» 09-02-2021

Lecciones de política alternativa 71. El déficit democrático.

El Vicepresidente del gobierno declara ante el horror de sus socios del PSOE que España no goza de una plena normalidad democrática. Lo basa en que los dirigentes catalanes están en la cárcel o en el exilio. En USA, los republicanos (uno de los dos partidos del bipartidismo férreo americano) considera que la incitación a tomar el Capitolio (un golpe de estado se mire como se mire) no es suficiente para condenar a un presidente. Durante 30 años de la democracia en España los partidos políticos no gozaron de democracia interna (Casado fue el primero en el PP) y lo que predicaban para los demás no lo practicaban en su casa. Hace ya tiempo (de hecho toda la historia) que las democracias occidentales consideraron que la soberanía popular era incompatible con una democracia moderna, pragmática, aplicable. La leyes “mordaza” de seguridad ciudadana proliferan en las democracias de nuestro entorno en detrimento de los derechos humanos individuales de los ciudadanos (Francia acaba de aprobar la suya). En España los PPeros consideran que una moción de censura no es democrática y por tanto no es título legítimo para tomar el Gobierno. Los mismos consideran que ciertos partidos constitucionales jurídicamente, no son legítimos si defienden el independentismo, o son herederos de antiguas y desaparecidas formaciones terroristas. En relación con el 11-S Busch defendió la justicia infinita (una justicia sin límites, es decir totalitaria) como respuesta a la amenaza terrorista. El derecho de injerencia en defensa de las “víctimas absolutas” autoriza a que la democracia sea exportada por las armas a las naciones que no disponen de ellas (USA participó en el SXX en 50 guerras ajenas). Los tribunales europeos han tumbado el 95% de todas las disposiciones que el Gobierno ha dictado en defensa de la banca. Etc.

 

Tanto el PP como el PSOE defienden que nuestra democracia es normal. Sin embargo los socios del gobierno se pelean por ver quien es el primero que reforma el CP respecto a los delitos de odio, enaltecimiento del terrorismo, injurias a la corona etc. Por lo visto el PSOE ya está harto que la agenda social la lidere su socio. Da gusto verles dándose codazos para apuntarse el tanto de la democratización de la justicia que tan bien ató y bien ató, Gallardón con la inestimable colaboración del meapilas Fernández, el ametrallador de inmigrantes. El PP interviene. “La libertad de expresión está suficientemente defendida en España y no necesita que nadie la reforme”. Por lo visto, para los PPeros encerrar a blogueros, twuiteros, raperos, titiriteros, cómicos, republicanos airados, etc. es una necesidad democrática. La democracia siempre está en peligro porque los partidos políticos son totalitarios, interna y externamente. Todo aquel que solo piensa en el poder, como tomarlo, como retenerlo y como legitimarlo (Rancière) es totalitarista y no solo no es demócrata sino que ni tan siquiera es político. Y en eso coincide con Lyotard, Derrida, Agambem, etc. No es precisamente mi opinión. Para ellos la política es un espacio de heterogeneidad (precisamente lo contrario del totalitarismo), en perpetuo peligro y por tanto en perpetuo devenir. La política vive en el disenso (el sentimiento plural) y huye como del fuego del consenso que no es el buscar acuerdos sino el pensamiento único, el totalitarismo (Rancière).

 

El comunismo (las políticas de lo común) que la URSS desvirtuó -para albricias de los liberales- en la burocracia a-democrática, es el enemigo de los partidos políticos que no quieren saber nada de lo común sino de lo propio, su pensamiento único. El ataque furibundo que el ultraliberalismo ha lanzado contra el comunismo (identificado con el totalitarismo soviético chino, cubano, venezolano, etc.) es más que significativo. La democracia bien entendida empieza por uno mismo y el poder bien entendido es totalitario. La democracia, tal como la entiende Rancière, es un error, un desliz, la oportunidad de oponer a un poder, otro poder teórico tercero con el fin de alcanzar el poder del opositor. La democracia es un recurso dialéctico, una falacia, una amenaza, un título de legitimidad inexistente. Los griegos excluyeron de la democracia a los esclavos, la mujeres lo extranjeros y a los artesanos. Es decir era la democracia de los patricios. Ya Platón dijo que la democracia era una aristocracia.  Ahora no existen esclavos de iure, las mujeres votan pero los emigrantes siguen marginados. ¿Os parece que así las cosas se puede presumir de democracias plenas? mientras se empeñan en vaciarla y desmontarla cada vez más. Los USAnos ya nos han mostrado el nuevo estándar: ¡tomar el Capitolio no es antidemocrático! Lo antidemocráta es expresarse, fotografiar a la policía, manifestarse junto al parlamento (esto habrá que cambiarlos porque los USAnos ya permiten tomarlo), criticar: reírse de los políticos, bloguear, twitear,  titiritear, etc.  En una palabra: estamos en una democracia plena.

 

Por eso seguramente no existe ni una sola institución de democracia directa en nuestro país. Ni referéndum (vinculante), ni intervención extraelectoral, ni iniciativas legislativas populares (vinculantes), ni asociaciones con valor político, ni contacto con los diputados, y por supuesto ni hablar de autorrepresentación a través de la red. La democracia “plena” que tenemos es representativa (en diferido) y cuatrianual mediante rendija electoral. Y no acaba ahí la cosa. Las elecciones (única forma de participación política) se efectúa a través de los partidos en listas cerradas y bloqueadas, en circunscripciones desiguales, con reparto proporcional de los escaños, limitaciones de edad, con númerus clausus para ingresar en el Parlamento y en los grupos, con innumerables trabas para el voto en el extranjero, con partidos dopados con dinero negro, etc. ¿Qué os ha parecido la democracia plena que tenemos? De esta mierda están orgullosos nuestros políticos. Con semejante rasero no es de extrañar que 90.000 muertos por la pandemia (en gran manera causados por su gestión de la crisis, los recortes, las privatizaciones, y sus innumerables estupideces de gestión) les parezcan cosa normal. Tan normal como nuestra democracia.

 

El desgarrado. Febrero 2021.

 




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