» 30-10-2024 |
No es fácil saber que es la intuición. Probablemente lo que sabemos de ella es que es una forma de pensar que no sabemos como se produce, probablemente: inconsciente. Nuestra forma de pensar es lineal, sucesiva, en árbol (exactamente igual que el relato), es decir se desarrolla en una línea temporal que puede ramificarse en múltiples opciones. Si embargo nuestras neuronas están conectadas en red, en una red tan intrincada que las conexiones se dan por centenares. ¿Cómo hemos pasado de una red física espacial (tridimensional) a un sistema lineal unidimensional? Caben dos posibilidades: porque la evolución no ha encontrado otra opción (¿todavía?), lo que resulta chocante dado que la evolución explora los campos de posibilidad estocásticamente (todas las posibilidades posibles) -dado que estamos en el extremo de la evolución- incluso podría ser que la evolución cultural (no genética) haya entorpecido la evolución natural, o bien porque porque no es posible físicamente. Dado que esta última opción es un callejón sin salida nos apuntamos a la primera. Sabemos (o por lo menos nos lo dicen continuamente) que nuestro potencial de procesamiento de información es sustancialmente más alto que el que usamos (y por ello existen los superdotados: que saben lo que saben y los “savents”: que no saben como lo hacen). También sabemos que no es solo cuestión de escala.
Pero no sabemos en detalle como funciona nuestro cerebro (ni otros órganos neurales que coayudan a la toma de decisiones eficaces). El grueso de nuestro conocimiento, lo que ocurre en la mente, es indiciario (nos guiamos por las manifestaciones y las anomalías) y sólo hace pocos años ha empezado a estudiarse la mente mediante procedimientos no lesivos (Tac, resonacia, escaner…). Por lo tanto ésta reflexión que estáis leyendo es intuitiva… en el mejor de los casos. Una mente bidimensional debería funcionar como una tabla de doble entrada siendo los resultados el cuerpo de la tabla, es decir: múltiples y simultáneos. Pero los resultados ¿acceden a nuestra conciencia en bloque o sucesivamente? La conciencia es especialmente lineal sucesiva, así que o se representa el resultado en varias soluciones contemporáneas… o sucesivas… o evolucionamos hacia la representación múltiple. Esa representación contemporánea sería la intuición: varias opciones ocupando el mismo segmento temporal. Esa sucesión- exportada de nuestra mente a la ciencia (la flecha del tiempo: Prigogrine) la declaró la ciencia como una quimera: el tiempo es reversible… aunque improbable. El espacio/tiempo de la Relatividad no es aparente en nuestro mundo cotidiano, aunque sabemos que existe en la franja de las grandes velocidades (las partículas cuánticas y la astrofísica). Si las dimensiones son fraccionarias (teoría fractal), están plegadas sobre sí mismas (Klein) o son partículas (teoría de cuerdas), es obvio que habría mucho que hablar acerca del tiempo (Hawkins)
Nuestro sistema de pensamiento es la metafísica que apuesta por los absolutos sobre los gradientes: la verdad solo tiene dos valores: presencia o ausencia. La verdad fraccionaria (probabilista) está excluida de nuestra ciencia (excepto como medio operativo), aunque sabemos que la inteligencia funciona considerando posibilidades (fraccionarias) que “colapsan” en una solución entera. La evolución (nuestra primera forma de pensamiento… si consideramos pensamiento una forma de resolución de problemas) es un sistema de prueba y error que toma todas las posibilidades y deja que sea la supervivencia (la selección natural) quien escoja la solución adecuada. La verdad absoluta es una forma de simplificación, un medio de enfrentarse a un mundo de enorme complejidad. ¿Estamos en una fase “absoluta” a la que sustituirá otra fase -una vez alcanzado el desarrollo cognitivo necesario, merced a las actuales simplificaciones-, esta vez fraccionaria (de gradientes)? Tanto nuestro sistema neuronal como el sistema informático (nuestra inteligencia exterior) funcionan con este sistema de “absolutos”: presencia, ausencia. ¿Estamos en la antesala del pensamiento bidimensional? Quizás dejaremos a la IA que se adentre en las representaciones bidimensionales (o n-dimensionales) manteniéndonos nosotros (nuestra conciencia) en nuestra flecha del tiempo unidimensional.
Aventuraré una hipótesis mucho más conflictiva: la evolución ya ha empezado a proveer a los humanos de sistemas de pensamiento multidimensionales. O para ser exacto, a las humanas. El hombre se ha complacido siempre en considerar a las mujeres como inferiores por cuanto no respondían al pensamiento racional con la misma disciplina que él mismo. Entronizado el racionalismo como el modelo máximo, quien no lo alcanzara o practicara era inferior. La idea de que las mujeres pueden hacer más de una cosa a la vez es “vox pópuli”. El síndrome de Marikondo (organizar armarios), podría ser una manifestación del del orden bidimensionalidad (y, por supuesto, la incapacidad de los hombres de encontrar los calcetines o la mantequilla). Pensar que el trabajo multiárea es debido a un pensamiento multiárea parece razonable Las mujeres siempre han tenido fama de ser más intuitivas que los hombres, lo que éstos atribuían a un intento de disimular su irracionalidad. Incluso la relación de las. mujeres con el tiempo es más relajado que el de los hombres lo que repercute en las enfermedades producidas por el estrés. Las relaciones de las mujeres con el esoterismo son más fluidas que las de los hombres: brujas, cartomancia, mediúms… Diréis que todo esto solo indica que son irracionales. Pero es que la razón no es una opción, es un dogma, y por tanto su disidencia es automáticamente la condena del opositor. La razón tiene demasiadas paradojas como para creer en ella sin fisuras. Si la razón es, simplemente, una fase en la evolución de la mente, todos los irracionalismo pueden ser pruebas -indiciarias- de su malfunción. La posmodernidad ha condenado la metafísica y el feminismo se postula como un pensamiento alternativo (¿la metaética?). La intuición femenina sería un puntazo. Cambiarían las tornas y la falta de intuición sería la nueva irracionalidad.
El desgarrado. Octubre 2024.