» 23-02-2021

La resaca del coranavirus.50. Los medios y el coranavirus.

Los medios necesitan noticias, sin ellas no son nada. Eso ha dado lugar a muchas situaciones extrañas. Se pueden inventar noticias, se pueden propulsar, se pueden manipular y se pueden silenciar. Incluso se pueden generar como hacen las cadenas cuando dan como noticias las que ellos mismos han producido. Se llama auto-cita. Los medios necesitan vender noticias para poder seguir vivos y eso los vuelve vulnerables a la ética. Si no venden no viven y eso les pone en una difícil situación. TCM emitió ayer “Los papeles del pentágono” de Spielberg, esa película épica sobre el periodismo político. Probablemente su mejor película o por lo menos la más alejada de los planteamientos morales y éticos que tan caros le son. Y no porque la película no sea ético-lacrimógena sino porque al involucrar al Gobierno le es difícil tomar partido. La cuestión es que Nixon queda mal (tras desaparecer de la política) y los periodistas (y los empresarios que los sustentan) quedan bien. Hay muchos ejemplos de la épica periodista porque los periodistas escriben y en este caso escriben la historia. La frase de la película que lo define es “los periódicos son los borradores de la historia”… cuando no son los borrones.

 

El periodismo es un perro. Cuando muerde le cuesta mucho dejar la presa. En estos momentos la presa es la solidez de la coalición del Gobierno. Cada tres minutos un periodista pregunta a alguien si piensa que la coalición persistirá. Cada tres minutos un tertuliano opina sobre cuanto durará. Pero no es noticia una noticia en sí, puesto que no se ha producido, es una presunción, porque la coalición resiste, es simplemente una expectativa de noticia, que de tanto repetirla, la audiencia, -que no se fija mucho-, acaba entendiendo que es noticia. Eso es intoxicación. Se está generando la noticia a partir de una situación que no lo es. ¡Para cogerse la pija con papel de fumar, los periodistas no son muy escrupulosos! Pero mientras todos los periodistas se preocupan tanto por la solidez del gobierno y por presionar para que se produzca la noticia otras noticias parecen no interesarles en absoluto: la vida de los ciudadanos.

 

Los medios van llenos de noticias sobre irresponsables que ponen en peligro la vida de los demás. ¿Son los únicos? ¿No ponen en peligro la vida de miles de ciudadanos los dirigentes políticos que deciden reducir las medidas de prevención para favorecer la economía? No he oído a ningún periodista decirle a un dirigente político que es un irresponsable por -como hace Diaz la Madrid- anteponer el comercio a la vida.  Y, puestos a hablar de noticias,  no he oído a ningún periodista preguntarle a un dirigente político, cuántos muertos costará abrir los bares, fumar en la calle, no usar mascarilla, no mantener la distancia, visjar, reunirse, etc.. Diaz la Madrid cuantificó -con su habitual inconsciencia- los muertos que se podía permitir con tal de proteger a los propietarios (porque se protege a los propietarios, en absoluto a los trabajadores) y aunque no dijo el número, no era difícil de transpolar. Para que hablar de la orden de no dar asistencia a los mayores afectados, para no colapsar las UBI. Para qué hablar de los baños de masas bocadilleros y tumultuarios. La vida es objeto de comercio, pero los periodistas no consideran noticia que un político cuantifique en vidas el bienestar económico. Quizás algún día un periodista hará la pregunta del millón: ¿Cuantos muertos vale su poltrona? ¿Cuántos muertos ha costado su decisión?

 

Los ciudadanos somos basura. Nos lo dijo Matrix y no le escuchamos: somos combustible, gasolina para que funcione la caldera. Los cien mil muertos que llevamos son el equivalente a una guerra (y en nuestro caso a la represión posterior). Pero el enemigo -dicen- parece ser un virus. No. El enemigo no es un virus. El enemigo es quien no ha sabido preverlo, investigarlo, prevenirlo, combatirlo y controlarlo. El género humano ha luchado durante milenios contra la adversidad. Pero ahora tenemos unos gestores que cobran por hacer ese trabajo. Y no lo hacen, porque ellos piensan que su trabajo es estar. Trabajar se paga aparte (y en negro). No se puede aducir que era imprevisible cuando tu trabajo es prever. Porque si no, ¿Cuál es tu trabajo?: desfilar, posturear, impostar? Todo lo que ha ocurrido es el resultado de la mala gestión de los políticos. Punto. Y deberían irse por inútiles. No hacen falta que pidan perdón (eso que tanto les gusta pedir). Simplemente váyanse. Nosotros sabemos que son unos inútiles, incapaces de resolver problemas de dialogar, de escuchar al pueblo. Son basura. Hasta que no tengamos un contenedor para la basura moral no podremos levantar cabeza. Y de paso llévense a esos periodistas que en vez de dar noticias las propician. ¡Adios!

 

El desgarrado. febrero 2021.

 




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