» 03-02-2022

Reflexiones tipográficas 353. Eurovisión: el tongo es el sistema.

Este año la selección de la canción de Eurovisión trae más polémica de la habitual. Ha ganado la favorita del jurado (de cinco) frente a la favorita de la crítica, -demoscópica la llaman- (de 350) y la favorita del público (No calculado, pero muchos más). Esta partición del peso de los decisores de la elección  es, evidentemente, arbitraria. Bob Pop lo explicó a la perfección en el Objetivo: ¿por qué no se escogió el jurado democráticamente? Un sistema no solo es democrático por que los criterios lo sean. También hace falta que los decisores participen de esa elección democrática. Rancière lo llama la partición de lo sensible. Los partidos políticos españoles “aplicaban” la democracia cuando ellos mismos no eran internamente democráticos (las primarias son recientes). La estadística es un excelente ejemplo: el resultado dependerá de “el universo”  elegido (la muestra elegida). Una encuesta telefónica solo representa a los que tienen teléfono, una callejera, a los que deambulan. Hay algo previo a la razón (los criterios) que es la elección de la muestra y es por ahí por donde nos la meten cruzada.

 

Si el jurado es el 50% de los votos y además vota tras saberse los votos del otro 50% es evidente que puede manipular el resultado. Podemos pensar que el jurado piensa que el populacho no tiene ni puta idea y corrige ese sesgo estúpido de la gente. Peo también podemos pensar que se aprovecha de su poder decisorio (el 50%) y de su posición privilegiada (son los últimos en votar) para favorecer a sus patrocinados… para ser nepotistas. Se hace difícil pensar que un público que solo dio el 4% de sus votos a Chanel estuvieran el 96% equivocados. Y si así fuera… ¿qué?. Las razones para que ese desmesurado peso del voto de los cinco jurados (no elegido democráticamente, sino elegidos a dedo) son conocidas. 1) Cuando dejamos que el pueblo eligiera al candidato fue chiquilicuatre quien nos representó. 2) El pueblo no tiene sensibilidad musical, son los “expertos” los que tienen que tomar ese liderazgo. 3) hay que “corregir” a las masas, hay que manipular la partición de lo sensible (50%, 25%, 25%) para que el resultado sea ganador (?).

 

Pero no es así. Chiquilicuatre quedó en el puesto dieciséis, muy por encima de otro candidatos elegidos por jurados expertos (nuestra colección de últimos puestos es extensa, algunas con gallos incluidos). Es evidente que nadie tiene la bola de cristal que predice, que canción va a hacer un buen papel. Lo que si es evidente es que los jurados ·expertos… la han cagado una y otra vez. Pero eso no es lo peor. Lo peor es que el sistema de partición de lo sensible previa a los criterios de clasificación es un sistema habitual en nuestro sistema político. La polítización, en este caso, no responde a que la política se haya fijado en una marginalidad como la selección de la canción de Eurovisión. La politización es intrínseca, está en el sistema. El tongo es el sistema. La democracia consiste en que el pueblo vota lo que le da la gana (hábilmente manipulado por los políticos) y si no se cumple esa premisa… entonces no es democracia. Como no es democracia que los partidos políticos designen un candidato sin consultar a sus bases.

 

El jurado votó de manera que contrarrestara los votos populares y demoscópicos. No de otra manera se puede aupar a Chanel (con el 4% del voto popular) al primer puesto. Hubo que “bajar” a sus competidoras y en especial Tanchugueiras a la sexta plaza para que así fuera. ¿Es creíble que el jurado votara totalmente en contra de 350 críticos especializados? ¿Qué clase de democracia da el 50% de los votos a cinco tipos designados a dedo frente a 350 especialistas y la masa ingente de aficionados? No es un caso aislado como no lo es el nepotismo de los dirigentes del fútbol. Es la “normalidad” de un país que presume de democracia… y aplica la autocracia más feroz. La democracia no dice que el estúpido voto popular deba ser mediatizado por los expertos. Lo que dice la democracia es que el pueblo vota lo que le sale de los cojones y sin lo hace bien, es porque no ha sido debidamente informado o seguramente manipulado, y eso no es culpa del pueblo sino de los políticos (en este los dirigentes de RTVE).

 

No estoy hablando de las excelencia de los participantes (que sinceramente me pareció altísima comparada con otras ediciones). Tanchueguiras pusieron la música, Bandini puso el texto y Chanel puso la coreografía. Tres maneras de entender el espectáculo. El público puso su preferencia (masiva) por la música. El texto de Bandini probablemente era demasiado para un festival de Eurovisión cuyo concepto del escándalo es que salga una tía con barba. Y los expertos se decantaron por la coreografía. Esa ha sido su gran aportación: mandar una bailarina al festival dado que cuando enviamos cantantes no nos va bien (o quizás… desastrosamente). La cuestión es que el tongo está en el sistema. Todo se desarrolló según las bases previstas. El problema es ¿eran esas bases las adecuadas? ¿Era esa la partición de lo sensible correcta? Por cierto la reacción de las participantes injustamente excluídas (desde mi forma de ver) ha sido ejemplar. ¡Sería maravilloso que nuestros políticos se comportaran de la misma manera!

 

Politizar este desaguisado me parece grotesco. Esos políticos que claman contra una partición de los sensible deshonesta, aplican el mismo rasero en las cosas públicas. Por solo citar una aspecto: las elecciones, aplican circunscripciones desiguales, listas cerradas y clausradas, la ley de propocionalidad d’Hont, los números clausus para entrar en el Parlamento o para tener grupo parlamentario, el entorpecimiento del voto rogado, las campañas dopadas, etc. ¿Seguro que son estos políticos los que se tienen que lamentar de que la elección del representante de Eurovisión sea fraudulente? ¿me lo dices o me lo cuentas?

 

El desgarrado. Enero 2022.




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