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» 05-09-2023 |
Humanitario: anteponer el hecho: ser humano, a los derechos de cualquier tipo que puedan corresponderle como colectivo (ser humano social), en un estado de derecho. Subyace aquí un enfrentamiento entre el ser individual y el ser social, a cuyas necesidades debe plegarse. El individuo es el peor enemigo de la sociedad. Ser humano no es lo mismo que ser ciudadano. El primero socialmente no tiene derechos; el segundo los tiene porque se los concede el Estado que le amparaEstos derechos previos a los derechos formales son los derechos humanos iusnaturalistas o de otro tipo: humanitarios. El ser humano tiene derechos por el hecho de serlo (a la vida frente a la pena de muerte; a la libertad frente a la dominación; a la dignidad frente a la vejación: acoso, minusvaloración, desprecio, etc. ). Estos derechos humanos de primera generación dieron paso a posteriores que ya no tenían este carácter previo. El marxismo abiertamente y el liberalismo solapadamente zanjaron esta creación de derechos formales (por el mero hecho de tener forma humana) debido a su arbitrariedad contraria al derecho positivo, los primeros porque se oponían a la dictadura del proletariado y los segundos porque dificultaban la dominación.
Pero en los años ochenta la caída de la unión soviética (el fin de los totalitarismos) produjo el espejismo de que -de la mano de un liberalismo amable- sería posible un mundo humanitario. No fue así: las guerras de religión islámicas, los nacionalismos exasperados (la balcanización), el terrorismo, las guerras económicas, el repunte del fascismo (de la mano del (ultra)liberalismo), mostraron bien a las claras que la convivencia pacífica era una quimera (Virilio). Y el camino fue el giro ético. La ética/moral se había significado siempre por la distinción entre el ser y el deber-ser (Kant), entre el hecho y el derecho. El giro ético acaba con este esquema mediante la indistinción (confusión) de hecho y derecho. La presunción de inocencia (es el derecho el que marca la culpabilidad) desaparece a manos de la inmediatez fáctica: es el hecho el que condena: pobre, negro, mujer, en lo social, pero también: fascista, comunista, ultraliberal, en lo político. Es el mal absoluto, ajeno a cualquier situación.
El lugar donde los derechos humanos juegan su mejor papel es la guerra, y va a ser el decurso de las guerras de finales del SXX donde vamos a asistir a la materialización del giro ético. Bush lo expresó muy bien cuando opuso la justicia infinita (sin límites) al eje del mal (absoluto, sin límites). La represión del mal no tiene límites. El derecho absoluto de las víctimas indefensas autoriza a las potencias a “representarles” en su defensa, a subrogarse en su derecho. Es el derecho de injerencias, la guerra preventiva, todas esas pamemas que Virilio ha denunciado. Como Virilio expone en “El accidente original” es ético acabar fulminantemente con un terrorista para salvar a sus presuntas víctimas. La seguridad, en el orden mundial internacional, en los Estados nacionales y en cualquier escalón de la sociedad está por encima de cualquier zarandaja legal (de derecho). “El fin justifica los medios” y el uso indiscriminado de la violencia dejan de ser un principio fascista para permear toda la sociedad liberal. “La liga de los justicieros” -superhumanos que reparten justicia sin necesidad de derecho- pasa por su mejor momento en el cine/TV/redes sociales, en el cómic, en la literatura. Evidentemente no pueden existir derechos (humanos) si no existe derecho (civil).
¿En el punto álgido del giro ético tiene sentido aspirar a la igualdad de derechos? ¿Es decir a la igualdad en los no-derechos? Es evidente que cualquier no-derecho pude reducirse aún más si le añadimos una brecha de género. Un sueldo de miseria puede serlo aún más con la brecha. El hombre está encantado de repartir su mierda con la mujer y se afana en allanarle el camino para que pueda acceder a los peores puestos de trabajo (minero, soldado, relaciones públicas), a los deportes de alta competición más vejatorios para la dignidad humana (lanzamiento de peso, martillo, jabalina, boxeo), a la competición enfermiza en lo laboral, a su puesto en la guerra, etc. La actuación del hombre en la igualdad de derechos solo puede tildarse de pantomima. Y la mujer entra al trapo intoxicada por la propaganda de los “feministas”. Lo más necesario en este momento es información y cuando esta sea exhaustiva un pklan de acción eficaz que debería empezar por el desarrollo de una metafísica femenina. En el mundo unisex (otra gran trampa) en el que vivimos lo que más se necesita es respeto a la diferencia, al hecho diferencvial de género.La lucha será larga. Uno de los mayores éxitos de la igualdad de este pasado siglo ha sido la masiva entrada de mujeres en el mundo laboral. ¿Les ha permitido liberarse de los trabajos domésticos y sobren todo de cuidado de pequeños y mayores? En absoluto. ¿Les ha permitido acceder en libertad a todo tipo de trabajos? De ninguna manera. Quizás esto de la igualdad habría que replanteárselo. Continuará.
El desgarrado. Septiembre 2023.