» 30-12-2021

La resaca del coronavirus 58. La pandemia-tormenta perfecta.

El coranavirus ha sido la tormenta perfecta. Vamos para dos años y lo que sabemos y las medidas preventivas que tomamos son, francamente deficientes. En esta tormenta han intervenido cuatro actores principales y muchas particiones de los mismas: los políticos, los científicos, los medios y los ciudadanos. De los políticos no hace falta hablar por cuanto su ineptitud (no necesitan constitucionalmente ninguna preparación) y su ineficacia (dado que su único objetivo son las elecciones, es decir mantener el culo en la poltrona) los inhabilita para enfrentarse a una grave situación emergente. Los científicos se debaten entre dos posiciones: adivinar el futuro (que es lo que les piden los políticos y los medios) o decantarse por la facción política con la que simpatizan (o militan). No hablaremos de las farmaceúticas puesto que son negocios de base tecnológica-sanitaria, es decir empresarios, cuya misión es vender su producto. Los medios, en su afán de informar acumulan opiniones de expertos, políticos y otros medios hasta conseguir el resultado contrario del deseado: desinformar. Evidentemente los medios están en España tan sesgados que cualquier decisión es medida por quien la toma y no por los resultados, o por la razonabilidad, de la decisión. Y por último los ciudadanos (los responsables civiles por defecto). Los ciudadanos estaban antes de la pandemia en situación de escepticismo extremo frente a los políticos y los medios. Igual que ante las elecciones, optan por votar con los cojones (ante la imposibilidad de informarse) ante la pandemia -y con la misma situación informativa- hacen exactamente lo mismo: lo que les pide el cuerpo. Los políticos aprovecharán la ocasión para echarles la culpa y salvar su sacrosanto culo.

 

Para los partidos políticos, la pandemia es una oportunidad de afianzarse o de recuperar el poder. Sus decisiones son exclusivamente partidistas. Poco importan los 100.000 muertos. El único cadáver que interesa a un cazavotos es el cadáver político. Su pragmatismo fascistoide (el pragmatismo es la ideología de lo útil… para quien la ejerce) les conduce a abandonar la población a su suerte si así les conviene (y les conviene). Si algo se tuerce (y se tuerce siempre) basta con echarle la culpa al culo… de otro: ciudadanos, medios u oposición política. Para los medios es una oportunidad de aumentar share y por tanto beneficios, tanto como servir a sus señores políticos. Para los científicos supone la visibilidad, el reconocimiento, la atención de los ciudadanos, esos minutos de fama que todo ciudadano se merece (Warhol). Pero también congraciarse con el poder y obtener seguridad en su empleo (de natural inestable). Para los ciudadanos es la muestra de su desdén por una actividad que ni les interesa ni les importa (¡cómo si eso fuera posible!). La política es para los jóvenes como el latín o las matemáticas: temas a olvidar. El negacionismo es el convencimiento de que cualquier cosa que venga de los políticos está viciada, corrompida, sesgada. Ante la imposibilidad de informarse  en un mundo de intoxicación, demagogia, populismo y cintas de video publicitario, deciden aplicar el principio de no contradición: los políticos contradicen (ab-usan) la verdad, por lo que ésta debe estar lejos de ellos. No es difícil entrar en la teoría de la conspiración o en el negacionismo… y lo hacen. Es la confluencia de estos mimbres lo que desencadena la tormenta perfecta.

 

Hay más. El individualismo -que no quiere saber nada de nuestra condición social innata- propicia que cada colectivo (empresarios, trabajadores, estudiantes, marchosos, farmacéuticos, etc. traten de salvar la crisis de la forma más favorable a sus intereses, sin un ápice de compasión por otros colectivos. El altruismo, la solidaridad, la fraternidad (hermandad-sororidad)… sabemos que no son virtudes metafísicas (son profundamente i-racionales) y ampliamente aceptadas. El agotamiento (físico y mental; adulto e infantil) también pesa en un país en el que cada día se suicidan diez personas, los médicos visitan 50 paciente al día y los sanitarios echan más horas que un reloj. La asistencia primaria es un desastre -debido a las privatizaciones y los recortes- los suministros sanitarios vienen de China y existen toda clase de capitalistas que consideran las crisis como una oportunidad de negocio.

 

Os preguntaréis: ¿Y el virus. Es inocente? El virus es el único que ha cumplido con su cometido: infectar. Moralmente será malo pero en cuanto a efectividad, solvencia y seriedad, es un ejemplo a seguir. Si políticos, científicos y medios hubieran actuado como el virus esta, pandamia habría desaparecido hace tiempo. No hay enemigo pequeño, y para muestra basta un botón.

 

El desgarrado. Diciembre 2021.




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