» 13-08-2021

Lecciones de política alternativa 88. La causalidad utilitaria.

Aristóteles estableció estableció la causalidad (el desvelamiento de los primeros -o por lo menos anteriores- principios) como una de las premisas de la metafísica, que “más allá” de una reflexión se convirtió en el sistema de pensamiento occidental. Causa es equivalente a razón: el por qué de las cosas.  Supone la evasión del azar al establecer una relación entre los hechos del mundo. La causalidad convierte al mundo en relato, le confiere estructura, razonabilidad. También fue Aristóteles quien en la “Poética” estableció la estructura del relato: secuencialidad, causalidad, verosimilitud, intriga, repetibilidad, etc. Poco importa que ese relato no sea “la verdad” del mundo sino simplemente su forma de entenderlo y memorizarlo. El relato es una forma de pensamiento… y en absoluto una forma de realidad. Pero es la forma de nuestro pensamiento, del pensamiento del homo sapiens.

 

Pero esa causalidad simple (el humo delata al fuego) se complica con el avance de la razón y con la retórica (que no pretende la verdad sino convencer). Todos sabemos lo que es la verdad… aunque nadie es capaz de definirla. Su contenido ético-moral-político (verdad revelada, verdad absoluta, verdad mediada, realpolitik…) la desdibuja. Quizás deberíamos conformarnos con la certeza, la verosimilitud, la corrección, la validez, lo científico, etc. Lo que se vislumbra es que la verdad tiene mil nombres (incluso el de posverdad).  La mayoría aceptamos (sin gran convencimiento) que la verdad es la coincidencia (igualdad) entre la imagen mental y la realidad. Verdad es integrar la realidad dentro de nuestra cabeza (mente, cerebro, alma inteligente, inteligencia…). Con el avance de la razón metafísica la causalidad se complica hasta que la teoría del caos afirma que puede ser irrastreable en aquella sucesión de causas que Aristóteles vio como una serie “sin pérdidas”. La dependencia de las condiciones iniciales puede difuminar (efectivamente) la causalidad. La cibernética convierte la causalidad en circular (retroalimentación) estableciendo un bucle variable infinito, que funde la fijeza de la causalidad (el ser) en devenir, en cambio.

 

Pero no es de esa causalidad de la que os quiero hablar sino de la causalidad  estratégica (utilitaria). Una causalidad que no pretende ser racional, lógica o intelectualmente correcta sino que pretende ser útil. Dos ejemplos: La lógica indica que las becas se deben otorgar a los que obtienen mejores notas. Pero las mejores notas las obtienen los que tienen mejores medios, es decir los ricos. Si las becas deben ayudar a los menos dotados económicamente no pueden ser adjudicadas por los resultados académicos. Otro: parecería que el descanso por maternidad debería dársela a la mujer dado que el trabajo del hombre en la procreación es realmente exiguo. Pero esta política conduce a que la mujer sea confinada al tradicional papel de ama de casa y que sea aún más marginada laboralmente. Solución: Que hombre y mujer compartan el descanso (y el trabajo del nuevo miembro de la familia), compartir que todavía no es paritario, pero a eso va. Aristóteles no contempló que la causalidad fuera utilitaria (de alguna manera productiva) sino que la pensó cognitica (teórica) o ético-política (práctica).

 

El problema es que esta causalidad utilitaria contradice -muchas veces- la causalidad simple o compleja y abre el campo a que la causalidad se pervierta. Y por supuesto estoy hablando de los políticos. El principio de la causalidad utilitaria es sencillo para los políticos: solo es causalidad lo que es bueno para el partido (es decir: para ganar elecciones. para intoxicar a los ciudadanos y para calumniar a los opositores, incluidos los eventuales como: mercados de valores, jueces, FCSE, Tribunales). El resto es causalidad ful, estúpido invento de filósofos, lógicos y otras especies de mal vivir. Veamos algunos ejemplos: Todo lo que hace el gobierno es un error. Sea lo que sea y mejore a quien mejore. Pero no solo eso sino que si en el pasado reciente ellos mismos has actuado de la misma manera… no importa: denuncia como si no hubiera pasado, y si te aprietan di que no es lo mismo, que la cosa es radicalmente distinta. El PP-VOX denuncia al gobierno por la subida de los precios de la luz (sus compi-robis). No importa si Rajoy desmanteló toda la política de energías alternativas que diseñó Rodriguez. No importa que lo hizo asumiendo unos costes judiciales compensatorios extraordinarios. Solo importaba que los compi-robis ganaran cuanto más dinero mejor.  No importa que pusiera el famoso impuesto al sol que vetaba el acceso al auto-suministro energético ecológico a los ciudadanos. No importa que lo hizo a golpe de Decreto-dictadura basado en la mayoría absoluta.

 

Los políticos han abandonado la causalidad de los filósofos y de los lógicos. Tiene su propia causalidad: la causalidad utilitaria. En un retorno increíble a la topología mítica (la verdad reside en el el político, en el partido, o en la ideología política), los políticos soslayan 25 siglos de pensamiento reflexivo para alcanzar la meta-retórica. Ya no se trata de convencer sino de intoxicar (que es engañar torticeramente), de obtener el voto a cualquier precio (financiados con dinero negro), de manipular las instituciones (la negativa a renovar el poder judicial), colocar a sus sicarios en el Tribunal de cuentas, de despilfarrar a cambio de votos, y. por supuesto robar. La causalidad utilitaria se ha llamado siempre manipulación, abuso de poder, despotismo o dictadura. Y eso es como quieren ser recordados: como desalmados. Conmigo lo habéis conseguido: os recordaré como lo que vosotros habéis escogido ser: delincuentes retóricos (en el mejor de los casos). Comprendo que los jóvenes no voten. ¡Tanta zafiedad da asco!

 

El desgarrado. Agosto 2021.

 




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