Ayer Álvarez e Iglesias se las tuvieron, que si tú: marquesa que si tú: hijo-etarra. Hoy Iglesias vuelve a actuar poniendo el golpe de estado sobre la mesa, lo que Espinosa no ha podido digerir y ha dado la espantada. La bronca está servida como lo estuvo con Aznar contra Gonzáles, Rajoy contra Zapatero y ahora Casado contra Sánchez. La actual ultraderecha (anterior derechona) ha seguido la pauta marcada por sus antecesores e inicia un ataque virulento contra un gobierno de la izquierda tal como ha hecho siempre que ha querido recuperar por la bronca lo que ha perdido en las urnas. ¡Nada nuevo bajo el sol!. ¿Nada nuevo? hay una pequeña diferencia. En esta ocasión Iglesias marca la diferencia. Comprendo que no lo entenderán así los caceroleros por lo que daré por descontado que no me leen.

Ayer Iglesias se llevó el gato al agua porque al entrar al trapo Álvarez -como corresponde a un partido taurino- desvió la atención de Marlaska -como estaba proyectado- hacia el padre de Iglesias. ¡Flaco favor! para una estrategia que estaba diseñada al milímetro para acosar y derribar a un ministro de Sánchez. La Álvarez se lleno la bocaza de insultos e improperios y consiguió que el gran artista de la tarde quedara eclipsado para consternación de la bancada PPera. Es difícil pensar que un curtido massmediático como Iglesias hiciera lo que hizo por casualidad. La puya era innecesaria por lo que colijo que la metió precisamente para que ocurriera lo que ocurrió. Es la primera vez desde que el PP utiliza la estrategia del acoso y derribo que un lance se resuelve a favor de la izquierda. ¡Olé!

Hoy ha pasado más de lo mismo. Iglesias a vuelto a meter una puya innecesaria (Con López en la presidencia de la comisión jugaba en casa) que ha sacado de sus casillas (y de su pupitre) a Espinosa, y sobre su protesta , airada, ha aprovechado para darle la puntilla (como intentó ayer Álvarez, fallidamente) tirándole de la lengua, ampliado el daño. Espinosa -como corresponde a un aristócrata que no habla con el populacho- se ha levantado y se ha ido. Iglesias -se ha venido arriba- y le ha dicho que cierre la puerta al salir. Todos los pusilánimes que no echan en cara a la ultraderecha su indigno proceder han repartido las culpas entre los contendientes. El incombustible Bono ha salido  -tal y como él acostumbra a hablar brevemente: remontándose a su años escolares- a comentar el lance. Ha afeado la costumbre de Iglesias (por el que no tiene ninguna simpatía) y ha ensalzado la actitud de López (que es de su partido), mientras afirmaba que estas cosas partidistas no deberían pasar (mientras él mismo las hacía).

No me gusta que las cosas se desarrollen de esta manera, pero una vez que una de las facciones se lanza a degüello como ha hecho la ultradercha lo que me parece estúpido es permitírselo. Para que estas cosas dejen de pasar solo hace falta que el ultra-PP apee la estrategia de acoso y derribo, solo entonces diré que Iglesias no debe lanzar sus puyas. Hasta entonces me parece muy bien que se juegue con las mismas armas. Es una satisfacción tras tantos años aguantando las insidias de la ultraderecha y la derechona que por una vez la izquierda responda con las mismas armas. Acabar con esto es fácil. Si la ultraderecha se la envaina estoy seguro que la izquierda dejará de “defenderse”. El juego parlamentario ha sido siempre así, hasta el punto que muchos se lamentan de que ya no hay parlamentarios de lengua fácil como los de antes. Dice el refrán que el quiera peces que se moje el culo, “a contrario” no me parece descabellado que el remojón sea la conclusión y no la premisa. Los ciudadanos que nos sentimos profundamente ofendidos por el indigno proceder de la ultraderecha hemos estado muy contentos de ver que los que iban por lana han salido trasquilados. Comprendo que el lenguaje  taurino y el refranero no son el lenguaje adecuado para cosas tan altas, pero pretendo que la ultraderecha me entienda. Por una vez la política me ha dado una alegría. Eso sin contar que para defender a la Álvarez el PP ha admitido tácitamente que los luchadores contra la dictadura franquista eran terroristas. ¡Un gran día!

El desgarrado. Mayo 2020.