» 21-06-2020

Reflexiones tipográficas 248. La Constitución hace aguas.

Los padres de la patria americana allá por 1776 no dudaron en hacer una Constitución esclavista, lo que no se pudo arreglar -jurídicamente- hasta 1964 y de facto no se ha arreglado todavía, como bien sabe Floyd. Lo que no impidió que hubiera una guerra civil. Enmiendas a la Constitución como la de llevar armas, convierten a USA en la nación más violenta del mundo. Su democracia solo tiene efecto en suelo americano lo que permite que existen cárceles antidemocráticas como Guantánamo -que Obama prometió clausurar y no lo hizo- o como el apiolamiento de Bin Laden en suelo extranjero, que continúan dando clases de imperialismo. Con todo esto quiero decir que el hecho de que exista la Constitución es un gran avance respecto a la monarquía absoluta pero no es en sí, garantía de nada. De hecho no sería aventurado afirmar que la Constitución es un modo político de perpetuar la dominación. La Constitución no es un absoluto, no es la estación de llegada. Es un paso más para acabar con la dominación del hombre sobre el hombre, de las clase privilegiadas sobre las clases más débiles.

 

La Constitución española no se orquestó contra una metrópolis que abusaba de los impuestos (USA), ni tras una revolución popular (Francia). La Constitución española se armó contra el caos que se podía producir tras que aquel imbécil pretendiera  que “todo estaba atado y bien atado”. Para que tantos españoles se pusieran de acuerdo solo podía ser debido a que todos estaban convencidos de que estábamos al borde del abismo e íbamos a dar un paso adelante, como dijo el dictador. En tal situación hubo que hacer muchas componendas entre partidos -que se estrenaban en la política- y el partido único franquista, representado por Fraga. ¿A donde quiero llegar? Pues a que la Constitución no fue la mejor constitución posible sino la única posible. Cada diferencia de criterio fue aparcada, lo que en una norma jurídica consistió en no especificar su contenido o su intención. Aún así las diferencias eran tan brutales que nuestra Constitución es larguísima. No es fácil poner de acuerdo a políticos filofascistas con políticos filocomunistas (de estado). La misión era imposible y la Constitución nació fallida. Pero veníamos de una mierda tan grande (la democracia orgánica, el partido y el sindicato único, el nacionalcatolicismo) que a todos nos pareció bien.

 

Mas el tiempo pasa y las cosas deben ponerse en su lugar. Pero los filofascistas no quieren que se abra el melón y los antiguos filocomunistas -reconvertidos en partido de Estado- tampoco. La Constitución contiene multitud de prebendas para los políticos que fue en el único campo en el que era fácil ponerse de acuerdo (Fijaos lo fácil que llegan al acuerdo en subirse el sueldo, por enemigos que sean). La Constitución se ha convertido en la caja de Pandora. Para acabar de arreglarlo la fragmentación parlamentaria lo hace imposible. Pero la Constitución tiene multitud de defectos que deben repararse urgentemente. Y entre ellos la inviolabilidad del jefe del estado en su duración (¿es eterna?) y en en la materia (¿es para cualquier actuación, aunque no sea propia del cargo?). Y para continuar la inviolabilidad de los políticos (aforamiento, amnistías, indultos, prebendas, incompatibilidades, dietas, economatos, bestretas, jubilaciones, complementos del sueldo, etc.).

 

Hablar de la inviolabilidad del rey es hablar de la inviolabilidad de los políticos. Por eso ningún partido (excepto los rabiosamente republicanos) quieren saber nada del asunto. Los políticos se colmaron de prebendas en la Constitución: no necesitan un título universitario habilitante, ni conocimientos reglados de ningún tipo, no necesitan colegiarse, saber idiomas o tener sentido común; no deben someterse a norma deontológica alguna, y por supuesto son irresponsable, es decir no deben responder de sus actos. Eso tan simple que es tener un seguro de responsabilidad civil (que necesita para ejercer cualquier mortal: médico, ingeniero, arquitecto, etc.) no va con ellos. Pónganse en su lugar. ¿abrirían ustedes la reforma constitucional en su caso? Ellos están en el mejor lugar, en el mejor momento. Con defender su poltrona y su culo tienen suficiente para vivir de puta madre. Y ni siquiera tienen que hacerlo honradamente. Somos nosotros, los votantes los que tenemos que exigirlo. Y no hagáis caso de los cantos de catastrofismo que entonarán. Solo defienden su poltrona y su culo… cuando no defienden su bolsillo.

 

Pero la Constitución se debe reformar porque es inasible. Tenemos una Constitución absolutista. Una constitución del SXIX. Nos pareció muy bien porque veníamos de la nada, pero ahora es evidente que ya no vale. Una constitución de la dominación, de las prebendas y de las inviolabilidades. ¡Hasta cuando Catilina abusarás de nuestra paciencia!

 

El desgarrado. Junio 2020.




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