» 19-03-2020 |
Ya hemos advertido que el pensamiento femenino (entendido como un paradigma oponible al paradigma metafísico masculino) no será un pensamiento sistemático dado que la idea de sistematicidad es masculina y metafísica. No me cansaré de repetir que el paradigma cognitivo es masculino y por tanto excluye, por definición el modo de cognición femenino. No es un caso de exclusión por an-idoneidad sino por producirse fuera de la partición de lo sensible determinada por el el paradigma masculino. La partición de lo sensible son las reglas del juego y no el juego en sí. El hombre ha establecido las reglas y esas reglas, por definición, excluyen lo femenino. Definir el pensamiento femenino supone salirse del paradigma masculino con todo lo que ello significa. No solo lo contradice sino que se sale de la guía y es por ello desautorizado. No hay discusión posible entre ambas posiciones porque pertenecen a distintos sistemas cognitivos (o particiones de lo sensible). Solo se puede discutir con quien comparte las mismas bases cognitivas o la misma partición de lo sensible. Por ello he repetido que dentro del paradigma masculino (la metafísica) la liberación de la mujer es imposible.
El colectivo LaDanza LasCanta (en el artículo incluido en el número 53 de “Ecología política” titulado: “El faloceno: Redefinir el Antropoceno desde una mirada ecofeminista”) afirmaba: “Significantes como Capitaloceno o Chthuluceno tratan de definir su deficiencias, sin poder evitar mostrar otras: la ausencia de un cuestionamiento al sujeto de la enunciación de la forma de pensar predominante en el dispositivo científico y la lógica de dominio moderna, en las que lo femenino/cuerpo/sentimiento/naturaleza está subordinado a lo masculino/mente/razón/cultura, con las nuevas formas de opresión de las mujeres y el actual deterioro de los ecosistemas como consecuencia” (LaDanza LasCanta, 1990, 26). El sujeto de la enunciación es el hombre enunciando la metafísica logo-falo-céntrica. El campo es el dispositivo científico y la lógica de dominio. Los pares de oposiciones son los que la metafísica “resuelve” con la preeminencia de los masculinos. El resultado es la opresión de las mujeres y el deterioro de los ecosistemas. Hasta la manera de nombrar su colectivo se aleja del paradigma masculino/mente/razón/cultura. Este es el camino.
Puesto que la mujer no ha sistematizado su pensamiento (porque lo considera innecesario o mejor: porque ni siquiera considera la posibilidad) vamos a recurrir a quien sí lo ha sistematizado en la reacción: el hombre. De nuevo tengo que explicarme. Estoy tratando de sistematizar lo que no es sistemático. Es un defecto de género. Como hombre solo puedo entender lo que es sistemático. Solo puedo entender lo que conforma un relato. Esto que digo no es una explicación para las mujeres (que no la necesitan) sino para los hombres (que la necesitan, aunque no lo sepan). Siempre me ha sorprendido como las mujeres se explican (verbalmente) un vestido. Pero sobre todo como se entienden. Yo no puedo entender un vestido explicado. Hay algo (para mí) en la imagen que es inasible al lenguaje. Pero por otra parte el lenguaje puede ser imagen (la poesía). El mundo cibernético es un mundo de imágenes. El futuro es femenino. Los hombres somos logocéntricos y estamos pereciendo en la palabra. Me refiero a los hombres del siglo pasado. Los jóvenes de hoy son otra cosa (¿cognitivamente femeninos?).
Volvamos. Si el hombre en su racionalidad no da puntada sin hilo podemos colegir que todos los pares de oposiciones metafísicas, la parte del par vencedora, delata la parte femenina (o más ampliamente la parte oprimida: mujer, naturaleza, colonizado, altersexual, animal, máquina…). Evidentemente no es lo mismo lo oprimido que lo femenino y sin embargo la mujer ha tenido tendencia a identificarse (en su movimiento de liberalización) con los oprimidos, es decir existe una empatía (si no más) de coincidencia entre mujeres, indígenas, naturaleza, colonizados, etc. Resumiendo: “si non è vero è ben trovato”, frase antimetafísica que antepone, a lo verdadero, lo oportuno. Durante este análisis veremos que las concordancias entre el pensamiento femenino y el pensamiento antimetafísico (se llame posmodernidad… o como se llame) son significativas.
Empezaremos por los pares de oposiciones que el colectivo venezolano esgrime: Femenino/cuerpo/sentimiento/naturaleza frente a masculino/mente razón/cultura, pero vamos a llegar más lejos. Vamos a caracterizar al pensamiento femenino como pensamiento madre, centrado en los pares de oposición: pacífico/cuidador/parentelar-afinidad/madre-tierra, frente a violento/individualista/parentelar-biológico/naturaleza-oportunidad. Sé que el feminismo no ve con buenos ojos enarbolar la maternidad (que ven como un destino o una función… con razón). No es eso lo que pretendo. Pienso que el pensamiento madre es auténticamente un estilo de pensamiento alternativo al metafísico, al menos en esa sistematización de la que soy esclavo, y de eso trataré. Tras tanto andar por pantanos ideológicos estoy agotado. Continuaré cuando me recupere.
El desgarrado. marzo 2020.