» 01-06-2022 |
Un equipo de futbol femenino infantil gana su liga sin perder un solo partido. Pero lo sorprendente es que es de chicas… compitiendo con equipos de chicos. Inmediatamente se me ocurre esa discusión eterna de si se debe separar el deporte amateur y profesional, el de hombres y mujeres, el de niños y mayores (en favor de estos últimos, ¡claro!). La separación de las chicas es discriminación. En nombre de su supuesta debilidad se las segrega del deporte de verdad, del deporte macho, del que mueve dinero, aunque no en la maratón… y dentro de poco en la gimnasia artística y en la natación sincronizada. Porque las chicas tienen deportes específicos en los que… “la gracia y la belleza se impongan sobre la fuerza bruta”. Las marcas atléticas de unos y otras no son iguales, lo que dificulta que compitan juntos, pero ya se ha dado algún caso de chicas que juegan en equipos de fútbol de chicos. Porque existen dos tipos de fútbol: el futbol fuerza y el fútbol espectáculo/belleza (“el joco bonito”).
Hace años se impuso el fútbol fuerza, dado que Brasil llevaba el camino de convertirse en campeón crónico. Los suecos primero y los alemanes después decidieron que tanta mariconada no era de recibo e impusieron una rudeza en el campo que fue auténtica cacería del genio. No todos recuerdan el calvario de Pelé en los mundiales en que se enfrentó con Suecia. Pero seguro que muchos recuerdan las casi 20 faltas de Gentile (?) a Maradona, la hostia de Villar a Cruiff, o la manera de jugar de Ovejero en el Atlético de Madrid. Alemania ganaba mundiales convirtiendo el fútbol en guerra. Cuando aquello parecía no tener solución una nueva generación de futbolistas de Brasil y Argentina revolucionaron el fútbol y nos trajeron el magno espectáculo que gozamos en Europa… gracias a ellos. El espectáculo no lo da la fuerza bruta, sino la gracia y la habilidad, la inteligencia y la intuición y todo eso no es patrimonio de los hombres.
En el caso de la segregación entre amateurs y profesionales la cosa se resolvió convirtiendo a todos en profesionales (es decir, aceptando que cobraran). Fue la solución capitalista que puso fin a un romanticismo de pacotilla (todos cobraban) que no era sino hipocresía. Ahora cobran hasta los directivos del COI, en la lógica evolución de aquella iniciativa. ¡Y no digamos los directivos del fútbol internacional! La presidencia de los grandes clubes de fútbol siempre había sido un recurso para las ambiciones políticas de grandes empresarios cuyo dudoso palmarés les hacía inhábiles para la cosa pública. Núñez (Barça) llegó a decidir que mandaba más que el presidente de gobierno. Lo que es seguro es que cobraba más. La cuestión es que los grandes (y pequeños) equipos siempre han estado dirigidos por seudomafiosos y otras escorias sociales. Con la llegada de las sociedades anónimas al mundo del fútbol los grandes empresarios internacionales han accedido a la dirección de los clubes de postín.
No se como se resolverá la actual situación deportiva entre hombres y mujeres. De momento dos partidos femeninos han superado los 80.000 espectadores. En las olimpiadas el atletismo femenino tiene tanta espectación como el masculino (priman las medallas). Pero el techo de cristal y la brecha salarial se mantienen en ese 30% que parece un derecho de pernada. Llegará un día en el que nos acordaremos de la situación de hoy y sonreiremos con condescendencia. Pero de momento, la igualdad de género en el deporte está tan lejos como en el mercado laboral. ¡Felicidades a esas chicas que han ganado su liga sin perder un partido: sois las sufragistas de la liberación de la mujer en el deporte!
El desgarrado. Junio 2022.