» 11-01-2021

La 14-69 Legislatura. ¡Alarma Filomena!

Como siempre Filomena nos han pillado en calzoncillos. La gran excusa es que no se quería alarmar a la población. Diaz (¡Inefable Diaz!) dice que era imprevisible, lo que desmienten los meteorólogos que insisten que hace días que lo avisan. Martínez (¡Inefable Martinez!) se queja de que les han negado categóricamente la calificación de zona catastrófica, antes de haberla pedido. No es cierto: no se ha negado y si no la has pedido no sé de que coño hablas. Es la ceremonia de salvar el culo, a la que ya estamos acostumbrados. Otros dicen que se adelantó. Curiosa precisión en el momento exacto del inicio cuando en todo lo demás se va a bulto. Ya han olvidado que declararon a boca llena que estaban preparados para lo que viniera. ¿Se equivocaron (mintieron) entonces o se equivocan (mienten) ahora? ¿Tenemos que aguantar que los políticos la caguen siempre? ¿Por qué se produce este quilombo?

 

1) ¿Por qué no alarmar? ¿Se irían todos a la playa para evitar la tormenta? Entiendo que haya situaciones en las que el riesgo de avalanchas, desabastecimiento (que se está produciendo a pesar del engaño), aglomeraciones, etc. recomienden que no cunda el pánico, pero en el caso de una tormenta no parece que sea procedente engañar a los ciudadanos diciéndoles que todo está controlado cuando no es así. ¡Claro! Se trata del postureo habitual por el que hay que ponerse medallas a todas horas y con cualquier ocasión. Tenemos políticos que son agencias de propaganda y expertos en echar la culpa a los demás. Parece que lo de hacer su trabajo no cuenta. ¿Si nada es previsible, nada es solucionable, nada es culpa propia, de nada estaban informados, para que queremos políticos? Es de suponer que cobran (y roban) por algo. ¿Para qué sirven… a parte de lo obvio?

 

2) Los políticos han desconectado la gestión de la elección. Se les escoge por que son como un impuesto, como un virus: son de presencia obligada. ¿Y por qué es así? Pues porque se han empeñado, con gran éxito, en ser irresponsables, inimputables, inviolables. No se defiende al rey emérito porque la monarquía sea mejor que la república, ni porque sea amiguete. Se debe exclusivamente a que no se abra el melón de la inviolabilidad (retroactiva, en cualquier situación y rápidamente caducable). No defienden al rey. Defienden su culo. Y para ello se han dado leyes que les protegen como a especies en peligro de extinción (extinción, que a juzgar por las medidas de protección no ocurrirá nunca). Nadie quiere tocar la Constitución. Todos saben que si se abre el melón se pueden colar “ocurrencias” que acaben con sus privilegios. A los políticos les importa una mierda que la gestión de la Covid o de la Filomena sea un desastre: ellos son i-rresponsables. Por eso aprietan con lo de los “otros” irresponsables, los descerebrados, los decepcionados de la política, los expulsados de la democracia directa. Gestionar no gestionan pero calcular… joder si calculan.

 

3) Pero creo que el verdadero problema es que son inútiles. Saben conspirar, diseñar estrategias de ocupación de poltronas, saben robar, pero no saben gestionar. Tampoco es tan raro cuando esa Constitución que pergeñaron a la voz de ¡vamos a entrar en la democracia! les dispenso (a ellos y solo a ellos, de título alguno, de deontología de ningún tipo, ni de colegiación profesinal). Cuando se autootorgaron el título de ignorantes ya podíamos pensar que no sabrían gestionar. Constitución que tuvo más interés en perdonar (hacer inviolables) a los socios de Franco que de prever una clase política preparada, libre de cualquier ligazón con la dictadura y responsable. No fue así y así nos va.

 

4) Si la democracia directa existiera (referéndum vinculante, iniciativas legislativas populares reales, conexión ciudadano-diputado, instituciones populares intermedias, asociaciones de intereses populares (no lobbies), participación en la legislación, etc), si la democracia representativa diera paso a un democracia más ágil y efectiva (pero menos amordazada), a una democracia directa por Internet, entonces podríamos hacer que los políticos fueran responsables, controlables, preparados y honrados. Si las leyes electorales no estuvieran diseñadas para que votes lo que votes salga lo que el bipartidismo quiere. Entonces tendríamos alguna oportunidad. Pero eso no le interesa a sus señorías. Ni a los que roban ni a los que se callan. Los políticos no podrían dar golpes de estado negándose a renovar los cargos del poder judicial y otros cargos bloqueados, no llamarían a la desobediencia civil contra leyes democráticamente aprobadas (educación, aborto, emigración…), no descalificarían a diputados por su pasado, ni calificarían de terrorista al vicepresidente y de bolivariano a su partido, de nuevo absolutamente democrático. Claro que entonces también condenarían la dictadura franquista, dotarían de fondos a la dependencia, apoyarían la ley de memoria histórica e incluso desvelarían quien es M. Rajoy.

 

Ya veis que no es posible ¿verdad? ¡Pues a poned el culo chiquillos!

 

El desgarrado. Enero 2021.




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