» 02-07-2022 |
Creo (como Marx, como Hegel) que nuestra especie es antes social que individual, es decir, que al igual que tenemos impulsos (¿instintos?) individuales (egoístas) también tenemos impulsos sociales como la solidaridad, el altruismo, la generosidad. Eso no fue óbice para que las leyes (el derecho) y la política, resultaran absolutamente necesarias. A medida que los grupos sociales crecen la convivencia se hace más compleja y se hace necesario que existan regulaciones tanto éticas (cómo comportarse) como políticas (cómo dirigir la comunidad). Pero pronto esas normas se tiñen de dominación. Los primeros legisladores (5.500 años atrás) fueron los caciques políticos iniciando una colaboración que todavía dura (la no renovación del poder judicial en España o el Supremo legislando de acuerdo a intereses partidistas, en USA). Ya Platón enunció los sujetos legitimados para ejercer el poder: los viejos (la experiencia), los nobles (la sangre), los fuertes, los sabios o… a regañadientes el pueblo. Nadie discutió que esa legitimación era la misma que habilitaba el ejercicio de la ley. La ley del talión de los primeros colectivos fue sustituida por la ley de los legitimados (de la dominación).
La primeras leyes eran prohibitivas: enunciaban lo que no se podía hacer, lo que estaba prohibido. En aquel momento todo lo que no estaba prohibido, estaba permitido. Pero la cosa no era tan drástica porque la ley convivía con la costumbre, la tradición, la historia. Precisamente se prohibía lo que la costumbre o la tradición no habían contemplado… a lo que se llamaría el derecho positivo. La influencia de la religión era tan hegemónica que la primera ley occidental son las tablas de la ley que Dios entregó a Moises. La primera ley fue la ley de Dios. Habría que esperar a la separación Iglesia-Estado para que las leyes se evadieron de la férula religiosa (moral religiosa)… en la medida que eso haya ocurrido. La proclamación en la revolución francesa de los derechos del hombre y del ciudadano (jamás aceptados universalmente) enuncia “derechos” es decir, otra cosa que prohibiciones. Los derechos ciudadanos obligaban no al colectivo sino a los que contravienen el respeto a esos derechos. Pero hay que esperar al SXX para que las leyes contemplaran, -con generalidad- los derechos no universales, que afectaban a ciertos individuos, leyes que permitían… en vez de prohibir. La felicidad (en la constitución esclavista USAna), el aborto, la eutanasia, la opción homosexual y de género, el derecho de voto, etc. De alguna manera la fórmula se cambia por: solo sí es sí: lo no permitido por la ley, está prohibido.
Las leyes permisivas no prohiben sino que permiten y por tanto, no son universales. Dejan en manos de los individuos la decisión, en la que el Estado no entra. Pero la ley de la dominación no puede permitir que los individuos tengan la insólita libertad de tomar sus propias decisiones. No se puede pensar que estas leyes permisivas sean fruto de la voluntad del poder de mejorar la libertad de los individuos. Estas leyes esconden la incapacidad del Estado de fiscalizar todas las situaciones. Cuando la policía se convierte en policía política el orden público se deteriora. Se hace necesario que sean los propios individuos los que se autorregulen. Las funciones del Estado (del bienestar) que se ofrecieron a los ciudadanos a cambio de un aumento exponencial de los impuestos (Piquetti) tratan de ser desmanteladas por el capitalismo salvaje. Y eso supone que los ciudadanos asuman cada vez más funciones que antes ejerció el Estado. Debemos ejercer de policía (denunciando), autorrellenar nuestras declaraciones, reciclar, asumir responsabilidades sin cuento (mientras los políticos las evaden), identificarnos con las instituciones del Estado (“hacienda somos todos”), ser patriotas (hasta la muerte), ahorrar energía (apretarse el cinturón), y sobre todo, hacer lo correcto.
Pues, aún así, una gran parte de la población abomina de esas leyes permisivas. No parece tan difícil entender que el aborto no es obligatorio y que, cualquiera que tenga objeciones de conciencia para hacerlo, simplemente puede no hacerlo. Pero no. La ley de la dominación es que unos mandan y otros obedecen y ese pequeño margen de libertad que supone que los individuos decidan en conciencia sobre cosas que les afectan personalmente… no es admisible. La democracia (la soberanía del pueblo) está recortada en España hasta reducirla al voto cuatrianual. Voto mediatizado por las desiguales circunscripciones electorales, la ley d’Hont, los mínimos para constituir grupo o entrar en el Parlamento, las listas cerradas y bloqueadas, la inexistencia de democracia interna en los partidos políticos, la financiación ilegal de las campañas, la irresponsabilidad jurídica y política de los políticos, etc.). No existen instituciones de democracia directa (ni siquiera el referéndum, la manifestación directa de la voluntad popular). Como he dicho otras veces: un poco de democracia es mucho, pero de eso a cacarear que tenemos una democracia plena, hay una gran distancia.
USA escenifica que la separación de poderes no existe (hace un año y medio nos regaló con un golpe de Estado capitaneado por un expresidente). El Supremo desmantela la ley del aborto en contra de la mayoritaria voluntad popular. Doble vulneración pues no solo se conculca la separación de poderes sino que se contradice la reconocida voluntad popular. En España el PP bloquea inconstitucionalmente la renovación de cargos de la cúpula de los jueces simplemente por no perder la mayoría. Pero además esos jueces se abonan a esa inconstitucionalidad. ¿Que se puede esperar de un partido y unos jueces que se aferran al poder con uñas y dientes en contra de la voluntad popular? La democracia desaparece, se degrada, declina. Y no lo hace a manos de los revolucionarios, sino de los llamados a defenderla: los partidos y los políticos. Parece ocioso que hablemos de leyes permisivas y leyes restrictivas cuando lo que está en juego es la democracia. Hemos entrado en barrena. La democracia ha muerto y ha sido a manos de los políticos. ¿Quién puso al zorro a cuidar a las ovejas?
El desgarrado. Julio 2022.