dirimen los problemas territoriales. También arreglan los problemas demogr´ñaficos. Y los problemas demográficos nunca habían sido tan feroces.

 

5) Obviamente nunca tendremos una declaración oficial en la que se reconozca que la escasa credibilidad de los políticos -ganada a pulso por su descabellada actuación de posverdad- es la principal razón de la desobediencia ciudadana y de su desinformación (¿A quien se le ocurriría informarse con quien siempre miente). Que los recortes en la sanidad de 2008 -nunca recuperados- son la causa indirecta del avance del virus (por falta de personal, de camas, de medios, etc.). Que la privatización de la sanidad es una de las causas de su inoperancia. Todo eso no cuenta porque eso es el culo de los políticos. Esa zona especialmente sensible que ellos protegen sobre todas las cosas y al decir todas las cosa me refiero a lo que estáis pensando.

 

Guerra, patria, civismo, responsabilidad, solidaridad, lealtad. Las grandes palabras para engañarnos una vez más. Sabemos que esta vez no queda otra, que hay que tragarse el orgullo y colaborar, pero tragándonos también las lágrimas de impotencia porque de nuevo nos han vuelto a engañar, a porcular. Como siempre, tenemos que comulgar con ruedas de molino. Les diré una cosa señores políticos. Vamos a ajustarnos a las normas de la Alarma escrupulosamente, no porque nos hayan convencido sino porque ya lo estábamos en conciencia. Probablemente llegando más lejos de lo que los salvaculos políticos  establecieron al principio de la crisis (“es más benigno que la gripe”. “¡Que no cunda el pánico!”. “Solo afecta a los mayores con patologías previas”. Permitir que los forofos del Valencia f.c. viajaran a Milan fue una cagada. Permitir la manifestación del 8M fue otra. Todas con razones estratégico-políticas. ¡Nunca hubo mejor vasallo para servir a un tan nefasto señor!

 

El desgarrado. Marzo 2020.




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