» 29-12-2019 |
Leo “El factor de la verdad” Jacques Derrida, Mármol/Izquierdo editores. 2019. El libro es un comentario al Seminario (1955) que Lacan realizó sobre la “Carta robada” de Poe/Baudelaire y que posteriormente encabezaría sus “Escritos” (1970), basado en una conferencia de Derrida de 1971. Opone el texto del Seminario a los comentarios de Marie Bonaparte (aplicando la sicobiografía) y sus propias ideas sobre la Gramatología (la escritura) y la difference. Siguiendo su peculiar estilo en el último capítulo las notas superan el volumen del texto. Aquí se recoge el capítulo primero en el que plantea el tema y echa un muy lúcida mirada sobre la verdad del sicoanálisis. Las relaciones que Lacan establece sobre verdad y ficción no me hacen descartar que próximamente volvamos sobre este libro.
Si el sicoanálisis, se encuentra; se encuentra a sí mismo; encuentra algo,¿Dónde el sicoanálisis se encuentra ya? Llamemos a lo que encuentra: texto. Pero ¿qué sucede en el desciframiento psicoanalítico de un texto: si el texto se explica por sí mismo; si el texto dice más que el descifrador; cuando el texto comporta por añadidura la escena del desciframiento; cuando despliega más fuerza en poner en escena, por ejemplo, la verdad y deriva el proceso analítico hasta su última palabra? Pero ¿es la verdad un ejemplo? ¿Qué sucede si, por ejemplo, una ficción literaria pone en escena la verdad; delimita la lectura analítica; asigna su posición al analista; lo muestra en busca de la verdad (incluso la encuentra); pronuncia un discurso sobre la verdad del texto y luego profiriendo en general el discurso de la verdad, la verdad de la verdad? ¿Qué ocurre con un texto capaz de semejante escena? ¿Y si es capaz de situar al ajetreo analítico en lucha con la verdad? La verdad representaría allí, simplemente un fragmento en el interior de un funcionamiento más poderoso.
Recurramos a “La interpretación de los sueños” en el que Freud estableció una regla: todo lo que en un texto no constituye el núcleo semántico primario de los sueños edípicos (el incesto o la muerte del padre), pertenece a la elaboración secundaria. Todo lo que no consista en “el Edipo” es que ha tomado un disfraz, un velo (stoff) que lo enmascara. El objeto del desciframiento analítico, el descubrimiento del material semántico, es precisamente el desvelamiento de esa elaboración secundaria, el desenmascaramiento de su desnudez para aflorar su contenido primario. Ese desvelamiento, esa des-ocultación (aletheia), esa ilatencia de la desnudez oculta, es la metáfora de la verdad. Lo que Freud prevé bajo la elaboración secundaria es la verdad oculta del texto (el contenido primario), incluso la verdad como desnudez.
Para ilustrarlo recurre a los llamados sueños de exhibición, sueños de vergüenza y confusión, de pudor y desnudez. De hecho, nos dice, remiten a otros atributos: la carencia de un atributo fálico. La desnudez no exhibe el pene o su ausencia, sino la ausencia de falo. ¿Qué es el falo? Es la idea universal (de origen infantil) de que todo el mundo tiene pene. Por tanto el (la) que no tiene, es que se lo han quitado (la han castrado). Nos enfrentamos a la cadena: verdad-mujer-descubierta-castración-pudor. Pero estos sueños de exhibición tienen otra componente: la vergüenza contrasta con la indiferencia del entorno. Es como si ambas componentes se ajustaran mal en el sueño, entraran en contradicción, como si la reacción del entorno estuviera desactivada. En este punto Freud busca una ilustración literaria, un interesante testimonio, una fábula. Un cuento de Andersen llamado “Los nuevos trajes del emperador”. El emperador, es engañado por dos impostores, que le convencen de que lleva un traje invisible que los buenos súbditos aprecian como visible. Pero los súbditos presionados ante la posibilidad de ser tenidos por desleales, declaran la existencia del vestido. Hasta que un niño grita que está desnudo.
El contenido incomprensible del sueño (la contradicción entre la vergüenza y la indiferencia del entorno) es interpretado por Freud así: el impostor es el sueño; el emperador es el durmiente y la represión moralizante de los súbditos son deseos ilícitos reprimidos. Su análisis de los neuróticos le lleva a pensar que el contenido primario es un recuerdo de la primera infancia. Pero en la infancia la desnudez no produce vergüenza lo que produce una contradicción en la interpretación. El relato literario (la fábula) es la elaboración secundaria que vela (disfraza) la desnudez. Y ¿cuál es esa naturaleza de la desnudez? el sueño mismo de desnudez (que no pertenece a la naturaleza) y su verdad (el pudor). “Lo que Freud enuncia sobre la elaboración secundaria (el texto explicativo de Freud) ya se encuentra puesto en escena y de antemano representado en el texto explicado (el cuento de Andersen). Este también describía la escena analítica, la posición del analista, las formas de su discurso, las estructuras metafórico-conceptuales de lo que busca y de lo que encuentra. Un texto se encuentra en el otro” (Derrida 2019, 16).
Pero ambos textos no son iguales. El texto de Freud tiene valor o pretensión científica: no es una ficción literaria. ¿Cuál es el criterio último para distinguirlos? Ni formalmente ni semánticamente es posible. No queda más remedio que recurrir al criterio de verdad. Pero ¿qué es la verdad? Más allá de la adecuación o la semejanza se habrá de recurrir “al valor del descubrimiento, de revelación, de desnudamiento, de lo que es, tal como es, en su ser” (Derrida 2019, 17). ¿Cómo afirmar entonces que el disfraz no ponen en escena la verdad misma, que lo verdadero no se produce por desnudamiento o desocultación. Una literatura puede, pues, producir, poner en escena y destacar, algo como la verdad. El desnudamiento del desnudamiento, tal como Freud propone, el desnudamiento del motivo de la desnudez, tal como sería secundariamente elaborado o disfrazado por el cuento de Andersen, que lo habrá previamente exhibido/disimulado en una escritura, de modo que ya no pertenezca al espacio de la verdad decidible.
El sicoanálisis se encuentra -todo lo que encuentra- en el texto que descifra. ¿Cuáles son las consecuencias en lo que atañe a la verdad que concierne al texto?
El desgarrado. Diciembre 2019.