» 15-10-2024 |
La evolución es una forma de pensamiento (puede ser asimilado a) que no usa la reflexión. Parece una contradicción y lo es si definimos las formas de pensamiento por la reflexión. Pero si entendemos las formas de pensamiento como formas de resolver problemas, de la forma que sea (intuición, reflexión, acción recursiva/memoria, revelación, abducción/verificación en lo real, etc.) y en el ámbito que se suscite (real, mental), ya es otra cosa. El pensamiento racional abductivo es recursivo, siempre se verifica en lo real para comprobar su idoneidad y en caso contrario (que es: siempre) reiniciar el proceso. Se le llama retroalimentación: un efector produce un efecto y este aplicado sobre el .efector produce un nuevo efecto, etc. La evolución no se retroalimenta (no aprende de sus errores). Investiga todas las posibilidades (y no algunas hipótesis privilegiadas teórica o experimentalmente) y si sobreviven (se reproducen, es decir, se estabilizan) son seleccionadas para la próxima ronda de modificación del entorno. Los errores desparecen solos (por muerte/extinción) sin intervención de la propia evolución. La evolución no selecciona hipótesis (conscientemente) pero si selecciona resultados (inconscientemente) mediante la supervivencia reproductiva. Tampoco se retroalimenta porque no reflexiona (no vuelve sobre los resultados para tenerlos en cuenta). Así para la siguiente recursión no aporta nuevo saber (depurado) sino nuevas opciones probabilísticas. Podemos decir que explora todas las opciones y las abandona al juicio del entorno.
La evolución de Darwin-Walace exploraba las posibilidades mediante la mutación que -si eran aleatorias- cubrían todo el campo pero que no lo harían si eran influidas por el ambiente (como así ocurría). La evolución ampliada añadió nuevos modos de variabilidad: recombinación (intercambio de genes a nivel bacteriano (ajenos al mecanismo de la reproducción sexual); la recombinación de los genes en la mitosis (la división cromosómica), la cooperación en la constitución de la célula (Margulis), la epigenética (desactivación de algunos genes por efecto del entorno), la eugenésica (el arte de la mutación inducida seleccionando los ejemplares portadores de determinados genes). Hoy -finalmente- la ingeniería genética pude enfrentarse a modificar los genes en una operación de cirugía genética. Las combinaciones que sobreviven (se estabilizan) pasan a la siguiente ronda. Desde este punto de vista la evolución no analiza sino que sintetiza: propone combinaciones que no provienen del análisis sino de la probabilidad (aunque el entorno se manifiesta a través de las mutaciones inducidas y por la epigenética). Finalmente la presencia del entorno lamarkiana es tan importante como la probabilística (mutación y recombinación). La vida es así producto del fenotipo y del genotipo, de la genética (probabilidad y herencia) y del entorno. Pero no solo la vida sino también el mundo inanimado. En ambos el procedimiento es la estabilización de una dinámica mutación/entorno en lo inanimado por la ley de la mínima energía (que se conforma como un atractor), y en la vida por la memoria genética y cultural.
Los productos de la vida: los seres, son condensaciones, estabilizaciones de procesos dinámicos animados por el azar y la necesidad (Monod). Y esas estabilizaciones son siempre efímeras, circunstanciales. El ser es un momento en el devenir, en el cambio continuo que es el universo y la vida. El ser es al devenir, lo que el presente es al tiempo: una abstracción inexistente, línea divisoria entre lo anterior y lo posterior, entre lo que eras y lo que serás. ¿Por qué el conocimiento decidió tomarlo como unidad de su estudio, siendo como es inasible, pura instantaneidad? Por impotencia. Por imposibilidad de afrontarlo como movimiento, como dinámica, como cambio, como devenir. Pensar es simplificar y parar el mundo para comprenderlo era la opción más simple. Hoy -habiendo nuestro conocimiento avanzado lo suficiente- debemos olvidar el ser y abrazar el devenir. La ontología ha muerto, es historia.
El proceso de mutación/cambio (por el procedimiento que sea) y estabilización subsiguiente es universal. Se produce en la vida y en la físico-química. Es uno de esos mecanismos que unifican los procesos del universos saltando especializaciones y apoyando la interdisciplinariedad. ¿Por qué las configuraciones de mínima energía son las preferidas por la naturaleza? En primer lugar porque no siempre hay energía de sobras; no siempre es posible escoger. En segundo lugar porque en cuanto se accede a la estabilidad se acaba el proceso. La entropía (la atracción del desorden) podría ser la tercera. Dado que no es individualmente (en cuanto sistema cerrado) recargable los procesos que degradan menos la energía serán los que sobrevivan (o por lo menos los que más duren). El universo se conforma con atracciones y afinidades que “prefieren” unos sistemas de estabilización a otros. Una atracción o afinidad es -en general- una carencia, una imperfección, un vacío que desea ser colmado, una dinámica que pretende acabar en estabilización, en paz energética. Esta tensión entre lo dinámico y lo estático, lo que evoluciona y lo que ha alcanzado la estabilidad, el ser y el devenir, se produce incluso en el mundo síquico. La nivelación termodinámica es para la vida: la muerte, el estatismo total. Nos desenvolvemos entre la ley del mínimo esfuerzo: no hacer nada y la de la lucha por la vida: hacerlo todo. La vida es una lucha contra esta nivelación, pero requiere un gran esfuerzo. La muerte es dejar de sufrir al precio de inexistir. La vía de la complejificación y la de la simplificación.
¿Si la energía tiende a la inutilidad, cómo se cargó el universo de energía útil? No lo sabemos pero podría ser el mecanismo del reloj de arena: la arena (llena de energía potencial, la va perdiendo a medida que cae, hasta que la agota. Basta darle la vuelta al reloj para que el proceso se reinicie. ¿Qué significa darle la vuelta?: invertir los valores: un antiuniverso de energía degradada, inútil que evoluciona (degrada su degradación) hacia su utilidad total. Nuestro universo acabará en un Big crash, en un punto de energía no nula pero sí, inútil. Hasta el espacio y el tiempo se habrán degradado hasta desaparecer. Y ese big crash degradado será equivalente a un big bang de antienergía (que no será energía nula sino energía inútil. No requiere una creación sino una inversión.
El desgarrado. Octubre 2024.