» 13-12-2019

Reflexiones tipográficas 206. Elecciones en RU. La fiesta del amordazamiento del pueblo.

El resultado de las elecciones en RU y las circunstancias que lo rodean ponen de manifiesto que la democracia (entendida como la voz del pueblo) cada vez está más lejos. En primer lugar el triunfo absoluto de los conservadores -y del Brexit- que no es el triunfo de los que lo quieren (43%) sino de los que no lo quieren (49%) (por el fraccionamiento del voto nacionalista periférico), pero las componendas proporcionales de los sistemas electorales producen lo contrario. En segundo lugar en Escocia gana abrumadoramente el nacionalismo pero eso no significa que Escocia vaya a ser independiente. Johnson ya ha anunciado que los atará corto. Tercero, al revés que en el resto de Europa uno de los partidos tradicionales gana por mayoría absoluta pero  con una peculiaridad: es un partido nacionalista. La mezcla de nacionalismo y conservadurismo -que en España no acaba de cuajar- triunfa en RU. En cuarto lugar Johnson se ha blindado contra las traiciones de su propio partido obligándoles a firmar un pacto de aceptación de los resultados. Las adhesiones no se ganan se exigen.

 

La cuestión es que el Brexit es un hecho, el laborismo cae en picado (dicen que por no dar mensajes claros lo que no deja de ser un aviso para Podemos), las aspiraciones de Escocia de seguir en la UE (y de dejar el RU) se afianzan y por tanto también las de Irlanda del norte. En una palabra la “cocina” democrática cambia todas las tendencias que marcan los votos para convertirse en tendencias que marcan los escaños (es decir, los partidos). Exactamente igual que en Catalunya en donde las quejas en contra del antidemocratismo español no alcanzan -ni mucho menos- a un sistema electoral que les favorece. Pero la guinda del pastel la pone Casado que afirma: “el resultado nos muestra lo peligrosos que son los referéndum”. Es decir, en democracia dar la voz al pueblo es “peligroso” y por tanto hay que evitarlo. Magnífico ejemplo de espíritu democrático donde los haya. ¿Peligroso para quién? ¿para la gobernabilidad de unos partidos rancios y acabados? ¿Peligroso para una democracia que es una caricatura en manos de chupones, corruptos, robamásters, demagogos, populistas, etc.? Como decía el mal médico: “la herida va bien, pero el ojo lo pierde” Esa es nuestra situación política: España va bien, pero los ciudadanos vamos mal. ¿Para cuando una política que piense en los ciudadanos y no en los poderes fácticos y en el capitalismo de gestión?

 

Creo que Casado debería pensar seriamente en forzar el nacionalismo conservador para conseguir un éxito como el de Johnson. La idea de salir de la UE es buena. Con el fraccionamiento de los votos de los nacionalistas periféricos conseguiría ganar el span-out sin necesidad de tener la mayoría de los votos. Con un mensaje claro y rotundo: Europa nos roba y nos manipula,  podría alcanzar la mayoría absoluta mientras los socialistas se hundirían inmersos en tibiezas que se han mostrado incomprensibles para el electorado. Lo del nacionalismo contranacionalista periférico no acaba de dar el mismo resultado y menos con unos portabanderas como VOX a su derecha (su ultraderecha)- Quizás debería optar por una fórmula conjunta -que de hecho es la de Johnson (el principal enemigo es Europa y los nacionalismos periféricos solo en segundo lugar). La ley del punto medio: ni lo supranacional, ni lo infra-nacional. Una nueva apreciación del centro político. Pero Casado ya ha dicho, en estas apresuradas declaraciones, que el problema nacionalista del RU es completamente diferente del nuestro (quizás porque desechan la vía unilateral).

 

La cuestión es que lo que se pone en evidencia es que los ciudadanos no tienen nada que decir. Un mensaje claro y radical oculta todos los problemas. Todo lo que no esté mascado es incomprensible para el electorado. y eso es una forma de manipulación del mismo. El polpulismo (del que Johnson podría dar clases) es la mejor fórmula de autopromoción. El sistema electoral debe desviarse de la voluntad popular todo lo que pueda y si puede tergiversarla… mejor. Pero sobre todo: nada de democracia directa, ni referéndum, ni autonomía política, ni iniciativas legislativas populares, ni contactos entre los diputados y los electores, ni na, de na. Cualquier injerencia de los ciudadanos en la política es -como dice Casado- “peligroso” según la fórmula de Franco: “¡hágame caso: no se meta usted en política”. Democracia del pueblo pero sin el pueblo. Esa es la fórmula magistral. Los políticos saben lo que nos conviene y ellos proveerán sin que nosotros tengamos que participar más allá de la rendija electoral. Si establecen un contubernio con los poderes fácticos, si roban o despilfarran, si son irresponsables e inviolables, todo eso son gajes  (prebendas) del oficio. Engañados y confundidos somos más manejables. Y nosotros colaboramos.

 

El desgarrado. Diciembre 2019.




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