» 30-07-2019 |
Crece la presión sobre el tabaco pero no para dejarlo de vender sino para dejarlo de usar. Moral maniquea que no quiere renunciar al negocio sino simplemente desviar el problema hacia otros agentes como los bares (y sus terrazas), y a otros ámbitos como las paradas de los autobuses, la vía pública, el automóvil, etc. ¿Donde se podrá fumar? Evidentemente solo en casa, donde previsiblemente habrá niños. ¿Tenemos que entender que el gobierno lo único que pretende es que el consumo no se vea, aún a costa de la salud de los niños. No es tan descabellado. El gobierno tiene como primera y principal misión salvar el culo. Lo hace al poner una tasa de alcoholemia desproporcionada que le exima del estado y diseño de las carreteras, la caoticidad de la señalización, la falta de agentes de tráfico, etc. Lo hace también cuando encuentra siempre a un pirómano que incendia los bosques aunque sabemos que los bosques son yesca por la falta de cuidados, los incendios encierran operaciones urbanísticas y las empresas de extinción ganan fortunas con su trabajo en conexión directa con los encargados de que los incendios no ocurran.
No hay más tu tía que, o el tabaco es veneno o no lo es. Si lo es hay que prohibirlo y si no lo es hay que permitirlo, aunque sea reguladamente. Pero el gobierno -cuya misión principal, a parte de salvar el culo, es cazar votos- no está dispuesto: a) a perder un pingüe negocio (el Estado es el principal productor). b) perder una fuente de impuestos importante, c) contrariar a una parte importante de votantes (el 33%). Entonces opta por la vía mansa. Poco a poco, sin soliviantar al personal. Primero les decimos que zona de fumadores y de no fumadores y los hosteleros hacen las obras pertinentes. Después, que a fumar a la calle y los hosteleros hacen las obras para que las terrazas y porches existan. Ahora, que tampoco en las terrazas (ni marquesinas). Dentro de poco ni en los automóviles ni en la calle. Eso sí. En casa puedes asfixiar a tu hijo con el humo porque eso no le importa a un gobierno que presume de proteger la salud pero lo que defiende es el culo y los votos.
Es evidente que la prohibición solo conduciría a que las mafias se adueñaran del negocio. Pero eso no es excusa. La mafias son un problema (y a veces un negocio) de la policía, que depende del gobierno. El gobierno debe hacer lo que es procedente para la salud de los ciudadanos y en este caso: prohibir el uso de una droga que, no por su su historia de permisividad, es menos dañina que otras que están prohibidas, como el costo. Según las estadísticas el tabaco le cuesta a la sanidad pública miles de millones. Si no se ha prohibido es por los votos. Un partido de fumadores ganaría las elecciones. Es un caso parecido al del alcohol. También le cuesta al Estado miles de millones, cientos de muertos en carretera y seguramente algunas víctimas de violencia de género. Pero el alcohol no contamina el ambiente ni hace alcohólicos pasivos. Simplemente, mata.
Podría decir que no se cual es la solución pero mentiría. Lo se. Campañas masivas para concienciar a la población de lo dañino que es el tabaco, de la responsabilidad de contaminar a los que conviven con nosotros, de que somos un agente de infección. No estúpidas fotos gore explicando el mal que te haces a ti mismo sino del daño que les haces a los demás. El tabaco, como la contaminación, tiene una componente social. El tabaco es lo mismo que la contaminación atmosférica pero en vez de empezar por el ambiente empieza por los que tenemos más cerca: nuestros familiares y nuestros vecinos. Sé que todo esto que digo no servirá de nada porque a nuestros políticos les importa una mierda nuestra salud (a no ser que nos impida votar). Les importa su culo (lo que implica mentir) y los votos (lo que implica engañar). Cuando dentro de unos años la opinión pública (ese elefante) haya alcanzado el conocimiento de que el tabaco es venenoso, entonces y solo entonces se subirán al carro de la prohibición/regulación para salvarnos la vida. Evidentemente será la izquierda (aunque se lo apuntará la derecha) porque la derecha no ha sido nunca partidaria de las regulaciones (quedó claro en la crisis del 2008). La derecha llama libertad a usar armas contra tus conciudadanos, cigarrillos y alcohol contra su salud (y contra la sanidad pública), alimentos transgénico, fármacos no suficientemente testados, prótesis defectuosas, vehículos potencialmente peligrosos. Todo en aras de la emprendeduría.
La economía “colaborativa” es mala para los ciudadanos pero es buena para la economía general. Se debería incluir el tabaco y el alcohol entre la economía “colaborativa”: buena para el gobierno pero letal para los ciudadanos. Deberíamos cambiarle el nombre: economía depurativa o quizás economía darwinista: solo sobreviven los más fuertes. “¡Es el mercado amigo!” dijo Rato cuando le interpelaron por las pérdidas millonarias de los compradores de acciones de Bankia que él avaló y que el gobierno permitió. Simple y llanamente somos las cobayas de un gigantesco proceso de expoliarnos de todos nuestros bienes. Un Matrix económico. Ya no les basta con nuestra energia (trabajo) ahora lo quieren todo. Si Marx resucitara debería rehacer toda su doctrina. No solo quieren las plusvalías; lo quieren todo.
Me desvío. Hablaba del tabaco. Pero todos los caminos conducen a Roma. Tabaco, alcohol o empleo precario y falsario (¿autónomos?… Je, je, je) todo es la misma realidad: los políticos viven para defender su culo, cazar votos y hacerse ricos. NO-HAY-MÁS. A eso vais a votar las próximas elecciones. Rectifico. A eso votaríais si votarais. Así os va. Así nos va. Vivimos en la era de la adicción. Se llame ideología (adicción a ciertas ideas), hinchas futboleros, patatarismo (adicción a las patatas fritas), tabaquismo o alcoholemia (que ya se entiende) lo que la sociedad procura de nosotros es la adhesión incondicional. Y no duda en recurrir a cualquier medio químico, biológico o mental para conseguirlo. ESCLAVIZARNOS sin que se note. Pareciendo que es nuestra debilidad y no su necesidad. Hasta la democracia (la seudo democracia) es una adicción. ¡Hay que ver con que fuerza defendemos que los nuestro es democracia y los de Venezuela, no! La única diferencia tangible es que allí los corruptos-en-el-poder roban mucho más que aquí y ¡claro! al pueblo le queda menos. Pero no desesperéis… todo llegará.
Habrá que hacer clubes de fumadores en los que firmes que estás de acuerdo en que los demás te contaminen o quizás en breve saldrá al mercado una campana individual que te permita fumar en una burbuja. Todo lo que cueste dinero es factible. Dicen que bastará con subir el precio del tabaco abusivamente (¡qué mala suerte!). Desde luego, la deshabituación no la pagará la SS a pesar de que sea más barato deshabituar que pagar la factura de la adicción. ¡Cuestión de estrategias! Lo que está claro es que no se hará lo mejor para los ciudadanos sino lo mejor para los políticos: para su culo, para su urna y para su bolsillo. ¿O lo dudáis?
El desgarrado. Julio 2019.