» 25-09-2020

Señoras y señores 52-10. ¿Existe una diferencia esencial entre hombres y mujeres? María Puig de la Bellacasa 6. Epílogo: la metaética.

Llegamos al final de este texto que Puig de la Bellacasa publicó en la revista Concreta nº 9 en primavera de 2017, versión ampliada y revisada de “nothing comes without its world: thinking with care” The sociological review mayo 2012, incluido en el libro “Matters of care; Speculative Ethics en more than human wordls” 2017. Tras analizar el pensamiento y el conocimiento del cuidado: pensar, con, disentir dentro y pensar para, Puig lo desliga de una normativa del pensamiento ético pero también de una universalización del cuidado, sin caer en la descalificación de accesoriedad. Para ser exactos invoca el pensamiento especulativo (enfoque no normativo moral y epistemológicamente) como un método para mostrar la singularidad de un ética y una política no normativa del conocimiento. Una idea importante que su ensayo pretende plantear es “pensar en las diferentes dimensiones del cuidado en general y entre unos y otros, en el afecto cuidadoso, como algo que hacemos es siempre algo específico; no puede representarse a través de una representación moral apriorística, ni de una posición epistémica, ni de un conjunto de técnicas aplicadas, ni obtenerse como un afecto abstracto” (Puig 2017, 45). No estamos en una ética ni en una epistemología sino en una meta-ética o meta-epistemología, al modo de la meta-física masculina.

 

Es esta posición moral y epistemológica (moralismo epistemológico) el obstáculo a evitar en este enfoque  del cuidado en las relaciones de conocimiento: algo que se siente como suficientemente veraz como para intentar imponerlo, convencer. La raíz inglesa de accurate (cuidado) es “exacto verdadero”. La noción de hacer algo con cuidado conduce a la de ser exacto. La proximidad entre los dos términos se funde en la ambición por controlar y juzgar qué/quién/cómo cuidamos. ¿Cómo conseguir evitar caer en el exceso? Haraway opta por añadir densidad y complejidad a los significados del cuidado evitando tanto el formateo epistemológico como las orgías del moralismo. Su antídoto es el apetito por lo inesperado “Prefiero lo inesperado a lo predecible”). El encuentro produce un mundo. Más que reflejar difracta, distorsiona la metafísica imagen de lo mismo. “Conocer no tiene que ver con predecir o controlar sino con estar atentos a la llamada desconocida en nuestra puerta. Los encuentros alumbran resultados inesperados” (Puig 2017, 46). Cómo cuidar, tiene que ver con cómo nos relacionamos con lo nuevo. Foucault, en el análisis del cuidado con la curiosidad, revaluaba esta última como: el cuidado que se toma de lo que existe  y de lo que pudiera existir. Haraway ha apelado con frecuencia a la curiosidad comprometida como requisito para mejorar el cuidado de otros en las relaciones interespecies.

 

Se abre aquí la posibilidad del cuidado en mundos más que humanos (cyborgs y animales) no solo más allá de las formas normalizadas de parentesco (parentescos extraños) sino incluso para abrazar formas desconocidas de vida que surgen en la tecnociencia. De forma más general, lo que este gesto revela es que el pensamiento con cuidado nunca puede asentarse, que no hay un única teoría que sirva para  los mundo que nos trae  “la escritura especulativa”  de Haraway:  la tarea del cuidado es tan inevitable como incesante. “Pensar con cuidado (entendido como vivir-con) pone inevitablemente al descubierto los límites de los entornos científicos y académicos  para crear mundos más cuidantes” (Puig 2017, 47).

 

Las tensiones afectivas del cuidado: ansiedad tristeza y aflicción,  puede llegar a suponer una amenaza a la atención mental seria demandada por el pensamiento con cuidado. El exceso de cuidado puede asfixiar tanto al cuidador como al cuidado. ¿Puede esa circunstancia hacernos desistir de cuidar? ¿Son la ansiedad, la tristeza y la aflicción sentimientos inevitables en los esfuerzos por proporcionar atención mental seria (pensamiento con cuidado) en unos mundos desquiciados, o se encuentran esos sentimientos en una sensación de inexactitud (que no encaja, que activaría el pensamiento de que algo puede ser diferente) que estaría fuera de lugar? “Toda política del cuidado va en contra de esta bifurcación de la conciencia que mantendría nuestra conocimiento a salvo de la ansiedad y la inexactitud. El conocimiento vinculado, el pensar-con, implica más que observar desde la distancia, dejarse afectar” (Ibidem).

 

El desgarrado. Septiembre 2020.

 




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