» 06-06-2020

La resaca del coranavirus 10. ¿El coranavirus afecta a la jodienda?

Todas las grandes crisis históricas han comportado cambios en la conducta sexual de los humanos. Es lógico que una conducta altamente ritualizada se vea alterada por situaciones extraordinarias. Todos recordamos el baby-boom que se originó en el gran apagón de NY. Las guerras mundiales también han acarreado un aumento considerable de la natalidad. La pregunta es ¿La pandemia del coranavirus tendrá una similar incidencia en la natalidad? Vaya por delante que cuando hablamos de natalidad hablamos de una intensificación extraordinaria de las relaciones sexuales que como todo el mundo sabe consisten en uno que pide y otro que concede. Por qué es así lo analizaremos otro día; pero así es. Vamos al lío.

 

El confinamiento es evidente que propicio el encuentro. Harto de TV y de niños, de comer y del bricologe (incluído el teletrabajo) el macho humano pretende una fiesta distinta. La pregunta es ¿está en las mismas condiciones la hembra? Seguro que no. Para ella se ha intensificado el panorama de su dominación. A parte de que las tareas de la casa, los niños y sus deberes escolares recaen mayormente en su ámbito, se encuentra con que tiene que aguantar a su hombre 24 horas al día. ¡Nunca había sido añorado tanto el trabajo y el bar del marido! El sexo (consentido) requiere tranquilidad, sosiego, calma y deseo. ¿Cómo encontrar eso en un hogar confinado?

 

Pero no es esa la única variable. Es evidente que el macho bebe menos por que no se atreve a beberse en casa lo que se bebía en los bares (¡los amigachos, ya se sabe!). Por lo tanto está más sobrio, menos aplacado y más bravo.  Podemos suponer que insistirá hasta salirse con la suya que es lo que hacen los salidos. No puede hablar de fútbol lo que consumía gran parte de su excitación y empieza a pensar que el trabajo es una bendición. Está tenso, nervioso y acorralado lo que para cualquier animal requiere una salida. Por otra parte, con la casa siempre llena, hacerse una paja se convierte en una epopeya. Vamos a suponer que no tiene una amante fija (compañera de trabajo) o eventual (puta) que le soluciona los problemas sexuales. El macho está en una situación límite y sabe como solucionarla. Hace falta que la parienta lo acepte. Pero los canales de comunicación hace tiempo que no funcionan.

 

Pero otra variable hace acto de presencia: la conciencia histórica de la mujer en su papel de Eva primordial, como sustentadora de la reproducción de la especie. Por razones que desconozco, las mujeres, en tiempos de guerra (de desaparición de la humanidad) se hinchen de maternidad, adoptan su papel de  continuadoras de la especie. Por un momento aparcan sus intereses personales y se entregan a los intereses de la especie. ¿Han percibido las mujeres el coranavirus como un peligro para la especie? No es difícil: temen por sus hijos, velan por sus padres, necesitan a sus esposos. Creo que las mujeres han sido más receptivas durante la crisis, como lo fueron en estado de guerra. Para un individuo que ha estado históricamente despreciado, asumir el papel de Eva primordial es el gran papel de su vida. No estoy juzgando. Estoy describiendo. ¿Por qué envían las madres a sus hijos a la guerra? Por lo menos antes que como la Esteban, maten por ellos. ¿Por sumisión? Hay en las mujeres una trascendencia difícil de entender (para los hombres), una comunidad de destinos en lo universal (como diría Franco) que sobrepasa ampliamente el sentido de la patria y del deber. En fin. Doctores tiene la iglesia que deberían estudiarlo.

 

Otra variable sería el machismo consentido: la violación matrimonial. Sabemos que los divorcios han aumentado, pero las que se divorcian no son las que son agredidas. Las agredidas aguantan como si en ello les fuera la vida… esa vida que soñaron y que no quieren admitir que ha fracasado. La violación también produce vida. La vida del desamor y de la agresión cruel, pero vida, al fin, computable en las estadísticas, tan asépticas. En definitiva hay razones a favor y en contra. ¿Cuál dominará? No lo sabremos hasta dentro de nueve meses pero ¿a que es una espera intrigante?

 

El desgarrado. Junio 2020.




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