» 08-06-2024

La condición humana 5-2. El relato 2 (ideología, fantasía, orden y verosimilitud).

Podéis consultar los blogs “La lógica parda 7” y “La lógica parda 10” 2024. sobre este tema. Me centraré (pues en otros lapsos ya me he he centrado, en esta misma serie) en el nacimiento de las ciudades que se produce con el de la agricultura (el neolítico) y una industria lítica realmente avanzada, Pongamos 10.000 años antes de nuestra era. Es lo que podemos deducir de la existencia de Gobeki Tepe, un templo de 12.000 años de antigüedad, probablemente construído por una población trashumante cíclica, que retornaba a un sitio consagrado y todavía al borde de la tribalidad. Hasta que la ideología no sustituye al parentesco como medio de cohesión del grupo no resulta posible la fundación de asentamiento supra-tribales (por encima de 200 individuos), la realización de obras cooperativas y la especialización de los chamanes, los guerreros y los artesanos. Y por supuesto las ciudades. 

 

Las ciudades más antiguas no han dejado huella pues se reconstruían sobre las ruinas de las primigenias (que es donde estaban los materiales de construcción y las condiciones de agua, comercio, defensa, etc. que habían decidido el emplazamiento de las anteriores. La excavación de Jericó así lo atestigua con restos con 10.000 años de antigüedad. Probablemente fueron ciudades sin calles (aunque las dos tipologías pudieron coexistir dependiendo de las necesidades de defensa, etc.) en las que se circulaba y se accedía por los techos, la religión era privada, los muertos se enterraban en las casas y donde primaban las necesidades de defensa, como Çatal Huyuk en la actual Turquía con 8.700 años de antigüedad. La ciudad presupone la agricultura (no se puede alimentar a gran cantidad de gente de otra manera).

 

Aunque los rudimentos del mundo mítico se encuentran en los asentamientos tribales, su explosión coincide con el desarrollo de la ciudad. El pensamiento está evolucionando del analógico del pensamiento en imágenes, al simbólico de la palabra. La topológica (la lógica del lugar) está generalizada. El lenguaje se dispara de las escasas necesidades tribales a las muy superiores de la ciudad, el comercio, la densidad de pobladores multiplica los encuentros. La escritura se inicia por necesidades contables y debió ser en su origen ideográfica, evolucionando hacia el simbolismo paralelamente al lenguaje. La casa del fuego (el hogar), la casa de los muertos (el cementerio) y la casa de dios (el templo) ya estan plenamente desarrolladas (desde 200.000 años antes) y a su semejanza se originará la casa del soberano (el palacio). Las ciudades (estado) originan la política, el pillaje, la guerra (organizada), el derecho. La sociedad se institucionaliza, se dota de las instituciones sociales básicas. La ciudad equivale a una red neuronal en la que las relaciones se multiplican exponencialmente

 

El relato cumple muchas funciones. Es el relato fundacional de la ciudad y del mundo (el mito). La epopeya y la épica tienen en él su vehículo; es la vía ejemplarizante de instruir al pueblo, de distraerlo y de educarlo, de transmitir el saber. La religión y la política se alimentan de él, porque no se puede mantener el orden y la riqueza mediante la fuerza desatada: hay que convencer y para ello nada mejor que las historias con valor de verdad. Porque el relato tiene valor de verdad: es verosímil. Está estructurado como la realidad: secuencialidad, causalidad, necesariadad (ni sobra ni falta nada), intriga… El relato genera las fantasías y las fantasías generan el relato. Si la ficción es una estructura de realidad (Rancière), el relato es ficción con valor de realidad. El relato es la ley, las ordenanzas de convivencia y buen gobierno, es la ciencia y la política, difunde las noticias y educa, imparte ejemplos y convence. El relato lo es todo en el mundo mítico. Es el mito mismo. Todavía hoy tenemos la tendencia a creernos las películas (y las novelas) históricas porque su fuerza reside en lo bien hecha que está, lo bien que imita a la realidad (analogíca). 

 

El relato impone el orden y la jerarquía. El relato inventa el concepto (explicar las cosas con palabras). El relato interiorizado, convertido en ideal de comportamiento da lugar a las fantasías inconscientes: el héroe (y posteriormente el superhéroe), la epopeya, la épica (las hazañas), la esclava sexual (prostituta), el género único, el príncipe azul, el poder (como ideal de seguridad), el contrato social laboral (el trabajo/mercancía como equivalente universal del intercambio/comercio), el contrato de género (protección y alimentación a cambio de cuidados), etc. El inconsciente -a parte de estructurarse como un lenguaje (Lacan)- debe construirse como pensamiento/conocimiento asistemático. La rebelión de los hijos contra el padre por la posesión de las hembras (el complejo de Edipo) y el consumo del cuerpo en comunión. Y el relato de la bondad. Un relato pergeñado por el poder (religioso y militar) para mejor dominar a la chusma. La bondad es el camino a la felicidad. La trascendencia, el más allá, el Paraíso, el premio para los buenos, castigo para los malos. La resurrección de la carne y la vida perdurable, amén

 

Si la metafísica es un sistema de pensamiento que universaliza por abstracción (cantidad, verdad, concepto, igualdad) generando leyes, asentado sobre la causalidad lineal simple, axiomática sobre principios fundamentales (identidad, contradicción y tercio excluso), el mito también presenta su sistema de pensamiento: abstrae por la función ejemplarizante y el paradigma (caso particulares con valor de universales), las leyes se reducen a simples tendencias o querencias regidas por atractores (ritmo, rima, gravedad, composición…), en un pensamiento para el que el orden y la jerarquía son formas de pensamiento (taxonómico), la verdad no es totalmente externa (ajena al sujeto) sino que está fuertemente personalizada, pero inicia un proceso de externalización en la topología de los lugares (kratofanías, hierofanías) y las personas  (autoridad), pensamiento en imágenes (analógico), la verosimilitud ocupa la legitimidad de la verdad, la descripción del concepto, la matemática ingenua (sin notación específica) el lugar de la cantidad,  y la desigualdad es la norma natural (aceptada), la libertad y la igualdad (des-orden, an-arquía) son inconcebibles, impensables.

 

Evidentemente todo lo expuesto es un relato: el relato del relato. No podía ser de otra manera si pretendía ser auto-constitutivo.  El logos acabó (pretendió acabar) con todo: las fantasías, el inconsciente, los sentimientos y las emociones (como parte de la racionalidad), las tendencias (como verosimilitudes). Estableció el absoluto: Dios, la verdad, el ser, el hombre (a imagen y semejanza de Dios, medida de todas las cosas), la razón, la historia… 

 

El desgarrado. Junio 2024.




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