» 15-03-2024

Reflexiones tipográficas 388. ¡Irrumpe la nueva banda musical política: chanchulleiras!

El novio de la Sra Diaz Ayuso defraudó a hacienda 350.000€ mediante la falsificación de facturas. Sus abultados ingresos provienen de las comisiones de la venta de mascarillas durante la pandemia. El hombre de confianza de Ábalos también cobraba suculentas comisiones por el mismo concepto. En ninguno de ambos casos se ha determinado el grado de participación de los políticos en los negocios de sus allegados. Los casos son similares (comisiones/mascarillas). Pese a lo asqueroso de forrarse con el mal ajeno (el coranavirus que en Madrid segó la vida de 21.360 ciudadanos, la mitad de ellos en residencias de ancianos), cobrar comisiones no es delito… si son transparentes. Lo que sí es delito es defraudar a Hacienda, hacer facturas falsas, obtener adjudicaciones administrativas fraudulentas, y, en general los delitos que enumera la fiscalía. Es importante decir esto porque se está barajando por los políticos delitos que no han sido puestos sobre la mesa por la fiscalía. Mero señuelos para despistar al personal.

 

Porque los políticos han entrado en tromba en los medios, para desgarrarse las vestiduras con las miserias de sus contrincantes y para defender a sus allegados. Es la música de las “Chanchulleiras” a las que ya estamos, más que acostumbrados. Ábalos hizo una gira por todos los medios de comunicación para defender su honorabilidad (que no, la de su escudero), lo que hilvanó con innumerables mentiras. El PSOE lo había echado del partido y le había pedido el escaño, a lo que el exministro respondió pasándose al grupo mixto. La Sra. Diaz también copó los medios para defender tanto a su novio, como a ella misma (a quien nadie había acusado) utilizando también numerosas mentiras. El PP se alineó con la tesis de su inocencia y la respaldó. Ninguno de los dos políticos fue imputado (léase investigado, tras el blanqueo del término), pero la disimetría del tratamiento de cada caso, es evidente. Lo que sí es simétrico es como tratan el caso del otro: en ambos casos se extrapoló la culpabilidad hacia los políticos renombrando, incluso, los casos con el nombre del presidente del gobierno y la presidenta de la comunidad de Madrid. El cruce de desmesuras sería cómico si no fuera dramático, porque se vertieron mentiras y exageraciones sin cuento con tal de desprestigiar al contrario. 

 

En el caso del PP esa conducta es simplemente una estrategia para desalojar al PSOE del poder. Los populares no han conseguido digerir el hecho de que tras ganar las elecciones no hayan podido gobernar porque ningún otro partido del arco les apoya dada la facticidad de su alianza con la ultraderecha. Y lo que no han sabido lograr en los despachos, con pactos y alianzas, lo tratan de conseguir ahora mediante el desprestigio, la calumnia, la mentira y la desfachatez. El PSOE empezó más contenido pero poco a poco ha bajado al barro de la confrontación sucia y grosera, hasta equiparar las actitudes de su oponente. A todo ello hay que añadir el alineamiento de los medios con cada una de las dos facciones, que han perdido de vista totalmente su misión informativa para entregarse en cuerpo y alma a una misión absolutamente política que nada tiene que ver con su cometido profesional. El vertido de mentiras y trapacería sin cuento forma un rosario de afirmaciones bochornosas para quien debería estar comprometido con la información veraz. El PP ha multiplicado el cargo de portavoz para poder exclusivamente dedicarse a atacar al PSOE mediante mentiras e insidias proyectadas en batería por estos siete jinetes de la desmesura. La sesión de control del gobierno del pasado miércoles fue absolutamente demencial. La política española se ha convertido en un guiñol en el que no existe guion y los actores son caricaturas de ellos mismos.

 

Es difícil imaginar que esperan conseguir con esta estrategia de mentiras continuas, desacreditaciones, calumnias, injurias e imputaciones recíprocas. Es evidente que cuando quieran decir alguna verdad, los ciudadanos -acostumbrados al alud de de tropelías que les caracterizan- se nieguen a aceptar, incluso lo más evidente. Es difícil pensar cómo podrán enfocar una campaña electoral en la qué lo único claro es que lo importante no será el propio programa sino lo que tienen que decir del contrario. Perdido el rumbo, navegan en un mar de insidias en el qué solo pueden naufragar. Es asombroso que no sean capaces de observarse desde fuera para darse cuenta de que la charlotada sobrepasa todo lo admisible. La política, como tal, ha muerto. Solo queda su cadáver y, en evidente descomposición. ¿qué futuro nos espera? ¿qué podemos esperar nosotros de ellos? ¿habría que recordarles que son nuestros representantes políticos y que por lo tanto hablan en nuestro nombre? Tras haber logrado la democracia sin el pueblo ahora aspiran a alcanzar la política, sin la razón, sin la mesura y sin la más mínima decencia. Se han instalado en la retórica más hueca ya  en la pseudo realidad más bochornosa. 

 

¿Con qué argumentos se puede llamar los ciudadanos a las urnas?¿que deberíamos apoyar: la independencia del oponente, su corrupción, su falta de fundamento? La desafección de los ciudadanos por la política parecía que no podía aumentar, sin embargo ahora parece que todavía tiene un largo recorrido.¿cuándo se darán cuenta los ciudadanos que no se puede votar políticos que no quieren ser políticos sino voceros, feriantes, predicadores, flatus vocis? No es que ya no puedan ser identificados con una ideología sino qué ni siquiera pueden serlo con una ambición o con un destino. Falsos profetas del final de los tiempos, de la hecatombe, de la tragedia. Solo queda una realidad: la corrupción, el chanchullo, el tejemaneje. ¡Señoras y señores, con ustedes: las chanchulleiras! El último producto de la tecno política, los últimos estertores de lo que en otro tiempo fue una práctica honorable y que ahora solo puede ser tildada de fiasco interesado y de contumacia desinformativa. 

 

Cuando nos asomemos a ese límite insondable de una participación electoral inferior al 40 %, preparémonos para escuchar las voces de los políticos criminalizando nuestra conducta, nuestra desafección y nuestra honorabilidad de ciudadanos. Porque cuando se cansen de insultarse entre ellos no os quepa duda que empezarán a insultarnos a nosotros. Alea Jacta Est. La política ha muerto saludemos a las chanchulleiras.

 

El desgarrado marzo 2024.




Comentarios publicados

    Añadir comentario


    Acepto las condiciones de uso de este sitio web