» 08-03-2021

La 14-88 Legislatura. La inefable Diaz -antes de Madrid y ahora de Vivar- sigue cabalgando.

Es raro que los políticos deliren en público, aunque no imposible. Recuerdo a Mújica delirando porque había perdido el ministerio, a Aznar delirando sobre las armas de destrucción masiva, González diciendo que no sabía nada sobre la guerra sucia contra ETA o Zapatero negando la crisis y afirmando la solvencia de los bancos. Por supuesto Rajoy negando la corrupción o Aguirre diciendo que ella destapó la trama Gürtel o que coleccionaba ranas. Diaz quiere pasar a la historia, pero parece que no como Diaz de Vivar, sino como Juana la loca. Todo político tiene derecho a decidir como quiere pasar a la historia. Ella ha escogido el camino del delirio y la locura. No es de extrañar porque es gran admiradora de Trump, que como sabemos hace mucho que se salto la delgada línea roja que deslinda lo legal del delito,  de la ambición personal, lo que le llevó a liderar un golpe de estado. Así son ellos: megalómanos.

 

Madrid es España dentro de España (Diaz dixit). Entendámonos. Madrid es tan importante como, equiparable a, la misma España. Al mismo nivel. Diaz no es la presidenta de una Autonomía, sino de España. Está al margen de la ley porque ella es la fuente de la ley. Ahora decide que no quiere seguir lo que las comunidades deciden en común. Y entonces en un alarde de anarquismo pregunta: “Quién sabe si esas determinaciones son efectivas”. Es genial. En un estado de derecho, un dirigente lo pone en duda, y recurre a la lógica, a la verdad o a la (seudo)ciencia. Probablemente a su ambición personal o a su estupidez congénita. ¡Diaz de Vivar contra todos! Esto ya lo hacía Rajoy. Cuando una cosa no le convenía acudía a la lógica, al sentido común. A ese sentido común en el que que el Alcalde era el vecino y la ontología era la de la vajilla. Cuando alguien contraría su cerebro es difícil que las cosas funcionen. Diaz es de la cuerda: se trata de no callarse ni bajo el agua y decir cualquier estupidez con tal de hacer lo que te de la gana: dictadura, oligarquía envuelta en populismo para saltarse la norma de que las causas, anteceden a los efectos.

 

Yo comprendo que muchos madrileños la quieran. Es mona, hace mohines, y dice lo que los ciudadanos quieren oír. Y además vive en los medios. A ella no la entrevistan. Aparece, cada dos por tres, porque la noticia es ella. ¿Qué más se puede pedir? Es la líder en muertos por Covid, en infectados, en salidas de tono, y en estupideces. Es la campeona de crear hospitales inservibles -que funcionan sin sanitarios- en chanchullos inmobiliarios.  Con los sanitarios no se gana dinero; con las obras públicas, sí. Es simplemente encantadora. Se mueve entre la teoría de la jovencita de Tiqqun y Cruella de Vil de 101 dálmatas. Un coctel explosivo. En “el Intermedio” la caricaturizan a la perfección en la teoría de la jovencita: voz de Heidi y tonterías de niño. A los políticos la inteligencia se les supone, puesto que se ocuparon de que su profesión no necesitara ninguna formación… y lo pusieron en la Constitución. Ahora es tarde para quejarnos de que son idiotas. Si no lo son, lo podrían ser (porque están incontrolados académicamente… incluso en los máster), y eso es lo importante. Como, en general no suelen usar el cerebro, la deficiencia no la notamos. Pero está ahí y a veces sale: Diaz. En este caso no puedo exclamar ¡País! Exclamaré ¡Madrid!

 

El desgarrado. Marzo 2021.

 

 

 




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