» 31-08-2022

Señoras y señores 90. Las tetas se mueven.

Rigoberta Bandini dio el pistoletazo de salida presentando a la selección española del festival de Eurovisión (Benidorm) la canción “Ay mamá” conocida por su estribillo “No se por qué dan tanto miedo nuestras tetas” o por la propuesta de paralizar la ciudad sacando un pecho fuera (al modo Delacroix). El talento, la innovación y el compromiso de esta cantante/compositora es enorme y oiremos hablar de ella largo y tendido. Por otra parte un vídeoartista que conozco está acabando una pieza “Las tetas de María” en la que recoge (como no podía ser de otra manera) las tetas de María en el arte. Para redondear este inusitado interés por las tetas la Generalitat de Catalunya inicia una campaña en la que reivindica el toples acusando a su represión de discriminación sexista. Es evidente que las razones por las que se dan estos tres casos no son las mismas. Rigobertas practica un feminismo despentiano inserto en la calidad musical y escénica,”lejos del evidente panfleto” (Sergio Rodriguez). La intención de la pieza de víodeoarte es de denuncia jocosa… de irónica plática. Por último, la Generalitat parece quererse aferrar al tren de la modernidad feminista defendiendo algo que no practica (los spots no enseñan pezones femeninos, pero sí masculinos… a pesar de que defienden que son lo mismo). Lo que ya le ha sido criticado.

 

Hace pocos día volví a ver “El cantor del Jazz” (1927) de Al Jolson (TCM), la primera película sonora (aunque no totalmente) de la historia. Aparte de la curiosa concepción del Jazz que hoy no compartiríamos, de la moralina y de la falta de glamour del protagonista, la película destaca por otra cosa: ninguna de las mujeres que aparece ha entrado en la mamofilia que poco después invadiría el cine USAno. Las mujeres (todas) que aparecen en el film son absolutamente planas. Es cierto que en los años veinte la moda “Garzonier” imponía un look destetado, pero que se destacara a las mujeres jóvenes por su “planitud” (¿Grinberg?), mientras que las viejas lucen sus ubres matriarcales no deja de ser significativo. Con ello quiero decir que la mamofilia generalizada del cine (¿Quien se atrevería hoy en la moda a proponer mujeres planas?). No era algo evidente en los años 20. Aquellos grandes pechos cónicos, oprimidos por apretados jerseyes, que Gaultier recreara en el torso de Madona, ni siquiera eran de prever.

 

Dicen que las épocas de crisis acentúan el puritanismo. Desde el 2008 no hemos hecho otra cosa que enlazar una crisis con otra. Siguiendo la norma las mujeres ceñían sus pechos con pudorosos sostenes de copas lisas que incluso borraban los pezones. Las hijas escolares de las jóvenes que vivieron los setenta (quitándose el sostén en el baño de la discoteca para lucir modernidad), estaban resultando bastante puritanas. Pero la pandemia (o mejor el confinamiento) dio un vuelco a la cosa. Era difícil pasarse el día en pijama y vestirse para pasear al perro. Y las tetas se liberaron otra vez. Las Kardasian habían mostrado que un gran culo no es un defecto y los culos también se liberaron de constreñimientos innecesarios. Años antes, el tanga había dado independencia a los dos glúteos entre sí. El último atisbo del corsé cayó estrepitosamente. Por primera vez en la historia de la civilización (los incivilizados nunca entraron en la trampa… hasta que lo fueron), la mujer lucía su cuerpo tal como era sin fotoshop ni modelados. Sé que este hito no entrará en la historia pero marca un punto de no retorno en la emancipación femenina.

 

Comprendo que lo que digo es políticamente incorrecto pero me da la impresión de que Bandini, La Generalitat y el arte (además de la pandemia) están poniendo en tela de juicio esa corrección política. Hacen falta leyes como “solo sí, es sí” y no recomendaciones de urbanidad que, si bien han podido ser necesarias, acentúan la desigualdad y la discriminación. Bandini cita a Despentes (“Feminismo King Kong”) cuyo mensaje es que la emancipación de la mujer no pasa por la igualdad sino por la libertad. De alguna manera el mensaje es: “dadme libertad que con ella, ya conseguiré yo la igualdad”. Es posible que todo lo que digo sea un desafuero sin sentido pero lo que no se puede negar es que las tetas se mueven. Libremente.

 

El desgarrado. Agosto 2022.




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