» 14-05-2024 |
Este tema fue tratado en “La condición humana 4-3. El ser y el mundo. Axiomas” y ha sido también tratado en la “La lógica parda 0 Previa. El pensamiento. Lo normal y lo natural”. Para ampliar el campo voy a hablar del tipo de partición de lo sensible -más acá de las disciplinas- que Aristóteles puso en el origen del conocimiento: las categorías y que tanto han influido para que pertenezcamos a una cultura ontológica (centrada en el ser) en vez de una cultura centrada en el devenir (el movimiento).
Los presocráticos (Heráclito especialmente) no se enfrentaron al mundo como sustancial sino como “todo”: sustancia/devenir. El resultado fue que no pudieron avanzar porque la tarea les sobrepasaba ampliamente. Platón solucionó el problema con la teoría de las ideas -una radical simplificación que excluyó el devenir (cambio, movimiento)-para centrase en el ser que como se estaba quieto era mucho más simple de estudiar. No fue cobardía, fue pragmatismo. Pero al enterrar la esencia de las cosas en la caja fuerte de las apariencias dio lugar al idealismo (solo podemos conocer la esencia de las cosas mediante la inteligencia) que reducía el mundo a nuestra mente (especulativa).
Aristóteles pretendía recuperar la realidad tangible y se aplicó en el materialismo. No excluyó al ser de la ecuación sino que trató de acotarlo y de integrarlo en un contenedor mayor en el que cupiera el devenir. Para lo primero elaboró las categorías (una partición de lo sensible que incluía el ser/sustancia como privilegiada, pero entre otras nueve, que si bien no incluía una específica del cambio/movimiento sí permitía construirlo) y para lo segundo estableció una diferencia entre materia y forma, y un concepto diferente de esencia. Las categorías son distintas maneras de ser. No es un absoluto que solo puede tomar dos posiciones: si o no, sino que tiene “grados existenciales”, maneras de ser: cantidad, cualidad, espacio, tiempo, posición, relación, posesión acción y pasión.
La sustancia tiene dos principios la materia y la forma, inseparables y en el mismo plano (no como la esencia platónica en la que la apariencia contiene a la esencia y es “percibida” por la inteligencia). La distinción material/formal todavía colea en filosofía. La esencia también se desmarca de la homóloga de su maestro. Es lo que define o caracteriza a una sustancia. Es lo universal (el concepto) lo que le hace pertenecer a una clase de sustancias o seres. Al distinguir entre esencias inmutables y mutables introduce el “cambio” en la ontología. Existen pues dos tipos de cambio: los de las categorías inmutables (que no lo tienen): suprasensibles; y las mutables (que lo tienen): sensibles. Entre estas últimas estan las categorías de Tiempo (generación/corrupción), Cantidad, (aumento y disminución), Cualidad (alteración), y Espacio (traslación). El resto de las categorías son inmutables. ¿Es la sustancia una categoría mutable? Aristóteles la ha situado deliberadamente por encima de las demás, como categoría sustancial frente a la accidentalidad de las demás. Es posible que no se vea afectada por la mutabilidad (lo que coincidiría con la posición platónica) pero por otra parte parece raro (hasta Hamlet está de acuerdo en que el ser es una situación absoluta). Quizá de lo que adolece su posición es de una definición estricta de ser, esencia, sustancia y existencia. O quizás es una cuestión topológica y la diferenciación corresponde exactamente al lugar que en cada caso ocupan.
Como ya he avanzado mi posición es la de Rancière: las categorías no son formas de ser sino formas de dividir lo sensible (es decir, de operar, y no de ser), de efectuar una clasificación previa, de estrategias de acción. El idioma español hace una diferencia entre ser y estar que no hacen otros idiomas. Y esa distinción es el tiempo: el ser es inmutable y el estar es mutable en el tiempo, es una situación temporal. ¿Cabe la posibilidad de que el griego clásico no hiciera esta distinción o bien no se ha reflejado en las traducciones que se han hecho a idiomas que no la hacen? No lo sé. Otra cuestión polémica es ¿son esas categorías completas o se pueden añadir más? Si son formas de ser deberían ser completas, si el ser es inmutable, y ampliables si no lo es. En cualquier caso es una cuestión taxonómica secundaría para lo realmente importante que es el argumento. En “El pensamiento geométrico” y en “La muerte de la metafísica” he hablado con profusión de la posibilidad de un sistema de pensamiento basado en una categoría “sustancial” compleja, compuesta de espacio, tiempo, posición y relación y acabar así con la ontología como sistema que entroniza la categoría suprema del ser. Quizás “ser humano” es una redundancia y nos miramos demasiado el ombligo.
El desgarrado. Mayo 2024.