» 27-01-2020

Visto y oído 43. Bryan, Évole, Banderas.

A veces las noticias propician extraños compañeros de cama. A banderas  le dan el Goya. Banderas nunca ha sido un gran actor, lo que no es un desprecio, casi nadie es un gran actor. En mi agenda solo hay dos: Brando Y Bardem. Quizás no lo explico bien. Esos son extraordinarios y el resto son buenos. Pues eso, que Banderas es un buen actor (oficio, disciplina, pundonor) pero no tiene esa chispa que saben ponerle mis favoritos. Hace poco leía un libro en el que a mis líderes el escritor añadía Pacino y Niro. ¡No! No es lo mismo. La excelencia es eso, excelencia. No asequible para la mayoría de los mortales, aunque sean actores. De paso diré que la galardonada película de Almodovar (8 Goyas) no está a la altura de sus mejores -para mí- películas. ¡Cuando te empiezan a adorar por tus carrera, es que estás muerto! Diré lo que nadie dirá. Cuando ambos exploraban el mal, lo escatológico, lo deleznable, surgieron sus mejores películas. Ahora quieren la aceptación, la normalidad. No es vuestro campo (ahí está Spilberg). El sistema os ha absorbido.

 

La sentencia del metro de Valencia (el acuerdo, pues se ha evitado el juicio) reconoce que la administración la cagó (lo que abre el capítulo de las indemnizaciones). Los litigantes (13 años), están exultantes. Pero no podemos olvidar que fue la determinante intervención de Ëvole la que consiguió que este asunto cuajara (tuvo dos desestimaciones). La imagen de Ëvole acosando a Cotino es probablemente la imagen del periodismo de investigación de los 2000. No siempre he sido condescendiente con los periodistas (ni con nadie) pero ante Évole me levanto el sombrero. Aquel follonero se convirtió en un periodista de investigación de primera que, además, consiguió resultados. El auténtico periodismo de investigación no es el que levanta escándalos sino el que consigue resultados. ¡Felicidades a todos pero sobre todo al periodismo!

 

Muere Bryan, el mejor baloncestista del mundo en su década. Pero no solo eso, muere un señor, un caballero, un amigo de sus amigos. Solo hace falta oír hablar a Gassol (otro caballero) para saber de que estamos hablando. Pero hay algo que me atormenta. Cobe llevaba a su hija a un torneo. Cuando el helicóptero empezó a caer no pudo pensar en otra cosa que, estaba llevando a su hija a la muerte. No me puedo imaginar el dolor que una situación así puede producir. Él, el mago del deporte, el señor de la cancha y del stage, cayendo con su hija en brazos sabiendo que solo la muerte los acogería. No es justo. Dios no es justo. Se merecía más. Y su hija, también.

 

Almodovar (y Banderas) ha recibido una justicia aplazada. Los afectados por el accidente del metro ha recibido una justicia tardía, Bryan no ha recibido justicia terrenal aunque su gloria perdurará (pero no la de su hija). La justicia es cosa etérea. Sin embargo el PP se empeña en controlarla hasta el punto de negarse a renovar el CSPJ. Claro que cuando tienes casi mil casos de corrupción en tu partido, o la controlas (léase manipulas), o te hundes. ¡Me duele tu hija Bryan! lo demás, tiene arreglo. A otros les duele la unidad de España. ¡Diletantes!

 

El desgarrado. Enero 2020.




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