» 21-07-2020 |
12.- En vez de tomar partido entre cuestiones sociales y ecológicas la política debía haber elegido entre lo social (restrictivamente) o la cuestión de la supervivencia sin hacer diferencia entre los tipos de asociaciones que componen los colectivos.
13.- La política se organizó en torno a la noción de clase social y las rivalidades que la oponen (el materialismo que las hace posibles). A pesar de sus diferencias, Derechas e Izquierdas solo rivalizaban en saber cuál sería la más resueltamente modernizadora (la que más rápidamente alcanzara lo Global), por el camino de la reforma o de la revolución. Ninguna se paró a pensar en el mundo al que conducía el progreso, esa utopía que desaparecería en cuanto la tierra dejara de darle cuerpo (lo que ocurrió el 13/12/2015 en la clausura de la COP21). Para ser materialista se necesita una materia. Mientras desarrollaban análisis y experiencias ocurrió una metamorfosis de la definición misma de materia, de la tierra sobre la que descansaba. La transición del carbón al petróleo propició que la lucha de clases fuera ganada por las clases dirigentes mientras las clases sociales seguían siendo iguales: obreros defendidos por sindicatos. La economía del petróleo es capaz de prescindir de todo límite material. Entonces la lucha de clases pasa a depender de la geo-logía, se transforma en geopolítica. Época no solo inmaterial sino también irreal (el aumento de 3,5º y la sexta extinción).
14.- No fue posible la fusión de la lucha de clases y del conflicto geo-social debido al concepto de naturaleza de unos y otros: la exterioridad atribuida a los objetos. Necesitamos todo el poder de la ciencia (central para tratar lo terrestre), pero sin la ideología de la naturaleza que se le ha insertado. La búsqueda de lo Global abusó de la racionalidad (irrealista al no prever la reacción a las acciones humanas; in-objetiva por no prever la escasez de recursos; ineficaz al no atisbar la duración más allá de dos décadas). Para devolver una connotación positiva a las palabras realismo, objetivo, eficacia o racional es necesario dirigirlas, no hacia lo Global, sino a lo Terrestre. Hay que diferenciarlos: lo Global toma las cosas desde lo lejano, exteriores a los asuntos humanos. Lo Terrestre las ve de cerca. Debemos al nacimiento de las ciencias modernas la idea de tomar la tierra como un planeta entre otros, sumida en un universo infinito, compuesto de por cuerpos similares: los objetos galileanos. Esta visión desde el universo darán nuevo sentido a los términos racional o científico. Todos los movimientos se reducen a uno: la caída de los cuerpos abandonando otros como: génesis, crecimiento, vida, muerte corrupción, metamorfosis. La exteriorización produjo una confusión insoslayable: las ciencias de la naturaleza. Y se proyectó (desde Srius) esa forma de conocer a todo lo que ocurría en la tierra. La gravitación se convirtió en el modelo mecanicista de movimiento excluyendo todos los otros. Se expulsó a la naturaleza vista desde la Tierra.
15.- Y esta bifurcación: exterior (lo real, objetivo y cognoscible) e interior (irreal, subjetivo e incognoscible) se superpuso con el vector de la modernización. Lo negativo de lo Global nombra a lo subjetivo que se asocia con lo arcaico y lo superado, en tanto lo positivo determina lo objetivo asociado a lo progresivo y lo moderno. Ver desde el interior remite a lo tradición y ver desde el exterior se asocia con lo real y el futuro. Aparece así lo Local opuesto a lo Global. Si nos situamos lejos hablamos de naturaleza; cerca es sinónimo de sentimientos. Desde la exterioridad la variaciones climáticas son naturales, una oscilación sin importancia. Lo planetario se confunde con lo Terrestre. Los individuos se siente alejados de los problemas de la naturaleza y se desentienden. Tratar de movilizar la naturaleza (lejana) en los conflictos de clase se vuelve imposible.
16.- Cuando la economía comenzó a integrar la naturaleza lo hizo como factor de producción, un recurso exterior. En el sistema de producción se podían distinguir agentes humanos e infraestructuras artificiales pero era imposible integrar seres presuntamente naturales y tratarlos como agentes. La naturaleza-proceso queda recubierta por la naturaleza-universo. Y aunque en los archivos existían otros pueblos en los que descubrir actitudes, mitos, ritos ajenos al sistema de recursos y de producción, fueron considerados como arcaísmos, residuos de subjetividad. No será hasta el momento presente que se distinguirá entre naturaleza-proceso y naturaleza-universo o dicho de otra manera entre objetos galileanos y objetos lovelockianos (como representantes de linajes de científicos). Lovelock recomienda considerar a los seres vivientes como agentes que participan plenamente en los procesos de génesis de las condiciones químicas (y geológicas) del planeta. La distinción entre medio ambiente y agentes desaparece en una superposición de condicionantes. La simplificación que introduce Lovelock no consiste en dar vida a la tierra ni hacer de ella un organismo vivo, sino por el contrario, en dejar de negar que los seres vivos son participantes activos en el conjunto de los fenómenos bio y geoquímicos. Lo que rechazó es des-animar al planeta. Reorientó las ciencias naturales. La naturaleza no será ya un proceso de producción.
17.- Para avanzar en la descripción de los conflictos geo-sociales no podemos prescindir de la racionalidad ni de las ciencias pero debemos ampliarlas/limitarlas. Nos limitaremos en las ciencias, a las que se centran en las Zonas Críticas (zona de la vida alrededor de la tierra): las ciencias de la naturaleza-proceso, la ciencia de los agentes lovelockianos. Las ciencias de la Zona Crítica son las ciencias del polo Terrestre.
18.- Centrarnos en lo Terrestre supone el paso de un análisis 1) en términos de sistema de producción (materialismo y ciencia, división de recursos y actores, y libertad limitada en un marco natural) a 2) en términos de sistema de generación (agentes animados con capacidades de reacción distintas, no productor de bienes a partir de recursos, sino que genera terrestres y cultiva arraigos). Las diferencias son notables: a) principio de libertad frente a principio de dependencia; b) situación central del ser humano en el primero y relativo en el segundo; c) movimiento tipo mecanismo para el uno y tipo génesis para el otro. Ambos sistemas entran en conflicto porque a) la emancipación ha sido sustituida por la dependencia (no hay planeta, no hay autoridad, no hay desarrollo, no hay marco y no hay acuerdo). b) Más que de humanos (centrados o desubicados) debemos hablar de terrestres: terrestres en medio de terrestres o humanos en la naturaleza. c) No importa convivir con agentes “naturales” sino de aprender a depender de ellos. Ni reducción ni armonía. Los agentes se están extendiendo y hay que contar con todos ellos. Insertarse en linajes. Todo ello, contraintuitivo respecto a los modernos (que se obligan a elegir entre lo antiguo y lo nuevo). Para mudar de un sistema a otro hay que aprender a deshacerse del reinado de la economización, esa vista desde Sirius. “…es un conflicto entre los humanos modernos que se creen solos en el Holoceno huyendo hacia lo Global o en éxodo hacia lo local, y los terrestres, que se saben en el Antropoceno y que buscan habitar con otros terrestres bajo la autoridad de una potencia aún sin institución política afirmada” (Latour, 2017, 129).
En la próxima entrega acabamos.
El desgarrado Julio 2020