» 18-08-2021

Reflexiones tipográficas 248. Afganistán: la orgía de la hipocresía.

El mundo político y mediático se echa las manos a la cabeza ante la represión que se avecina contra las mujeres en el Afganistán talibán. Todo son lamentos y propuestas de acogida de los refugiados. Los testimonios de posibles afectadas son repetidos una y otra vez para mayor gloria de nuestra sólida democracia y nuestra solidaridad sin fronteras. ¿Es así? Las naciones de la península arábiga tienen las mismas restricciones respecto a las mujeres que las que implantarán los talibanes, pero sin embargo, Occidente tiene relaciones normales con ellos como si fueran democracias donde se respetan los derechos humanos. ¿Por qué semejante hipocresía? Por intereses económicos… que es lo único que mueve este mundo capitalista en el que vivimos. La supercopa de España se realizará en la península arábiga, con sus mujeres sometidas a un recorte de derechos inhumano, pero a cambio de 40 millones €. Esa es la diferencia entre las mujeres afganas y las de los emiratos: los patrocinadores tienen mucho más dinero.

 

Los talibanes inician una estrategia de “blanqueo” de imagen, tratando de no ofender a Occidente. De momento no hay ejecuciones públicas, ni revanchas contra los que se creyeron que Afganistán se modernizaba, ni lapidaciones contra las adúlteras y violadas, etc. Pero las declaraciones de intenciones son claras. Las mujeres se someterán a la ley islámica y la sharia; se cuenta con la mujer para el nuevo Afganistán, suponemos que para parir hijos y punto. La educación femenina desaparecerá y el burka retornará (ya se han disparado las ventas). Pero lo mejor es el deslinde que hacen entre integrismo (entendido como país sometido a la ley islámica) y terrorismo (que ya han declarado que combatirán y que, al respecto, Occidente puede estar tranquilo) y cuya definición no aclaran aunque la amnistía que ha vaciado las cárceles no ha distinguido entre unos y otros.  Todo ello permite suponer cual es el límite de su “amistad” con Occidente: el mismo tipo de estado (en cuanto a respeto de los derechos humanos) que existe en la península arábiga.

 

Y Occidente tendrá que tragar porque lo que no hará es romper con uno de los grandes suministradores de petróleo y socio comercial en innumerables acuerdos. La actitud de los talibanes solo ha cambiado en la hipocresía, en el enmascaramiento del orgullo islámico, en el ocultamiento de la altivez, del reto. Ahora son estrategas, evitando la confrontación directa, contradiciendo las palabras con los hechos… para resumir: como nuestros políticos. En una palabra: una orgía de hipocresía por parte de unos y otros y por supuesto de los medios que se rasgan las vestiduras por lo que hace años que soportan de los emiratos árabes. Y respecto al asilo de refugiados no olvidemos que España es uno de los países que menos asilo concede: un 5% de los que se solicitan. Es incomprensible como la derecha y la ultraderecha se quejan de las actuaciones del gobierno en materia de inmigración, cuando solo se pueden tildar de actuaciones de extrema derecha. El criterio para aprobar las solicitudes es el dinero que maneja el peticionario.

 

Y toda esa exacerbada hipocresía es la política, que lo mismo da que sea internacional, nacional o gremial. Era difícil pensar que los integristas adoptaran la hipocresía como medio de hacer política. Pues ahí está. La reacción de los políticos occidentales y los medios era previsible… pero la de los talibanes era impensable. Ya no se puede confiar ni en los más íntegros. Por otra parte esa distinción entre integrismo y terrorismo traerá cola dada la facilidad que tenemos en Occidente para confundirlos. ¡Cómo si el terrorismo de estado no fuera terrorismo! Las mujeres afganas sufrirán la nueva política integrista pero nosotros, el pueblo elegido por la modernidad, estamos a punto de ahogarnos en mierda. Por lo menos Biden nos ha prometido que no volverá a tratar de llevar “la democracia” a ninguna parte del mundo. Si tampoco les lleva la guerra la cosa mejorará mucho. ¿O, no?

 

El desgarrado. Agosto 2021.

 

 

 




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