» 12-02-2021 |
Veo el hormiguero. No soy de los que piensan que la cultura está separada del mundo común. La cultura (nuestra cultura) está en la TV, en sus anuncios, en las redes sociales, en el mercado de abastos y en los niños. Si lo que dice un filósofo no puede aplicarse al mundo común… es que no es filósofo. Me ha ocurrido muchas veces pensar que algunas cosas no tienen que ver con el mundo. Simplemente no me había fijado bien. Recuerdo cuando leí la “teoría de la jovencita” de Tiqqun. Me pareció un delirio. La evidencia de su realidad no la encontré en otros libros, estaba en la misma TV. Los anuncios de Vinted, de Oral b, de ventas de coches o de depilantes para hombres, me mostraron que era real y que la categoría de “jovencita” no era una distinción de género. El análisis que hizo Baudrillard de la publicidad -al margen de la exposición de su utilidad, bondad u oportunidad- poniendo el acento en que la publicidad lo que quería era consolarnos de nuestra marginada vida. Hoy sabemos que la publicidad no trata de vendernos productos sino de mostrarnos cómo podría ser de rotundamente maravillosa nuestra vida con sus productos. Por cierto cuando los productos recurren a la antigua fórmula del utilitarismo, lo hacen a través de la teoría de la jovencita.
Pero vayamos al loro. Motos vuelve tras un confinamiento y hace una tertulia con sus habituales (Pardo, Falcó, Roca y del Val) sobre la democracia, en relación a las afirmaciones de Iglesias (España no es una democracia plena). Pues bien, los cuatro tertulianos se sitúan en los cuatro posicionamientos en las que se hubieran situado cuatro filósofos o sociológos, en caso de haber sido invitados. Del Val entiende que la democracia es una institución y que por tanto Iglesias no puede perder de vista que es vicepresidente del gobierno y que no puede hablar sino como figura de una institución a la que se debe. Roca entiende que la democracia es una forma de gobierno (un estado de derecho) y no analiza sino nuestra obligación de obediencia y allanamiento a lo que es la ley. Pardo entiende que la democracia es una forma de vida algo que nos define como sociedad, y por tanto (en contra de las dos anteriores posiciones) entiende que es criticable, aunque no entiende el sentido, en el que la critica Iglesias. Es la única disidente con el monolitismo de la democracia que defienden sus concontertulianos. Como forma de socialidad la entiende como manifiestamente mejorable. Falcó pertenece al sector de la jovencita de Tiqqun. La democracia le permite ser idiota, ingenua, rica y feliz… y tremendamente simpática. La democracia es para ella un hada madrina que le procuraron sus poderosos padres para que ella pudiera ser rica y famosa por la jeta.
El debate entre, si la democracia es una institución, una forma de gobierno, un forma de vida o jauja para los afortunados, es el debate que está en los medios filosóficos o politológicos. Lo raro es que de pronto se traslade a un programa de entretenimiento y además de forma espontánea. Podríamos pensar que la filosofía no es algo ajeno a la vida. Las ideas que tenemos son (casi) las mismas que tienen los filósofos pero que nosotros no hemos clasificado en sus específicas categorías. Y aquí hay que nombrar a un filósofo que ha defendido que las inteligencias no son distintas sino producto de la dominación. ¿Es Messi menos inteligente que Einstein? No. Simplemente es inteligente en otro campo (el de fútbol). Si todo el mundo tiene derecho a sus 20 segundos de fama o gloria, todo el mundo tiene una inteligencia extraordinaria en un campo u otro. De hecho los concursos de la TV se basan en un hecho: existe mucho talento que las jerarquías o la dominación han ocultado. La jerarquía, la dominación se ha encargado de que solo afloren determinadas inteligencias. Sin ir más lejos el talento exquisito de García Egea es lanzar huesos de aceituna y el de Casado es aprobar cuatro años de carrera en un solo año cuando en múltiples años no fue capaz de aprobar mas de cuatro o cinco asignaturas no deja de ser asombroso.
Decidir que la inteligencia de Einstein es mejor que la de Messi es una cuestión de utilidad, pero no una cuestión de equivalencia. Otra cosa es que no seamos capaces de evaluar la inteligencia de García lanzando huesos de aceitunas como muy superior a su propia inteligencia política. Pero lo importante es darse cuenta de que el sistema educativo (y todo el sistema en general) es un sistema de clasificación de jerarquización que pone a cada uno en su sitio, en el que le corresponde por su nacimiento, su riqueza, su fuerza, su saber, pero no su democracia, es decir, su derecho a ser considerado igual a los demás. Dice Rancière que la democracia es el título para gobernar que no tiene título, que no se asienta en un título anterior (nacimiento, antigüedad, riqueza, virtud, etc). Ahí reside el problema: en la dominación, en el poder, la lucha por el poder, la legitimación del poder. La igualdad es ausencia de varemos de dominación, de comparación, de superioridad. La igualdad, como la libertad no es una evidencia sino una aspiración, una tendencia, una intención. La democracia ha siso siempre una forma de ordenar el acceso a la igualdad y a la libertad y se ha hecho a través de los títulos que se exhiben para el ejercicio del poder: nacimiento, antigüedad, fuerza, riqueza, virtud, sabiduría. Platón dijo que existía otro título: la ausencia de título, los que habían sido excluidos de la clasificación de aspirantes. La cosa no ha cambiado mucho.
El desgarrado. Febrero 2021.