» 06-05-2020

La resaca del coranavirus 3. La estrategia mixta.

Poco a poco se perfila la estrategia ganadora, no solo para negocios como bares, restaurantes, tiendas minoristas, transporte urbano, sino también colegios y espectáculos culturales: la estrategia mixta presencial/a distancia. En el caso de restaurantes la reducción del aforo en el 50% debe ser compensada con un aumento de la venta a distancia (directa o a través de los operadores actuales: just eat, glovo… o futuros). En el caso de bares, deberán ingeniar para encontrar una oferta a distancia que llegue más allá de las bebidas, a surtidos de tapas u ofertas de packs de desayunos, aperitivos, meriendas, etc. lo que no excluye botellones con todos los elementos que pueden llegar incluso a los cócteles. No menos que los mercados (que ya apuntan tímidamente el reparto a domicilio) deberán pasarse a la red. Las charcuterías con comidas preparadas deberán pasarse a la venta a distancia. Eso implicará que los buscadores digitales de este tipo de establecimientos deban ponerse las pilas.

 

Los colegios no podrán funcionar de otra manera que mixta, de presencial y a distancia, alternándose diaria o semanalmente. La estúpida reacción de los directores que exigen la presencialidad no tiene fundamento. Nadie perderá la presencialidad, simplemente la alternará. Distinto problema es como se concilia eso con el trabajo de los padres. Pero ese no es un problema del virus. El problema de los padres con el horario escolar de sus hijos con el colegio o la guardería es antiguo y no solucionado. El recurso a los abuelos ha resultado inválido contra el virus. Pero es que el recurso a los abuelos era una sobreexplotación de los jubilados en nada diferente a la explotación de la mujer con el trabajo del hogar. Es un problema que hay que solucionar pero no le echemos la culpa al coranavirus o al estado de alarma. Es un problema que viene de lejos. En mi infancia, en mi colegio de curas, los alumnos que no podíamos llegar a casa antes de las siete porque no teníamos a nadie se solucionaba con una curiosa institución llamada permanencia que permitía aparcar a los niños durante una hora más, simple y llanamente haciendo deberes. Un negocio de cobrar por no hacer nada no se puede soslayar.

 

La cultura: cines, teatros, circo, conciertos, espectáculos no pueden sobrevivir al 50%. Por lo tanto deberán complementarse con la venta de contenidos on-line. Parece que la bicoca de las subvenciones se acaba. Es broma, todos sabemos que las subvenciones son políticas o corruptas y que no se acabarán nunca. hablemos por tanto de los que no las consiguen. ¿Cómo vender contenidos on-line? En la red te pagan -a través de publicidad- por los contenidos que tienen muchas visitas. El sistema de cable (suscripción) hace vivir a plataformas como Netflix, etc. Los vídeos permiten ver películas poco después de su estreno. El modelo del cine ya está establecido. Todo eso puede ser adaptado para museos, conciertos, teatros, circos (en donde “le cirque de soleil” ya se ha lanzado). Esta crisis ha sido la oportunidad perfecta para que instituciones conviertan sus fondos en tele-vendibles, o regalables, quien sabe. De nuevo buscadores culturales adecuados serán imprescindibles.

 

Las tiendas minoristas sufrirán la misma reducción de aforo por lo que su supervivencia pasa por la venta on-line. La presencialidad (garantía de honradez o cuando menos de verificabilidad) deberá complementarse con la venta on-line sin que eso impida que quien prefiera personarse no se prive, tanto para comprobar una herramienta como para ver un color sin píxeles (aunque si tu color solo se va a ver a traves de las pantallas, el color natural importa poco). La publicidad se encargará de acentuar la estrategia mixta como una mayor oferta para los usuarios. De nuevo los buscadores deberán guiarnos para encontrar la tienda de nuestros anhelos.

 

El transporte urbano (e interurbano) ya ha iniciado la estrategia on-line paradigmáticamente con Uber (¡qué curioso que las prácticas más capitalistas y más opresoras ya hubieran previsto que el taxi por teléfono era el futuro, quizás porque entre virus se complementan!). De nuevo (si no se matan antes) ambas estrategias pueden coexistir. También es cierto que promover la competencia ha sido desde hace mucho la estrategia del gobierno para bajar los precios mediante la competencia feroz, por lo que también el (los) gobierno(s) debe apuntarse el tanto. No olvidemos, para ser justos, que los taxis circulando en busca de clientes son ecológicamente reprobables.

 

Seguro que me olvido muchos campos en los que la estrategia mixta es inexorable. La moraleja es que nada debe desaparecer (excepto el virus, aunque tampoco desaparecerá) sino que las diversas opciones deben complementar. El museo presencial o/y on line, el concierto, la escuela, la universidad, las tiendas, los bares, los restaurantes, el transporte urbano. Si no fuera porque son las multinacionales las que se van apoderando de todo podríamos llegar a pensar que el sistema favorece la competencia y por tanto a los consumidores. ¡Bueno! A los consumidores, en cuanto consumidores. Lo presencial se convertirá en elitista mientras la chusma nos conformaremos con el recurso on-line. Los conciertos pop volverán al glamour de la ópera. ¡Thats live!

 

El desgarrado. Mayo 2020.




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