» 25-07-2020 |
Tras cuatro meses y medio de poner palos a las ruedas y de cacarear que había otras soluciones que el Estado de Alarma, sin aclarar nunca cual era esa solución milagrosa, tras acabar con el estado de alarma votando en contra mientras sus sicarios en los medios defendían las veces que sí lo habían apoyado, tras haberse mostrado inoperante durante la crisis y enfrentado con sus propias autonomías, tras apoyar a la comunidad de Madrid que no solo lo ha hecho con el culo sino que además ha visto a su presidenta (siguiendo la tradición) involucrada en un caso de corrupción, tras dedicar todos sus esfuerzos atacando al gobierno central (el cacareo contra Barajas y contra la movilidad -gestionados por el gobierno central- todavía dura), tras haber tenido que esconder a la Álvarez durante las elecciones gallegas en las que no han conseguido sino empatar con su último resultado cuando los independentistas han ganado todos los votos de las mareas y tras un fracaso monumental en su coalición con los de C’s en las vascas, y tras por fin, ver como la pandemia no le ha restado votos a la coalición de gobierno, Casado ha propuesto la primera medida positiva: el plan B.
Y digo positiva por no decir constructiva porque no lo es. Parece que en la mente retorcida del presidente del partido más condecorado con la corrupción de Europa lo único que se le ocurre es cómo hacer un Estado de Alarma suprimiendo el mando único y respetando las competencias de las CCAA, es decir… un estado de Alarma que no lo es. ¡Genial! El plan B es no hacer ningún estado de Alarma como si no estuviéramos viendo que la idea de que las CCAA lo hacen mejor que el estado de Alarma es falso, que se les están yendo las cosas de las manos y que se lamentan de que el Estado de Alarma se acabara sin un plan alternativo para evitar los rebrotes. No hubo plan alternativo porque el PP impuso su desaparición de la noche a la mañana. Es de esperar que ese plan B que por fin aparece en la agenda política del PP sea un plan que sirva para algo más que par hacer oposición vil y canalla dirigida exclusivamente a intereses partidistas que como todo el mundo sabe -porque lo han anunciado- es desplazar a la coalición del gobierno de la nación, cueste lo que cueste y muera quien muera.
Mamonadas jurídicas aparte yo les diré cuál es el plan B: desplazar del gobierno a la coalición e implantarse en él, a los que con los recortes y las privatizaciones de la sanidad han abierto la puerta a esta pandemia: el PP. Los muertos en las residencias (que han sido gerenciadas en todo momento por las CCAA a pesar de los intentos denodados de la de Madrid de echarle la culpa al gobierno central) y la falta de material solo puede achacarse al PP y su ingeniería sanitaria en connivencia con fondos buitre y recortes de material y personal. El ultraliberalismo del PP hace mucho que persigue el desmantelamiento del estado del bienestar y lo ha puesto en práctica especialmente en Madrid (donde los tres presidentes imputados no han disuadido a los votantes de revalidar durante 20 años el mandato de los buitres). Ahora toca -con una presidenta inoperante, otra de las ranas de Aguirre, esa magnífica descubridora de talentos- disimular y hacernos creer que todo es causa de la coalición de gobierno.
No nos hace falta un plan B exclusivamente dialéctico. Nos hace falta un cabecilla de la oposición alternativo y una presidenta de la comunidad de Madrid preparada y si es posible no seleccionada por la cazatalentos Aguirre, cuyo crédito hace mucho que caducó. ¿Se imaginan lo que sería una comunidad sin escándalos de corrupción o una oposición al gobierno central leal? Sin insultos, descalificaciones, mentiras, bulos, etc. En la que el García se dedicara exclusivamente a lanzar huesos de aceituna en vez de insultos y donde la Älvarez abandonara el fascismo militante. Una oposición que solo pensara en los ciudadanos. Si, lo sé. Es imposible. Deshagámonos por lo menos de la mierda evidente, de los inoperantes y los de los planes B. ¿O simplemente se refiere a un plan en dinero negro. En algo se ponen de acuerdo con el gobierno: en subirse el sueldo, en no disminuir sus dietas (a pesar de que no las usan) y en defender al gran depredador de comisiones: el rey emérito. ¡Por algo se empieza! En cien años, logramos un acuerdo de gobierno… o unos presupuestos.
El desgarrado. Julio 2020.