El difícil desarrollo de una investigación periodística acerca de noventa curas pederastas realizada por el Boston Glove en 2002 amparados por una Iglesia católica constituida en organización criminal y que afectó a 1.000 niños y niñas (antes de la publicación. Tras la publicación las denuncias aumentaron hasta 250 curas y 2.400 niños) es el tema de esta película trasunto de hechos reales.  Los tejemanejes judiciales, la manipulación de los medios, el silencio de las víctimas a las que se compraba por 20.000 $, La bondad general de la Iglesia y de los curas de los que las manzanas podridas solo eran casos aislados, el caciquismo de los obispos, el traslado de los pederastas de parroquia en parroquia para que pudieran seguir “operando” sin tratamiento terapéutico alguno, llaman la atención porque es el mismo exacto modus operandi del de los políticos corruptos, como si el poder fuera igual en lo eclesiástico que en lo político y en lo sexual que en lo monetario. El obispo, tras el escándalo fue nombrado prior de una de las grandes basílicas romanas.

La instrucción de la causa contra los Pujol avanza lenta pero inexorable. La cantidad de lo detraído ilegalmente (vulgo:robado) se aproxima a los 300 millones de euros en el bien comprendido que eso es lo que se puede demostrar y que corresponde a la impericia del ladrón. Lo que se robó con la adecuada pericia nunca se podrá demostrar ni desvelar. En una palabra: que lo defraudado puede ser infinitamente mayor. Es innegable que Pujol fue un padre de la patria catalana (aunque nunca quiso la independencia), la cuestión es que el ser humano es poliédrico, tiene sus luces y sus sombras y es evidente que Pujol tenía una sombra del tamaño de un eclipse. Pujol consideró que no estaba bien pagado por lo mucho que hacía por el país y como era él quien manejaba la caja, pues se redondeó el sueldo con unos complementos. Desde su punto de vista, pura justicia. Desde la justicia, puro punto de vista.

No es otra cosa que lo público como patrimonio privado, doctrina de la que comulgan la inmensa mayoría de los políticos. Todos magnifican su aportación y minimizan su contraprestación. No de otra manera se puede entender la enorme cantidad de prebendas con las que se adornan: coches oficiales de uso privado, dietas sin justificar, compatibilidades laborales incompatibles, bestretas, pensiones cortoplacistas, tarjetas opacas, economatos de lujo, exención de recortes, trato fiscal privilegiado, contubernios empresariales dudosos, etc. Y estamos hablando de lo legal (no de lo ético, sino de lo legal). Pero no les basta. La inmensa mayoría piensan que tienen derecho a meter la mano en la caja y redondearse el sueldo hasta lo que ellos creen adecuado. Y estoy hablando de que están convencidos de que es así, y que ocultárselo a los ciudadanos… es por su (nuestro) bien.

Que todos estén implicados es parte del sistema. Si hubiera políticos honrados pronto acabarían con los corruptos o estos acabarían con ellos. Si no ocurre, es que todos están pringados. Como he repetido muchas veces el que sabe y calla: encubre, y tan delincuente es el que encubre como el que mete la mano en la caja. La Sra. Diaz es investida presidenta de la comunidad de Madrid. Sobre ella se cierne la sombra de la sospecha de corrupción. No importa. De los cuatro últimos presidentes de La comunidad 2,5 están imputados y el otro es un tránsfuga recientemente rehabilitado por su antiguo partido. Se hace hincapié en su perfil de azote de la corrupción. En la investidura, los mismos perros con distintos collares. Eso es lo que llaman regeneración: cambiarles el culo de sillón. Exactamente la misma actitud de la Iglesia de Boston: prevaricar, manipular, amenazar, extorsionar. Todo antes que cejar o abandonar. La dominación presenta siempre la misma cara, las mismas trampas, la misma determinación.

La pederastia infantil eclesiástica es un holocausto moral. Como dice una de las víctimas en la peli “nos mataron el alma”. “Era Dios quien nos seducía”. “Te iban implicando poco a poco hasta que no podías escapar”. Vestirse de cordero para ejercer de lobo es repugnante. Seducir a un niño/a es perverso. Taparlo todo para salir indemne es asqueroso. La pena debería ser superior a la de asesinato puesto que es un asesinato moral. Un asesinato de la personalidad en ciernes realizando con prevalencia divina. Una tortura de por vida. Y además todos lo saben y nadie se levanta. Todos somos culpables pero los actores mil veces más, puesto que han manipulado incluso a los espectadores.

Y sin embargo las dos corrupciones son simétricas. Utilizan los mismos ardides y las mismas triquiñuelas. Se cubren las espaldas de la misma manera. Desvirtúan su delito por todos los medios. Es la dominación, en un caso sexual y en el otro económica, pero absolutamente simétrica. Quizás deberíamos añadir la dominación de género, con la diferencia que esta se produce desde el poder que da la masculinidad y no el que da la pertenencia al clero o a la política, pero dominación amparada en la tradición y en las costumbres exactamente igual. ¿Se está convirtiendo la dominación de género en el chivo expiatorio de la dominación eclesiástica y la política? Podría ser, aunque con la marcha que lleva pasará un siglo antes de que haya desaparecido. Quizás es eso lo que se pretende.

En una ocasión dijo Pujol que si se pone la mierda delante del ventilador habrá  mierda para todos. En otra -más discreto- dijo que si agitas el árbol no solo caen las frutas malas sino que caen todas. ¿Eran amenazas? Si así era, ahora es el momento de ejecutarlas. Claro que visto las amenazas de Bárcenas y el trato que le dieron, cabe pensar que con amenazas no se arregla esto. Pero tampoco con el silencio. El Boston Glove habló por todos los católicos. ¿Quien hablará por nuestros niños y por nuestros ciudadanos? Ellos seguro que no. Esta es nuestra democracia. Amén.

El desgarrado. Agosto 2019.