» 10-12-2021

Reflexiones tipográficas 345. Negacionistas. Defraudados.

Hay negacionistas, hay descerebrados, hay ignorantes y hay contreras. Es evidente, pero ¿debemos quedarnos en lo descriptivo? Es posible que los medios hayan cumplido con su cometido, si así lo hacen, aunque podríamos pensar que entonces ¿para qué las tertulias? ¿para qué la opinión si no sirve para la prevención? Lo que es evidente es que los gobernantes no pueden soslayar la necesidad de investigar el por qué. Hay dos tipos de política, la reactiva, que pone remedio a lo que ha sucedido y la preventiva que se adelanta a lo venidero y actúa antes de que le pille el toro. Sí, lo sé, la primera es la norma y la segunda es inexistente. La ignorancia y la ineficacia de los políticos es ancestral. Ante tamaño despropósito voy a echar una mano a los políticos y ayudarles a que entiendan la solución. Sé que no servirá de nada porque los políticos no quieren ni entender ni solucionar. Tienen sus propios propósitos que tienen más que ver con su culo, con su poltrona y con su bolsillo.

 

Un negacionista no es un ideólogo. Es un defraudado. No sabe lo que es bueno (eso es difícil) pero sabe perfectamente lo que es malo: lo que le han ofrecido cientos de veces y nunca se ha cumplido. Un negacionista no sabe donde reside la verdad pero sabe perfectamente donde reside la mentira. Y eso crea callo. La fe, la confianza, la empatía se deteriora de forma irreversible y llega un momento que se ponen de culo: negarán cualquier cosa que le ofrezca un político, negarán la política. En biología se llama adaptación: lo malo se desecha y lo bueno, simplemente surge. Estamos en la fase en la que todo lo malo se ha desechado y lo bueno no ha surgido. Si los ciudadanos pudiéramos dar ideas, ser positivos, lo hubiéramos hecho. Pero nuestra sacrosanta constitución nos lo prohibe. La democracia es la soberanía del pueblo… pero sin el pueblo. Si somos negacionistas es porque no tenemos otra opción.

 

Hubo un tiempo que el pueblo tenía la opción de la revolución. Cuando la cosa llegaba demasiado lejos se pasaba a cuchillo a los mandamases y ¡listo!. No tenían nada que perder porque no tenían nada. Después la cosa mejoró y los desheredados accedieron a un frigorífico, a una lavadora, a un automóvil, etc. Eso taponó a los desheredados. No era posible hacer la revolución cuando puedes perder lo poco que tienes. Los desheredados pasaron a ser lo inmigrantes, los marginados, las mujeres, los niños. Colectivos sin ninguna posibilidad de lucha. El nazismo estableció la fórmula: lo que no tiene cabida en el Estado… debe ser destruido. Limpieza étnica. En nombre de la pureza de la raza (?) la solución fue el holocausto. Ese fascismo (utilitarismo) predomina hoy en la política (de derechas y de izquierdas). Todo lo desechable (no es útil para el sistema) es suprimible de pleno derecho. La revolución la hace hoy el Estado. La selección se hace hoy por la utilidad, el beneficio y cuando los trabajadores sean sustituidos por los robots… deberán desaparecer.

 

¿De dónde surge el negacionismo? Surge de los defraudados. Aquellos que tenían un contrato social (tácito) con el Estado y que este no ha cumplido. Hay millones de ciudadanos que han perdido la fe en la política como forma de progresión, y no hacia falta ser muy perspicaz para percatarse. Los políticos -desde el final de la segunda guerra- solo han hecho que recortar las libertades individuales, los derechos laborales, el estado del bienestar, la esperanza en un futuro asequible. El negacionismo es el derecho al pataleo. Es evidente que con el negacionismo no se arregla nada, pero se deja de apoyar a los defraudadores (desgraciadamente dejando de votar). Mienten, engañan, defraudan, intimidan, incumplen, roban y se corrompen. ¿Es posible pensar que invocando una democracia inexistente, una libertad de copas (Diaz) o una igualdad de boquilla se pueda adherir la voluntad de nadie? Radicalmente no. Los negacionistas, los festeros descerebrados, los inconscientes -que denuncian los medios- no lo hacen por radicales, por inconscientes o por malvados. Lo hacen como rechazo a una política de mierda que solo se merece que le den el culo.

 

Los negacionistas no son iluminados por esoterismos indescifrables, ni locos que no entienden la diferencia entre el bien y el mal, ni radicales que pretenden el fin de la civilización capitalista. No. Son defraudados, y quien los ha defraudado han sido los políticos, con sus políticas partidistas, egoístas y  socialmente suicidas. ¿Que es negacionismo me preguntas fijando tu pupila azul en mi pupila azul? Negacionismo eres tú. Si el movimiento de los indignados fue capaz de revolucionar la política (efímeramente) el movimiento de los defraudados podría hacerlo mejor. Pero no están por la labor. Y no me extraña.

 

El desgarrado. Diciembre 2021.

 

 




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